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Las trompetas

10 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

— Hazte dos trompetas de plata labradas a martillo. Te servirán para convocar a la comunidad y para dar la orden de partida a los distintos campamentos. Cuando las dos trompetas resuenen, toda la comunidad se reunirá ante ti a la entrada de la Tienda del encuentro; si sólo resuena una, entonces se congregarán ante ti únicamente los jefes de los clanes de Israel. Al primer toque agudo de trompeta se pondrán en movimiento los campamentos acampados al oriente. Al segundo toque agudo, lo harán los acampados al sur. Los toques agudos indicarán que hay que emprender la marcha. En cambio, para reunir la comunidad, los toques de trompeta no serán agudos. Los sacerdotes descendientes de Aarón serán los encargados de tocar las trompetas. Esta será una norma perpetua, válida para todos los descendientes de ustedes.

Cuando ya ustedes estén en su tierra y tengan que salir a la guerra contra un agresor que los ataque, harán resonar las trompetas con toques agudos; el Señor, su Dios, se acordará de ustedes y se verán liberados de sus enemigos. 10 Y en sus días de fiesta, en las solemnidades y novilunios, tocarán las trompetas en el momento de ofrecer sus holocaustos, y sus sacrificios de comunión. Eso servirá para que su Dios se acuerde de ustedes. Yo soy el Señor, su Dios.

DESDE SINAÍ A TRANSJORDANIA (10,11—25,19)

De Sinaí a Cadés (10,11—12,16)

Orden de marcha

11 En el año segundo, a los veinte días del segundo mes, la nube se levantó por encima de la Morada del testimonio 12 y los israelitas partieron en orden de marcha del desierto de Sinaí hasta que la nube se detuvo en el desierto de Parán.

13 Partieron por primera vez según lo había dispuesto el Señor por medio de Moisés. 14 Abría la marcha el estandarte del campamento de los descendientes de Judá por escuadrones. Al frente de sus tropas iba Naasón, hijo de Aminadab; 15 al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Isacar iba Natanael, hijo de Zuar; 16 y al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Zabulón iba Eliab, hijo de Jelón.

17 Luego, una vez desmontada la Morada, se pusieron en marcha los guersonitas y los meraritas, que eran los encargados de transportarla.

18 A continuación se puso en marcha el estandarte del campamento de Rubén por escuadrones; Elisur, hijo de Sedeur, iba al frente de sus tropas. 19 Al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Simeón iba Selumiel, hijo de Zurisaday; 20 y al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Gad iba Eliasaf, hijo de Deuel.

21 Seguidamente emprendieron la marcha los queatitas llevando los objetos sagrados; para cuando estos llegaban [a la próxima acampada], los otros ya habían montado la Morada.

22 Después emprendió la marcha el estandarte del campamento de los descendientes de Efraín por escuadrones; al frente de sus tropas iba Elisamá, hijo de Amihud. 23 Al frente de las tropas de los descendientes de la tribu de Manasés iba Gamaliel, hijo de Pedasur, 24 mientras Abidán, hijo de Guideoní, comandaba las tropas de la tribu de los descendientes de Benjamín.

25 Finalmente, a retaguardia de todos los campamentos, se puso en marcha el estandarte del campamento de los descendientes de Dan por escuadrones. Ajiezer, hijo de Amisaday, iba al frente de sus tropas. 26 Al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Aser iba Paguiel, hijo de Ocrán, 27 mientras Ajirá, hijo de Enán, iba al frente de las tropas de la tribu de los descendientes de Neftalí.

28 Este era el orden de partida cuando los israelitas se ponían en marcha por escuadrones.

El suegro de Moisés

29 Moisés dijo a su suegro Jobab del clan madianita de Ragüel:

— Nosotros partimos hacia la tierra que el Señor ha prometido darnos. Ven con nosotros y seremos generosos contigo, pues el Señor ha prometido ser generoso con Israel.

30 Pero Jobab le respondió:

— Yo no iré, sino que retornaré a mi tierra natal.

31 Moisés insistió:

— Te ruego que no nos dejes, pues tú conoces los lugares donde hemos de acampar en el desierto y podrás servirnos de guía. 32 Si vienes con nosotros, compartiremos contigo el bienestar que el Señor nos depare.

33 Marcharon, pues, del monte del Señor e hicieron tres jornadas de camino. El Arca de la alianza del Señor los acompañó durante los tres días de camino, buscándoles un lugar donde acampar; 34 por su parte, desde que salieron del campamento, la nube del Señor no dejaba de acompañarlos durante el día.

35 Cuando el Arca se ponía en marcha, Moisés decía:

— ¡Ponte, Señor, en acción!
Que sean dispersados tus enemigos
y huyan de tu presencia los que te aborrecen.

36 Y cuando el Arca se detenía, decía Moisés:

— ¡Mira con benevolencia, Señor,
a los incontables ejércitos de Israel!