Mateo 26:57-68
Reina-Valera 1995
Jesús ante el Concilio(A)
57 Los que prendieron a Jesús lo llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos. 58 Pero Pedro lo siguió de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los guardias para ver el fin. 59 Los principales sacerdotes, los ancianos y todo el Concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús para entregarlo a la muerte, 60 pero no lo hallaron, aunque se presentaron muchos testigos falsos. Pero al fin vinieron dos testigos falsos, 61 que dijeron:
—Éste dijo: “Puedo derribar el Templo de Dios y en tres días reedificarlo.”
62 Se levantó el Sumo sacerdote y le preguntó:
—¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti?
63 Pero Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo:
—Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
64 Jesús le dijo:
—Tú lo has dicho. Y además os digo que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo.
65 Entonces el Sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
—¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? Ahora mismo habéis oído su blasfemia. 66 ¿Qué os parece?
Y respondiendo ellos, dijeron:
—¡Es reo de muerte!
67 Entonces lo escupieron en el rostro y le dieron puñetazos; y otros lo abofeteaban, 68 diciendo:
—Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.
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