Humillación y exaltación de Cristo

Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si hay algún consuelo de amor, si hay alguna comunión del Espíritu(A), si algún afecto[a] y compasión(B), haced completo mi gozo(C), siendo[b] del mismo sentir(D), conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito. Nada hagáis por egoísmo[c](E) o por vanagloria(F), sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo(G), no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás(H). Haya, pues, en[d] vosotros esta actitud[e] que hubo también en Cristo Jesús(I), el cual, aunque existía en forma de Dios(J), no consideró el ser igual a Dios(K) como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo[f](L) tomando forma de siervo(M), haciéndose[g] semejante a los hombres(N). Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo(O), haciéndose obediente hasta la muerte(P), y muerte de cruz(Q). Por lo cual Dios también le exaltó(R) hasta lo sumo, y le confirió el nombre que es sobre todo nombre(S), 10 para que al[h] nombre de Jesús se doble toda rodilla(T) de los que están en el cielo, y en la tierra(U), y debajo de la tierra, 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor(V), para gloria de Dios Padre.

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Footnotes

  1. Filipenses 2:1 Lit., algunas entrañas
  2. Filipenses 2:2 Lit., para que seáis
  3. Filipenses 2:3 O, rivalidad
  4. Filipenses 2:5 O, entre
  5. Filipenses 2:5 O, sentir, o, esta manera de pensar
  6. Filipenses 2:7 Lit., se vació de sí mismo; i.e., renunció temporalmente a sus privilegios
  7. Filipenses 2:7 Lit., hecho
  8. Filipenses 2:10 O, en el

Humillación y exaltación de Cristo

Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese(A) que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

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