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pero Nadab y Abihú murieron delante del Señor porque en el desierto de Sinaí le ofrecieron un fuego extraño. Ellos no tuvieron hijos. Entonces Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio bajo la vigilancia de Aarón, su padre.

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Llama a los de la tribu de Leví, para que se pongan a las órdenes del sacerdote Aarón y le sirvan.

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