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Conversión aparente

“Venid, volvamos al Señor,
porque él nos ha desgarrado
y él será quien nos cure;
él nos ha hecho la herida
y él nos la vendará.
Al cabo de dos días
nos devolverá la vida;
al tercero nos levantará
y viviremos en su presencia.
Esforcémonos en conocer al Señor;
segura como la aurora es su venida:
vendrá a nosotros como la lluvia,
como lluvia de primavera
que empapa la tierra”.
¿Qué haré contigo Efraín?
¿Qué haré contigo Judá?
Vuestro amor es como nube matutina,
como rocío que pronto se disipa.
Por eso los he golpeado
por medio de los profetas,
con mis palabras los he quebrantado
y mi juicio resplandece como luz.
Porque quiero amor y no sacrificio,
conocer a Dios y no holocaustos.

Infidelidades y traiciones

Pero ellos, como Adán,
han quebrantado la alianza
y allí me han sido infieles.
Ciudad de malvados es Galaad,
toda empapada de sangre.
Cual banda de ladrones al acecho,
así los sacerdotes en grupo
asesinan y cometen tropelías
en el camino de Siquén.
10 He visto cosas horribles
en la casa de Israel;
allí se prostituye Efraín
e Israel queda manchado.
11 También para ti, Judá,
tengo preparado un castigo
cuando me decida a cambiar
la suerte de mi pueblo.

Cada vez que quiero curar a Israel,
se manifiesta el pecado de Efraín
y las maldades de Samaría.
Y es que practican la mentira;
el ladrón entra en las casas
y, fuera, hacen estragos los bandidos.
No acaban de tener en cuenta
que yo recuerdo todas sus maldades;
ahora sus acciones los envuelven
y están presentes ante mí.

Conspiraciones en palacio

Divierten al rey con su malicia,
a los funcionarios con sus mentiras.
Todos ellos son adúlteros;
son como un horno ardiendo,
aunque no lo atice el panadero,
desde que la masa está preparada
hasta que llega a fermentar.
En la fiesta de nuestro rey
los funcionarios quedan aturdidos
por los vapores del vino,
mientras el rey no tiene reparo
en mezclarse con los agitadores.
Cuando estos se acercan
son como un fuego de horno,
su corazón está lleno de intrigas;
por la noche su cólera duerme,
pero al clarear el alba
se enciende como fuego ardiente.
Todos arden como un horno,
devoran a sus magistrados,
sucumben todos sus reyes
y ninguno de ellos clama hacia mí.

Pactos con extranjeros

Efraín se alía con otros pueblos,
es un bizcocho mal cocido.
Extranjeros devoran su vigor,
pero él ni siquiera se entera;
las canas cubren su cabeza,
pero tampoco se entera.
10 La soberbia de Israel
testifica contra Efraín,
pero no vuelven al Señor, su Dios,
ni lo buscan a pesar de todo esto.
11 Efraín es como una paloma,
ingenua y atolondrada:
llaman a Egipto y acuden a Asiria.
12 Y mientras ellos van allí,
yo los envuelvo en mi red,
los atrapo como pájaros del cielo
y los barreré por su maldad.

Infidelidad y castigo

13 ¡Ay de ellos, pues huyeron de mí!
¡Ruina para ellos porque
se han rebelado contra mí!
¡Cómo los podré liberar
si sólo dicen mentiras contra mí!
14 No es a mí a quien invocan
cuando se lamentan en sus lechos,
cuando se hacen incisiones
y se rebelan contra mí,
en busca del trigo y el mosto.
15 Yo los había adiestrado
y había fortalecido sus brazos,
pero ellos maquinaban contra mí.
16 Se vuelven, pero no hacia lo alto;
son como un arco que falla;
sus autoridades caerán a espada
por la insolencia de su lengua.
¡Serán irrisión en el país de Egipto!

Idolatría de Israel

¡Haz sonar la trompeta
pues un águila se cierne
sobre la casa del Señor!
Porque han transgredido mi alianza
y se rebelaron contra mi instrucción.
Ellos vienen a mí gritando:
“¡Los de Israel te reconocemos como Dios!”.
Pero Israel ha rechazado el bien
y el enemigo lo perseguirá.
Han creado reyes sin contar conmigo,
han nombrado príncipes sin saberlo yo.
Con su plata y con su oro
se han fabricado ídolos
que causaron su ruina.
Me repugna tu becerro, Samaría;
por eso mi cólera ha estallado contra ellos.
¿Hasta cuándo permanecerán impuros?
Ese becerro de Samaría
es obra de un artesano israelita;
no es, por consiguiente, Dios
y terminará hecho pedazos.
Puesto que siembran viento,
cosecharán tempestad.
Tampoco tendrán mies
ni dará harina la espiga;
y si la da, extranjeros la devorarán.
Israel ha sido devorado;
ahora está entre la naciones
como un cacharro inútil.
Cuando acudieron a Asiria,
Efraín se compró amantes,
como asno salvaje desbocado.
10 Han sobornado a las naciones,
pero ahora yo los reuniré
y muy pronto temblarán
bajo la opresión del rey soberano.
11 Efraín pecó en muchos altares,
que sólo para pecar le sirvieron.
12 Aunque les haya prescrito mil leyes,
consideran que vienen de un extraño.
13 No cesan de ofrecer sacrificios,
de sacrificar y comer la carne;
pero el Señor no los acepta,
sino que recuerda sus pecados
y castigará sus iniquidades;
tendrán, pues, que volver a Egipto.
14 Olvidó Israel a su Creador
y se ha construido palacios.
También Judá ha multiplicado
sus ciudades fortificadas,
pero yo enviaré a esas ciudades
un fuego que devorará sus baluartes.

El castigo del destierro

No te alegres Israel,
no saltes de júbilo
como hacen otros pueblos;
porque te has prostituido
abandonando a tu Dios,
has recibido paga de prostituta
en todas las eras
donde se trilla el trigo.
Ni la era ni el lagar
los podrán sustentar;
hasta el mosto les fallará.
No habitarán ya más
en la tierra del Señor;
Efraín volverá a Egipto,
y un manjar impuro
tendrán que comer en Asiria.
No harán ofrendas de vino al Señor
y no le agradarán sus sacrificios.
Serán para ellos como pan de duelo
que hará impuro a quien lo coma;
será un pan sólo para ellos
y no se ofrecerá en el Templo del Señor.
¿Qué haréis el día de la solemnidad,
el día de la fiesta del Señor?
La devastación los ha hecho huir;
se reunirán en Egipto,
Menfis será su sepultura.
Las ortigas heredarán sus tesoros
y las zarzas invadirán sus tiendas.
Han llegado los días del castigo,
ha llegado el tiempo de la paga.
¡Que lo sepa Israel!
Está trastornado el profeta,
desvaría el hombre del espíritu
a causa de tu gran iniquidad,
de la enormidad de tu odio.
El profeta es centinela de Efraín
y está junto a mi Dios,
pero se le tienden trampas
en todos los caminos,
es odiado en el Templo de su Dios.
Ha llegado al colmo su corrupción,
como en los días de Guibeá;
pero Dios se acordará de su maldad
y castigará sus pecados.

Relectura de la historia de Israel (9,10—14,9)

Pecado en el desierto

10 Como uvas en el desierto,
así fue mi encuentro con Israel.
Como brevas en la higuera
así elegí a vuestros antepasados;
pero cuando llegaron a Baal Peor
se consagraron a la ignominia
y se hicieron tan abominables
como los ídolos que amaban.
11 Como pájaro que vuela
se disipa la gloria de Efraín.
No habrá nacimientos,
ni gestaciones, ni concepciones.
12 Aunque lleguen a criar hijos,
yo se los arrebataré
antes que se conviertan en hombres.
¡Ay de ellos cuando yo los abandone!
13 He visto a Efraín como palmera
en verdes prados plantada,
pero ahora tendrá que sacar a sus hijos
y entregarlos al verdugo.
14 Dales, Señor… ¿Qué les darás?
Dales un vientre que aborte
y unos pechos que no den leche.

Pecado en Guilgal

15 Toda su perversidad
se manifestó en Guilgal;
allí llegué a odiarlos.
Por sus perversas acciones
los arrojaré de mi casa
y no los volveré a amar.
Todos sus jefes son rebeldes.
16 Efraín ha sido golpeado,
sus raíces están secas,
no producirá ya fruto.
Aunque engendren hijos,
haré que muera su fruto querido.
17 Porque no escucharon a mi Dios,
él los rechazará; entre las naciones
tendrán que andar errantes.