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y otra carta para Asaf, guarda del bosque del rey, para que me dé madera para poner vigas a las puertas de la ciudadela del templo, para la muralla de la ciudad y para la casa donde yo estaré.

El rey me lo concedió, pues la bondadosa mano de Dios estaba conmigo. Entonces fui a los gobernadores de Más Allá del Río y les entregué las cartas del rey. El rey había enviado conmigo jefes del ejército y jinetes. 10 Pero cuando lo oyeron Sanbalat el horonita y Tobías el siervo amonita, se disgustaron en extremo de que alguien viniera para procurar el bien de los hijos de Israel.

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