Mateo 27
Reina Valera Contemporánea
Jesús ante Pilato(A)
27 Cuando llegó la mañana, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se confabularon contra Jesús, para condenarlo a muerte. 2 Lo ataron y se lo llevaron para entregárselo a Poncio Pilato, el gobernador.
Muerte de Judas
3 Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que Jesús había sido condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos. 4 Les dijo: «He pecado al entregar sangre inocente.» Pero ellos le dijeron: «¿A nosotros qué nos importa? ¡Allá tú!» 5 Entonces Judas arrojó en el templo las monedas de plata, y después de eso salió y se ahorcó. 6 Los principales sacerdotes tomaron las monedas y dijeron: «No está bien echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es el precio de sangre derramada.» 7 Y después de ponerse de acuerdo, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultar allí a los extranjeros. 8 Por eso hasta el día de hoy aquel campo se llama «Campo de sangre».(B) 9 Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: «Y tomaron las treinta monedas de plata, que es el precio estimado por los hijos de Israel, 10 y las usaron para comprar el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.»(C)
Pilato interroga a Jesús(D)
11 Jesús estaba en pie ante el gobernador, y éste le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Jesús le respondió: «Tú lo dices.» 12 Pero ante las acusaciones de los principales sacerdotes y de los ancianos no respondió nada. 13 Entonces Pilato le preguntó: «¿No oyes de cuántas cosas te acusan?» 14 Pero Jesús no le respondió ni una palabra, de tal manera que el gobernador se quedó muy asombrado.
Jesús es sentenciado a muerte(E)
15 Ahora bien, en el día de la fiesta el gobernador acostumbraba poner en libertad a un preso, el que el pueblo quisiera. 16 En aquel momento tenían un preso muy famoso, llamado Barrabás. 17 Pilato se reunió con ellos y les preguntó: «¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás, o a Jesús, al que llaman el Cristo?» 18 Y es que Pilato sabía que ellos lo habían entregado por envidia. 19 Mientras él estaba sentado en el tribunal, su mujer mandó a decirle: «No tengas nada que ver con ese justo, pues por causa de él hoy he tenido un sueño terrible.» 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud de que pidieran a Barrabás, y que mataran a Jesús. 21 El gobernador les preguntó: «¿A cuál de los dos quieren que les suelte?» Y ellos dijeron: «¡A Barrabás!» 22 Pilato les preguntó: «¿Qué debo hacer entonces con Jesús, al que llaman el Cristo?» Y todos le dijeron: «¡Que lo crucifiquen!» 23 Y el gobernador les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho?» Pero ellos gritaban aún más, y decían: «¡Que lo crucifiquen!»
24 Al ver Pilato que no conseguía nada, sino que se armaba más alboroto, tomó agua, se lavó las manos(F) en presencia del pueblo, y dijo: «Allá ustedes. Yo me declaro inocente de la muerte de este justo.» 25 Y todo el pueblo respondió: «¡Que recaiga su muerte sobre nosotros y sobre nuestros hijos!» 26 Entonces les soltó a Barrabás, y luego de azotar a Jesús lo entregó para que lo crucificaran.
27 Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y alrededor de él reunieron a toda la compañía; 28 luego lo desnudaron, le echaron encima un manto escarlata; 29 sobre la cabeza le pusieron una corona tejida de espinas, y en la mano derecha le pusieron una caña; entonces se arrodillaron delante de él, y burlonamente le decían: «¡Salve, Rey de los judíos!» 30 Además, le escupían y con una caña le golpeaban la cabeza. 31 Después de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y lo llevaron para crucificarlo.
Crucifixión y muerte de Jesús(G)
32 Al salir de allí, se encontraron con un hombre de Cirene que se llamaba Simón, y lo obligaron a llevar la cruz. 33 Llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa «Lugar de la Calavera», 34 y allí le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero Jesús, después de haberlo probado, no quiso beberlo. 35 Después de que lo crucificaron, echaron suertes para repartirse sus vestidos,(H) con lo que se cumplió lo dicho por el profeta: «Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.» 36 Luego se sentaron a custodiarlo. 37 Sobre su cabeza pusieron su causa escrita: «ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS». 38 Junto a él crucificaron también a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. 39 Los que pasaban lo insultaban, y mientras meneaban la cabeza(I) 40 decían: «Tú, que derribas el templo y en tres días lo reedificas,(J) sálvate a ti mismo. Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.» 41 Del mismo modo, también se burlaban de él los principales sacerdotes, los escribas, los fariseos y los ancianos. Decían: 42 «Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse. Si es el Rey de Israel, que baje ahora de la cruz, y creeremos en él. 43 Ya que él confió en Dios, pues que Dios lo libre ahora, si lo quiere.(K) Porque él ha dicho: “Soy Hijo de Dios.”» 44 Y también lo insultaban los ladrones que estaban crucificados con él.
45 Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde hubo tinieblas sobre toda la tierra. 46 Cerca de las tres de la tarde, Jesús clamó a gran voz. Decía: «Elí, Elí, ¿lema sabactani?», es decir, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?»(L) 47 Algunos de los que estaban allí, decían al oírlo: «Está llamando a Elías.» 48 Al instante, uno de ellos corrió y tomó una esponja, la empapó en vinagre y, poniéndola en una caña, le dio a beber.(M) 49 Los otros decían: «Deja, veamos si Elías viene a librarlo.» 50 Pero Jesús, después de clamar nuevamente a gran voz, entregó el espíritu.
51 En ese momento el velo(N) del templo se rasgó en dos, de arriba hacia abajo; la tierra tembló, las rocas se partieron, 52 los sepulcros se abrieron, y muchos cuerpos de santos, que ya habían muerto, volvieron a vivir. 53 Después de la resurrección de Jesús, éstos salieron de sus sepulcros y fueron a la santa ciudad, donde se aparecieron a muchos. 54 Al ver el terremoto y las cosas que habían sucedido, el centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús se llenaron de miedo, y dijeron: «¡En verdad, éste era Hijo de Dios!»
55 Muchas mujeres, que desde Galilea habían seguido a Jesús para servirlo, estaban allí mirando de lejos. 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.(O)
Jesús es sepultado(P)
57 Cuando llegó la noche, un hombre rico de Arimatea que se llamaba José, y que también había sido discípulo de Jesús, 58 fue a hablar con Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato ordenó que se lo entregaran. 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, 60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había sido cavado en una peña. Después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue. 61 María Magdalena y la otra María se quedaron sentadas delante del sepulcro.
La guardia ante la tumba
62 Al día siguiente, que es el día después de la preparación, los principales sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato 63 y le dijeron: «Señor, nos acordamos que, cuando aún vivía, aquel engañador dijo: “Después de tres días resucitaré.”(Q) 64 Por lo tanto, manda asegurar el sepulcro hasta el tercer día; no sea que sus discípulos vayan de noche y se lleven el cuerpo, y luego digan al pueblo: “¡Resucitó de entre los muertos!” Porque entonces el último engaño sería peor que el primero.» 65 Y Pilato les dijo: «Ahí tienen una guardia. Vayan y aseguren el sepulcro como sepan hacerlo.» 66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.
Mateo 27
Nueva Versión Internacional
Judas se ahorca
27 Muy de mañana, todos los jefes de los sacerdotes y los líderes religiosos del pueblo tomaron la decisión de condenar a muerte a Jesús. 2 Lo ataron, se lo llevaron y se lo entregaron a Pilato, el gobernador.
3 Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los líderes religiosos.
4 —He pecado —dijo—, porque he entregado a la muerte[a] a un inocente.
—¿Y eso a nosotros qué nos importa? —respondieron—. ¡Allá tú!
5 Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y salió de allí. Luego fue y se ahorcó.
6 Los jefes de los sacerdotes recogieron las monedas y dijeron: «La ley no permite echar esto al tesoro, porque es dinero pagado para derramar sangre». 7 Así que resolvieron comprar con ese dinero un terreno conocido como Campo del Alfarero, para sepultar allí a los extranjeros. 8 Por eso ha sido llamado Campo de Sangre hasta el día de hoy. 9 Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: «Tomaron las treinta monedas de plata, el precio que el pueblo de Israel había fijado, 10 y con ellas compraron el campo del alfarero, como me ordenó el Señor».[b]
Jesús ante Pilato(A)
11 Mientras tanto, Jesús compareció ante el gobernador; este le preguntó:
—¿Eres tú el rey de los judíos?
—Tú mismo lo dices —respondió Jesús.
12 Al ser acusado por los jefes de los sacerdotes y por los líderes religiosos, Jesús no contestó nada.
13 —¿No oyes lo que declaran contra ti? —dijo Pilato.
14 Pero Jesús no contestó ni a una sola acusación, por lo que el gobernador se llenó de asombro.
15 Ahora bien, durante la fiesta el gobernador acostumbraba a soltar un preso que la gente escogiera. 16 Tenían un preso famoso llamado Jesús Barrabás. 17 Así que, cuando se reunió la multitud, Pilato preguntó:
—¿A quién quieren que suelte: a Jesús Barrabás o a Jesús, al que llaman Cristo?
18 Pilato sabía que habían entregado a Jesús por envidia.
19 Mientras Pilato estaba sentado en el tribunal, su esposa le envió el siguiente recado: «No te metas con ese justo, pues, por causa de él, hoy he sufrido mucho en un sueño».
20 Pero los jefes de los sacerdotes y los líderes religiosos persuadieron a la multitud para que pidiera a Pilato soltar a Barrabás y ejecutar a Jesús.
21 —¿A cuál de los dos quieren que suelte? —preguntó el gobernador.
—A Barrabás —dijeron ellos.
22 —¿Y qué voy a hacer con Jesús, al que llaman Cristo? —preguntó Pilato.
—¡Crucifícalo! —respondieron todos.
23 Pero él dijo:
—¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido?
Pero ellos gritaban aún más fuerte:
—¡Crucifícalo!
24 Cuando Pilato vio que no conseguía nada, sino que más bien se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos delante de la gente.
—Soy inocente de la muerte[c] de este hombre —dijo—. ¡Allá ustedes!
25 —¡Que la culpa de su muerte[d] caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos! —contestó todo el pueblo.
26 Entonces soltó a Barrabás; pero a Jesús lo mandó azotar y lo entregó para que lo crucificaran.
Los soldados se burlan de Jesús(B)
27 Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al palacio[e] y reunieron a toda la tropa alrededor de él. 28 Le quitaron la ropa y le pusieron un manto color escarlata. 29 Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza; en la mano derecha le pusieron una vara. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo:
—¡Viva el rey de los judíos!
30 También lo escupían y con la vara golpeaban su cabeza. 31 Después de burlarse de él, le quitaron el manto, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.
La crucifixión(C)
32 Al salir, encontraron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón y lo obligaron a llevar la cruz. 33 Llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa «Lugar de la Calavera». 34 Allí dieron a Jesús vino mezclado con hiel; pero después de probarlo, se negó a beberlo. 35 Lo crucificaron y repartieron su ropa, echando suertes.[f] 36 Y se sentaron a vigilarlo. 37 Encima de su cabeza pusieron por escrito la causa de su condena:
este es jesús, el rey de los judíos.
38 Con él crucificaron a dos bandidos,[g] uno a su derecha y otro a su izquierda. 39 Los que pasaban meneaban la cabeza y blasfemaban contra él:
40 —Tú que destruyes el Templo y en tres días lo reconstruyes, ¡sálvate a ti mismo! Si eres el Hijo de Dios, ¡baja de la cruz!
41 De la misma manera, se burlaban de él los jefes de los sacerdotes, junto con los maestros de la Ley y los líderes religiosos.
42 —Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo! ¡Y es el rey de Israel! Que baje ahora de la cruz y así creeremos en él. 43 Él confía en Dios; pues que lo libre Dios ahora, si de veras lo quiere. ¿Acaso no dijo: “Yo soy el Hijo de Dios”?
44 Así también lo insultaban los bandidos que estaban crucificados con él.
Muerte de Jesús(D)
45 Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde[h] toda la tierra quedó en oscuridad. 46 Como a las tres de la tarde,[i] Jesús gritó con fuerza:
—Elí, Elí,[j] ¿lema sabactani? —que significa “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.[k]
47 Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban allí dijeron:
—Está llamando a Elías.
48 Al instante uno de ellos corrió en busca de una esponja. La empapó en vinagre, la puso en una vara y se la ofreció a Jesús para que bebiera. 49 Los demás decían:
—Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.
50 Entonces Jesús volvió a gritar con fuerza y entregó su espíritu.
51 En ese momento, la cortina del santuario del Templo se rasgó en dos, de arriba a abajo. La tierra tembló y se partieron las rocas. 52 Se abrieron los sepulcros y muchos creyentes que habían muerto resucitaron. 53 Salieron de los sepulcros y, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.
54 Cuando el centurión y los que con él estaban custodiando a Jesús vieron el terremoto y todo lo que había sucedido, quedaron aterrados y exclamaron:
—¡Verdaderamente este era el Hijo de Dios!
55 Estaban allí, mirando desde lejos, muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle. 56 Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Santiago y de José, y también la madre de los hijos de Zebedeo.
Sepultura de Jesús(E)
57 Al atardecer, llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. 58 Se presentó ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús y Pilato ordenó que se lo dieran. 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia 60 y lo puso en un sepulcro nuevo de su propiedad, que había cavado en la roca. Luego hizo rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro y se fue. 61 Allí estaban, sentadas frente al sepulcro, María Magdalena y la otra María.
La guardia ante el sepulcro
62 Al día siguiente, después del día de la preparación, los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron ante Pilato.
63 —Señor —dijeron—, nosotros recordamos que mientras ese engañador aún vivía, dijo: “A los tres días resucitaré”. 64 Por eso, ordene usted que se selle el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vengan sus discípulos, se roben el cuerpo y digan al pueblo que ha resucitado. Ese último engaño sería peor que el primero.
65 —Llévense una guardia de soldados —ordenó Pilato—, y vayan a asegurar el sepulcro lo mejor que puedan.
66 Así que ellos fueron, cerraron el sepulcro con una piedra, lo sellaron y dejaron puesta la guardia.
Footnotes
- 27:4 muerte. Lit. sangre inocente.
- 27:10 Véanse Zac 11:12,13; Jer 19:1-13; 32:6-9.
- 27:24 muerte. Lit. sangre.
- 27:25 la culpa de su muerte. Lit. que su sangre caiga sobre nosotros.
- 27:27 palacio. Lit. pretorio.
- 27:35 suertes. Var. suertes, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta: «Se repartieron entre ellos mi manto y sobre mi ropa echaron suertes» (Sal 22:18; véase Jn 19:24).
- 27:38 bandidos. Alt. insurgentes; también en v. 44.
- 27:45 Desde … tarde. Lit. Desde la hora sexta hasta la hora novena.
- 27:46 Como … tarde. Lit. Como a la hora novena.
- 27:46 Elí, Elí. Var. Eloi, Eloi.
- 27:46 Sal 22:1.
Mateo 27
Magandang Balita Biblia
Dinala si Jesus kay Pilato(A)
27 Kinaumagahan, nagpulong ang mga punong pari at mga pinuno ng bayan[a] kung paano nilang maipapapatay si Jesus. 2 Siya'y kanilang iginapos at dinala kay Pilato na gobernador.
Ang Pagkamatay ni Judas(B)
3 Nang(C) malaman ng taksil na si Judas na si Jesus ay nahatulang mamatay, nagsisi siya at isinauli sa mga punong pari at mga pinuno ng bayan ang tatlumpung pirasong pilak. 4 Sinabi niya, “Nagkasala ako! Ipinagkanulo ko ang dugo ng taong walang kasalanan.”
“Ano ang pakialam namin sa iyo? Bahala ka sa buhay mo!” sagot nila.
5 Inihagis ni Judas sa loob ng Templo ang tatlumpung pirasong pilak, at pagkaalis doon, siya'y nagbigti.
6 Pinulot ng mga punong pari ang mga pirasong pilak. Sinabi nila, “Labag sa Kautusan na ilagay ang salaping ito sa kabang-yaman ng Templo sapagkat bayad ito sa buhay ng isang tao.” 7 Nagkaisa sila na ang salaping iyon ay ibili ng bukid ng isang magpapalayok, upang gawing libingan ng mga dayuhan. 8 Mula noon hanggang ngayon, ang bukid na iyon ay tinatawag na “Bukid ng Dugo.”
9 Sa(D) gayon, natupad ang sinabi ni propeta Jeremias: “Kinuha nila ang tatlumpung pirasong pilak, ang halagang katumbas niya ayon sa mga Israelita, 10 at ginamit ito upang bilhin ang bukid ng isang magpapalayok, ayon sa iniutos sa akin ng Panginoon.”
Si Jesus sa Harap ni Pilato(E)
11 Iniharap si Jesus sa gobernador at siya'y tinanong nito, “Ikaw nga ba ang Hari ng mga Judio?”
Sumagot si Jesus, “Ikaw na ang may sabi.” 12 Ngunit nang paratangan siya ng mga punong pari at ng mga pinuno ng bayan, hindi siya umimik.
13 Kaya't sinabi sa kanya ni Pilato, “Hindi mo ba naririnig ang marami nilang paratang laban sa iyo?” 14 Ngunit hindi pa rin siya umimik kaya't labis na nagtaka ang gobernador.
Hinatulang Mamatay si Jesus(F)
15 Nakaugalian na ng gobernador na tuwing Paskwa ay magpalaya ng isang bilanggo na hinihiling ng taong-bayan. 16 Noon ay may isang kilalang bilanggo na kilala sa kasamaan na ang pangalan ay [Jesus] Barabbas.[b] 17 Nang magkatipon ang mga tao ay tinanong sila ni Pilato, “Sino ang ibig ninyong palayain ko, si Jesus Barabbas, o si Jesus na tinatawag na ‘Cristo’?” 18 Alam ni Pilato na naiinggit lamang sila kaya nila isinakdal si Jesus.
19 Bukod dito, nang si Pilato ay nakaupo sa hukuman, nagpasabi ang kanyang asawa, “Huwag kang makialam sa usapin ng taong iyan. Wala siyang kasalanan. Labis akong nahirapan dahil sa aking panaginip kagabi tungkol sa kanya.”
20 Ang mga tao nama'y hinikayat ng mga punong pari at ng mga pinuno ng bayan[c] na hilingin kay Pilato na si Barabbas ang palayain at si Jesus ay ipapatay. 21 Muli silang tinanong ng gobernador, “Sino sa dalawa ang nais ninyong palayain ko?”
“Si Barabbas!” sigaw ng mga tao.
22 Sinabi sa kanila ni Pilato, “Kung gayon, ano ang gagawin ko kay Jesus, na tinatawag na Cristo?”
At sumagot ang lahat, “Ipako siya sa krus!”
23 “Bakit? Ano ang nagawa niyang masama?” tanong ni Pilato.
Ngunit lalo pang lumakas ang kanilang sigawan, “Ipako siya sa krus!”
24 Nang(G) makita ni Pilato na wala siyang magagawa, at malamang pa'y magkagulo, nagpakuha siya ng tubig at naghugas ng kamay sa harap ng mga tao. “Wala akong pananagutan sa dugo[d] ng taong ito. Ito'y pananagutan ninyo!” sabi niya.
25 Sumagot naman ang mga tao, “Pananagutan namin at ng aming mga anak ang dugo[e] niya.”
26 Pinalaya nga ni Pilato si Barabbas at ipinahagupit naman si Jesus. Pagkatapos, ibinigay siya sa kanila upang ipako sa krus.
Hinamak ng mga Kawal si Jesus(H)
27 Si Jesus ay dinala ng mga kawal ng gobernador sa palasyo nito,
at nagkatipon ang buong batalyon sa paligid niya. 28 Siya'y hinubaran nila at sinuotan ng isang balabal na matingkad na pula. 29 Kumuha sila ng matitinik na baging, ginawa itong korona at ipinutong sa kanya. Pagkatapos, pinahawak sa kanyang kanang kamay ang isang tangkay ng tambo. Siya'y niluhud-luhuran nila at kinutya ng ganito, “Mabuhay ang Hari ng mga Judio!” 30 Siya'y pinagduduraan pa nila. Kinuha nila ang tambo at ito'y inihampas sa kanyang ulo. 31 Matapos kutyain, hinubad nila ang balabal at muling sinuotan ng sarili niyang damit. Pagkatapos, inilabas siya upang ipako sa krus.
Ipinako sa Krus si Jesus(I)
32 Paglabas ng lungsod, nakita ng mga sundalo si Simon na taga-Cirene. Pilit nilang ipinapasan sa kanya ang krus ni Jesus. 33 Dumating sila sa lugar na tinatawag na Golgotha, na ang kahulugan ay “Pook ng Bungo.” 34 Binigyan(J) nila si Jesus ng alak na hinaluan ng apdo, ngunit nang matikman niya iyon ay hindi niya ininom.
35 Nang(K) maipako na siya sa krus, pinaghati-hatian ng mga kawal ang kanyang mga damit sa pamamagitan ng palabunutan, 36 naupo sila at siya'y binantayan. 37 Inilagay nila sa kanyang ulunan ang paratang laban sa kanya na may nakasulat na ganito, “Ito'y si Jesus na Hari ng mga Judio.” 38 At may dalawang magnanakaw na ipinako rin sa krus, isa sa gawing kanan at isa sa kaliwa.
39 Kinukutya(L) siya ng mga nagdaraan. Pailing-iling nilang 40 sinasabi,(M) “Di ba't ikaw ang gigiba ng Templo at muling magtatayo nito sa loob ng tatlong araw? Iligtas mo ngayon ang iyong sarili! Kung ikaw nga ang Anak ng Diyos, bumabâ ka sa krus!”
41 Kinutya rin siya ng mga punong pari, mga tagapagturo ng Kautusan at mga pinuno ng bayan.[f] Sinabi nila, 42 “Iniligtas niya ang iba ngunit hindi niya mailigtas ang sarili! Di ba siya ang Hari ng Israel? Bumabâ lang siya ngayon sa krus ay maniniwala na kami sa kanya! 43 Nananalig(N) siya sa Diyos, at sinasabi niyang siya ang Anak ng Diyos. Tingnan natin kung ililigtas siya ng Diyos!”
44 Nilait din siya ng mga magnanakaw na ipinakong kasama niya.
Ang Pagkamatay ni Jesus(O)
45 Mula sa tanghaling tapat hanggang sa ikatlo ng hapon ay nagdilim sa buong lupain. 46 Nang(P) mag-aalas tres na ng hapon, sumigaw si Jesus, “Eli, Eli, lema sabachthani?” na ang ibig sabihi'y “Diyos ko, Diyos ko, bakit mo ako pinabayaan?”
47 Ito'y narinig ng ilan sa mga nakatayo roon kaya't sinabi nila, “Tinatawag niya si Elias!” 48 May(Q) isang tumakbo kaagad at kumuha ng espongha, binasâ ito ng maasim na alak, inilagay sa dulo ng isang patpat at ipinasipsip kay Jesus.
49 Sinabi naman ng iba, “Hintay muna, tingnan natin kung darating si Elias upang iligtas siya!”
50 Muling sumigaw si Jesus nang malakas at siya'y nalagutan ng hininga.
51 Biglang(R) nahati ang tabing ng Templo, mula sa itaas hanggang sa ibaba. Nayanig ang lupa at nabiyak ang mga bato. 52 Nabuksan ang mga libingan at muling nabuhay ang maraming banal na namatay. 53 Lumabas sila ng libingan, at pagkatapos na muling mabuhay si Jesus, sila'y pumasok sa banal na lungsod at doo'y marami ang nakakita sa kanila.
54 Nasindak ang opisyal at ang mga kawal na nagbabantay kay Jesus nang maramdaman nila ang lindol at masaksihan ang lahat ng nangyari. Sabi nila, “Tunay na siya'y Anak ng Diyos!”
55 Naroon(S) din ang maraming mga babaing nakatanaw mula sa malayo. Sila'y sumunod kay Jesus mula pa sa Galilea, at naglingkod sa kanya. 56 Kabilang sa kanila si Maria Magdalena, si Maria na ina ni Santiago at ni Jose, at ang asawa ni Zebedeo.
Ang Paglilibing kay Jesus(T)
57 Pagsapit ng dilim, dumating si Jose, isang mayamang taga-Arimatea na tagasunod din ni Jesus. 58 Hiningi niya kay Pilato ang bangkay ni Jesus, kaya't iniutos ni Pilato na ibigay ito kay Jose. 59 Nang makuha na ang bangkay, binalutan niya ito ng malinis na tela ng lino. 60 Inilagay niya ito sa kanyang bagong libingan na ipinauka niya sa bato. Pagkatapos, iginulong niya sa pintuan ang isang malaking batong panakip, at saka umalis. 61 Naroon sina Maria Magdalena at ang isa pang Maria na nakaupo sa tapat ng libingan.
Ang mga Bantay sa Libingan
62 Kinabukasan, pagkatapos ng Araw ng Paghahanda, sama-samang nagpunta kay Pilato ang mga punong pari at ang mga Pariseo. 63 Sinabi(U) nila, “Naalala po namin na sinabi ng mapagpanggap na iyon noong siya'y nabubuhay pa, na siya'y muling mabubuhay pagkaraan ng tatlong araw. 64 Kaya pabantayan po sana ninyong mabuti ang libingan hanggang sa ikatlong araw. Baka pumunta doon ang kanyang mga alagad at kunin ang bangkay at pagkatapos ay ipamalitang siya'y muling nabuhay. Ang pandarayang ito ay magiging masahol pa kaysa una.”
65 Sinabi sa kanila ni Pilato, “Kumuha kayo ng mga kawal at pabantayan ninyong mabuti ang libingan.”
66 Kaya pumunta nga sila roon at tiniyak na hindi mabubuksan ang libingan, nilagyan ng tatak ang batong panakip sa libingan, at pinabantayan ito sa kawal.
Footnotes
- Mateo 27:1 pinuno ng bayan: Sa Griego ay matatanda .
- Mateo 27:16 Jesus Barabbas: Sa ibang manuskrito'y hindi nakasulat ang salitang “Jesus”.
- Mateo 27:20 pinuno ng bayan: Sa Griego ay matatanda .
- Mateo 27:24 dugo: o kaya'y pagkamatay .
- Mateo 27:25 dugo: o kaya'y pagkamatay .
- Mateo 27:41 pinuno ng bayan: Sa Griego ay matatanda .
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