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Consejos de un padre

Oigan, hijos, la enseñanza de un padre; estén atentos para adquirir entendimiento.

No abandonen mi instrucción, porque yo les doy buena enseñanza.
Pues yo también fui hijo de mi padre, tierno y singular delante de mi madre.
Y él me enseñaba y me decía: “Retenga tu corazón mis palabras; guarda mis mandamientos y vivirás”.
¡Adquiere sabiduría!
¡Adquiere entendimiento!
No te olvides ni te apartes de los dichos de mi boca.
No la abandones y ella te guardará; ámala y te preservará.
¡Sabiduría ante todo!
¡Adquiere sabiduría!
Y antes que toda posesión,
adquiere entendimiento.
Apréciala y ella te levantará;
y cuando la hayas abrazado, te honrará.
Diadema de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te otorgará.
10 Escucha, hijo mío, y recibe mis dichos
y se te multiplicarán años de vida.
11 En el camino de la sabiduría te he instruido
y por sendas de rectitud te he hecho andar.
12 Cuando camines, tus pasos no hallarán impedimento;
y si corres, no tropezarás.
13 Aférrate a la disciplina y no la sueltes; consérvala, porque ella es tu vida.
14 No entres en el sendero de los impíos
ni pongas tu pie en el camino de los malos.
15 Evítalo; no pases por él.
Apártate de él; pasa de largo.
16 Porque ellos no duermen si no han hecho mal;
pierden el sueño si no han hecho caer a alguno.
17 Pues comen pan de impiedad
y beben vino de violencia.
18 Pero la senda de los justos es como
la luz de la aurora
que va en aumento hasta que es pleno día.
19 El camino de los impíos es como la oscuridad;
no saben en qué tropiezan.
20 Hijo mío, pon atención a mis palabras;
inclina tu oído a mis dichos.
21 No se aparten de tus ojos;
guárdalos en medio de tu corazón.
22 Porque ellos son vida a los que los hallan
y medicina para todo su cuerpo.
23 Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón;
porque de él emana la vida.
24 Aparta de ti la perversidad de la boca
y aleja de ti la falsedad de los labios.
25 Miren tus ojos lo que es recto
y diríjase tu vista a lo que está frente a ti.
26 Considera la senda de tus pies
y todos tus caminos sean correctos.
27 No te apartes ni a la izquierda
ni a la derecha;
aparta tu pie del mal.

El sabio consejo de un padre

Hijos míos, escuchen cuando su padre los corrige.
    Presten atención y aprendan buen juicio,
porque les doy una buena orientación.
    No se alejen de mis instrucciones.
Pues yo, igual que ustedes, fui hijo de mi padre,
    amado tiernamente como el hijo único de mi madre.

Mi padre me enseñó:
«Toma en serio mis palabras.
    Sigue mis mandatos y vivirás.
Adquiere sabiduría; desarrolla buen juicio.
    No te olvides de mis palabras ni te alejes de ellas.
No des la espalda a la sabiduría, pues ella te protegerá;
    ámala, y ella te guardará.
¡Adquirir sabiduría es lo más sabio que puedes hacer!
    Y en todo lo demás que hagas, desarrolla buen juicio.
Si valoras la sabiduría, ella te engrandecerá.
    Abrázala, y te honrará.
Te pondrá una hermosa guirnalda de flores sobre la cabeza;
    te entregará una preciosa corona».

10 Hijo mío, escúchame y haz lo que te digo,
    y tendrás una buena y larga vida.
11 Te enseñaré los caminos de la sabiduría
    y te guiaré por sendas rectas.
12 Cuando camines, no te detendrán;
    cuando corras, no tropezarás.
13 Aférrate a mis instrucciones; no las dejes ir.
    Cuídalas bien, porque son la clave de la vida.

14 No hagas lo que hacen los perversos
    ni sigas el camino de los malos.
15 ¡Ni se te ocurra! No tomes ese camino.
    Aléjate de él y sigue avanzando.
16 Pues las personas malvadas no pueden dormir sin hacer la mala acción del día.
    No pueden descansar sin antes hacer tropezar a alguien.
17 ¡Se alimentan de la perversidad
    y beben el vino de la violencia!

18 El camino de los justos es como la primera luz del amanecer,
    que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor.
19 Pero el camino de los perversos es como la más densa oscuridad;
    ni siquiera saben con qué tropiezan.

20 Hijo mío, presta atención a lo que te digo.
    Escucha atentamente mis palabras.
21 No las pierdas de vista.
    Déjalas llegar hasta lo profundo de tu corazón,
22 pues traen vida a quienes las encuentran
    y dan salud a todo el cuerpo.

23 Sobre todas las cosas cuida tu corazón,
    porque este determina el rumbo de tu vida.

24 Evita toda expresión perversa;
    aléjate de las palabras corruptas.

25 Mira hacia adelante
    y fija los ojos en lo que está frente a ti.
26 Traza un sendero recto para tus pies;
    permanece en el camino seguro.
27 No te desvíes;
    evita que tus pies sigan el mal.