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»Por eso yo, el Dios de Israel,
también tengo planes contra ustedes:
voy a enviarles una desgracia
de la que no podrán librarse.
Les vienen tiempos tan difíciles
que se les acabará el orgullo.
Cuando llegue ese día,
la gente se burlará de ustedes
y les cantará esta canción:

“¡Se han quedado en la ruina!
¡Antes eran el pueblo de Dios,
pero han cambiado de dueño!
¡Nuestros ejércitos los conquistaron
y nos repartimos sus campos!”

»¡Escúchenme, israelitas!
Ustedes fueron mi pueblo,
pero no volveré a darles terrenos.

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