Add parallel Print Page Options

38 No tenemos rey ni profeta ni un jefe; ya no podemos presentarte nuestras ofrendas; no tenemos un templo a donde ir en busca de tu perdón.

39 »Pero ahora estamos arrepentidos y nos humillamos ante ti con sinceridad. Por favor, considera nuestro arrepentimiento como si fuera una gran cantidad de ofrendas presentadas en tu honor. 40 Es todo lo que te podemos ofrecer para seguir adorándote de todo corazón, porque los que de verdad confían en ti, no serán avergonzados.

Read full chapter