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El prudente y el insensato

24 »Todo el que presta atención a mis enseñanzas y las pone en práctica es tan sabio como el hombre que edificó su casa sobre una roca bien firme. 25 Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los huracanes, la casa no se derrumbó porque estaba edificada sobre roca. 26 Pero el que oye mis enseñanzas y no las pone en práctica, es como el tonto que edificó su casa sobre la arena. 27 Cuando llegaron las lluvias, las inundaciones y los fuertes vientos, la casa se derrumbó y su ruina fue irreparable».

28 Cuando Jesús terminó de impartir estas enseñanzas, la multitud que lo había escuchado quedó admirada, 29 porque enseñaba como alguien que tiene gran autoridad y no como los escribas.

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