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«Otra de mis leyes: Dile al pueblo de Israel que traiga una ternera alazana sin defecto, que no haya trabajado nunca. Dásela a Eleazar el sacerdote, y alguien la matará en su presencia. Eleazar mojará el dedo en la sangre y rociará siete veces hacia el frente del santuario. Enseguida alguien quemará la ternera en presencia de Eleazar. Quemará la piel, la carne; la sangre y el estiércol. Eleazar entonces tomará madera de cedro, ramas de hisopo e hilo escarlata y los arrojará en la fogata.

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