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Nínive es como un estanque roto
    cuyas aguas se derraman.
«¡Deteneos! ¡Deteneos!», les gritan,
    pero nadie vuelve atrás.
¡Saquead la plata!
    ¡Saquead el oro!
El tesoro es inagotable,
    y abundan las riquezas y los objetos preciosos.
10 ¡Destrucción, desolación, devastación!
Desfallecen los corazones,
    tiemblan las rodillas,
se estremecen los cuerpos,
    palidecen los rostros.

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