Add parallel Print Page Options

«Ésta es la ordenanza de la ley que yo, el Señor, he promulgado. Diles a los hijos de Israel que te traigan una vaca alazana, sin ningún defecto y que no haya jamás llevado el yugo. Que se la entreguen al sacerdote Eleazar, y que él la saque del campamento y ordene que sea degollada en su presencia. El sacerdote Eleazar tomará con su dedo un poco de la sangre, y la rociará siete veces hacia la parte delantera del tabernáculo de reunión,

Read full chapter