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28 Pero salió fuego de Jesbón,
llamas de la ciudad de Sejón,
que devoraron Ar de Moab,
a los señores de los altos del Arnón.
29 ¡Ay de ti, Moab!
¡Estás perdido, pueblo de Quemós!
Tus hijos se dieron a la fuga,
tus hijas siguen cautivas
de Sejón, el rey amorreo.
30 El poder de Moab ha perecido
desde Jesbón hasta Dibón;
todo lo hemos arrasado
desde Nofaj hasta Madabá.

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