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Mas acaeció que oyendo Sanballat y Tobías, y los Árabes, y los Ammonitas, y los de Asdod, que los muros de Jerusalem eran reparados, porque ya los portillos comenzaban á cerrarse, encolerizáronse mucho;

Y conspiraron todos á una para venir á combatir á Jerusalem, y á hacerle daño.

Entonces oramos á nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.

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