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15 En cambio, los primeros gobernadores que me antecedieron abrumaron al pueblo: les cobraban, por el pan y por el vino, más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban del pueblo. Pero yo no hice así, a causa del temor de Dios. 16 También trabajé mi parte en la restauración de este muro, y no he comprado heredad; también todos mis criados estaban allí juntos en la obra. 17 Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los que venían de las naciones que había alrededor de nosotros, se sentaban a mi mesa.

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