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Las artimañas de la ramera

Hijo mío, guarda mis razones,

Y atesora contigo mis mandamientos.

Guarda mis mandamientos y vivirás,

Y mi ley como las niñas de tus ojos.

Lígalos a tus dedos;

Escríbelos en la tabla de tu corazón.

Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana,

Y a la inteligencia llama parienta;

Para que te guarden de la mujer ajena,

Y de la extraña que ablanda sus palabras.

Porque mirando yo por la ventana de mi casa,

Por mi celosía,

Vi entre los simples,

Consideré entre los jóvenes,

A un joven falto de entendimiento,

El cual pasaba por la calle, junto a la esquina,

E iba camino a la casa de ella,

A la tarde del día, cuando ya oscurecía,

En la oscuridad y tinieblas de la noche.

10 Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro,

Con atavío de ramera y astuta de corazón.

11 Alborotadora y rencillosa,

Sus pies no pueden estar en casa;

12 Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas,

Acechando por todas las esquinas.

13 Se asió de él, y le besó.

Con semblante descarado le dijo:

14 Sacrificios de paz había prometido,

Hoy he pagado mis votos;

15 Por tanto, he salido a encontrarte,

Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.

16 He adornado mi cama con colchas

Recamadas con cordoncillo de Egipto;

17 He perfumado mi cámara

Con mirra, áloes y canela.

18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana;

Alegrémonos en amores.

19 Porque el marido no está en casa;

Se ha ido a un largo viaje.

20 La bolsa de dinero llevó en su mano;

El día señalado volverá a su casa.

21 Lo rindió con la suavidad de sus muchas palabras,

Le obligó con la zalamería de sus labios.

22 Al punto se marchó tras ella,

Como va el buey al degolladero,

Y como el necio a las prisiones para ser castigado;

23 Como el ave que se apresura a la red,

Y no sabe que es contra su vida,

Hasta que la saeta traspasa su corazón.

24 Ahora pues, hijos, oídme,

Y estad atentos a las razones de mi boca.

25 No se aparte tu corazón a sus caminos;

No yerres en sus veredas.

26 Porque a muchos ha hecho caer heridos,

Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.

27 Camino al Seol es su casa,

Que conduce a las cámaras de la muerte.

Advertencia contra la mujer adúltera

Hijo mío, guarda mis palabras
    y atesora mis mandamientos.
Cumple con mis mandamientos, y vivirás;
    cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos.
Llévalos atados en los dedos;
    anótalos en la tabla de tu corazón.
Di a la sabiduría: «Tú eres mi hermana»,
    y a la inteligencia: «Eres de mi sangre».
Ellas te librarán de la mujer ajena,
    de la adúltera y de sus palabras seductoras.

Desde la ventana de mi casa
    miré a través de la celosía.
Vi a los inexpertos,
    y, entre los jóvenes, observé
    a uno de ellos falto de juicio.[a]
Cruzó la calle, llegó a la esquina
    y se encaminó hacia la casa de esa mujer.
Caía la tarde. Llegaba el día a su fin.
    Avanzaban las sombras de la noche.

10 De pronto la mujer salió a su encuentro,
    con toda la apariencia de una prostituta
    y con solapadas intenciones.
11 Ella es escandalosa y descarada;
    sus pies nunca hallan reposo en su casa.
12 Unas veces por las calles, otras veces por las plazas,
    siempre está al acecho en cada esquina.
13 Se prendió de su cuello, lo besó
    y, con todo descaro, dijo:

14 «Tengo en mi casa sacrificios de comunión,
    pues hoy he cumplido mis promesas.
15 Por eso he venido a tu encuentro;
    te buscaba, ¡y ya te he encontrado!
16 Sobre la cama he tendido
    linos egipcios multicolores.
17 He perfumado mi lecho
    con aroma de mirra, áloe y canela.
18 Ven, bebamos hasta el fondo la copa del amor;
    ¡disfrutemos del amor hasta el amanecer!
19 Mi esposo no está en casa,
    pues ha emprendido un largo viaje.
20 Se ha llevado consigo la bolsa del dinero
    y no regresará hasta el día de luna llena».

21 Con palabras persuasivas lo convenció;
    con halagos de sus labios lo sedujo.
22 Y él enseguida fue tras ella,
    como el buey que va camino al matadero;
como el ciervo[b] que cae en la trampa,[c]
23     hasta que una flecha le abre las entrañas;
como el ave que se lanza contra la red,
    sin saber que en ello le va la vida.

24 Así que, hijo mío, escúchame;
    presta[d] atención a mis palabras.
25 No desvíes tu corazón hacia sus sendas
    ni te extravíes por sus caminos,
26 pues muchos han muerto por su causa;
    sus víctimas han sido innumerables.
27 Su casa lleva derecho al sepulcro;[e]
    conduce a las habitaciones de la muerte.

Footnotes

  1. 7:7 falto de juicio. Lit. falto de corazón. En la Biblia, corazón se usa para designar el asiento de las emociones, pensamientos y voluntad, es decir, el proceso de toma de decisiones del ser humano.
  2. 7:22 ciervo (Siríaca; véase también LXX); necio (TM).
  3. 7:22 Texto de difícil traducción.
  4. 7:24 hijo mío, escúchame; presta. Lit. hijos míos, escúchenme; presten.
  5. 7:27 sepulcro. Lit. Seol.

Más advertencia sobre mujeres inmorales

Hijo mío, sigue mi consejo;
    atesora siempre mis mandatos.
¡Obedece mis mandatos y vive!
    Guarda mis instrucciones tal como cuidas tus ojos.[a]
Átalas a tus dedos como un recordatorio;
    escríbelas en lo profundo de tu corazón.

Ama a la sabiduría como si fuera tu hermana
    y haz a la inteligencia un querido miembro de tu familia.
Deja que ellas te prevengan de tener una aventura con una mujer inmoral
    y de escuchar las adulaciones de una mujer promiscua.

Mientras estaba junto a la ventana de mi casa,
    mirando a través de la cortina,
vi a unos muchachos ingenuos;
    a uno en particular que le faltaba sentido común.
Cruzaba la calle cercana a la casa de una mujer inmoral
    y se paseaba frente a su casa.
Era la hora del crepúsculo, al anochecer,
    mientras caía la densa oscuridad.
10 La mujer se le acercó,
    vestida de manera seductora y con corazón astuto.
11 Era rebelde y descarada,
    de esas que nunca están conformes con quedarse en casa.
12 Suele frecuentar las calles y los mercados,
    ofreciéndose en cada esquina.
13 Lo rodeó con sus brazos y lo besó,
    y mirándolo con descaro le dijo:
14 «Acabo de hacer mis ofrendas de paz
    y de cumplir mis votos.
15 ¡Tú eres precisamente al que estaba buscando!
    ¡Salí a encontrarte y aquí estás!
16 Mi cama está tendida con hermosas colchas,
    con coloridas sábanas de lino egipcio.
17 La he perfumado
    con mirra, áloes y canela.
18 Ven, bebamos sin medida la copa del amor hasta el amanecer.
    Disfrutemos de nuestras caricias,
19 ahora que mi esposo no está en casa.
    Se fue de viaje por mucho tiempo.
20 Se llevó la cartera llena de dinero
    y no regresará hasta fin de mes[b]».

21 Y así lo sedujo con sus dulces palabras
    y lo engatusó con sus halagos.
22 Él la siguió de inmediato,
    como un buey que va al matadero.
Era como un ciervo que cayó en la trampa,[c]
23     en espera de la flecha que le atravesaría el corazón.
Era como un ave que vuela directo a la red,
    sin saber que le costará la vida.

24 Por eso, hijos míos, escúchenme
    y presten atención a mis palabras.
25 No dejen que el corazón se desvíe tras ella.
    No anden vagando por sus caminos descarriados.
26 Pues ella ha sido la ruina de muchos;
    numerosos hombres han caído en sus garras.
27 Su casa es el camino a la tumba.[d]
    Su alcoba es la guarida de la muerte.

Footnotes

  1. 7:2 En hebreo como a la niña de tus ojos.
  2. 7:20 En hebreo hasta la luna llena.
  3. 7:22 Así aparece en la versión griega y en la siríaca; en hebreo dice matadero, / como lo son los grilletes para la disciplina de un necio.
  4. 7:27 En hebreo al Seol.