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30 En una ceremonia, los sacerdotes y levitas se purificaron ellos mismos y purificaron a la gente, las entradas y la muralla de Jerusalén.

31 Entonces les dije a los jefes de Judá que subieran y se ubicaran en la parte alta de la muralla y organicé dos grandes coros para dar gracias a Dios. Uno se dirigió a la derecha de la muralla, hacia la puerta del Basurero. 32 Tras ellos iban Osaías y la mitad de los líderes de Judá.

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