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Se agacha como un león,
    se tiende como una leona:
    ¿quién se atreverá a molestarlo?
¡Benditos sean los que te bendigan!
    ¡Malditos sean los que te maldigan!»

10 Entonces la ira de Balac se encendió contra Balán y, batiendo sus manos, le dijo:

―Te mandé llamar para que echaras una maldición sobre mis enemigos, ¡y estas tres veces no has hecho sino bendecirlos! 11 ¡Más te vale volver a tu tierra! Prometí que te recompensaría, pero esa recompensa te la ha negado el Señor.

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