18 ¿Qué Dios hay como tú,
    que perdone la maldad
y pase por alto el delito
    del remanente de su heredad?
No estarás airado para siempre,
    porque tu mayor placer es amar.
19 Vuelve a compadecerte de nosotros.
    Pon tu pie sobre nuestras maldades
    y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados.

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18 ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. 19 Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

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