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»Tú, Señor y Dios,
    fuiste quien escogió a Abram.
Tú lo sacaste de Ur de los caldeos
    y le pusiste por nombre Abraham.
Descubriste en él un corazón fiel;
    por eso hiciste con él un pacto.
Le prometiste que a sus descendientes
    les darías la tierra de los cananeos,
de los hititas, amorreos y ferezeos,
    de los jebuseos y gergeseos.
Y cumpliste tu palabra
    porque eres justo.

»En Egipto viste la aflicción de nuestros padres;
    junto al Mar Rojo escuchaste sus lamentos.

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