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El complot para prender a Jesús

26 Y sucedió que, cuando Jesús terminó de hablar todas estas cosas, dijo a sus discípulos:

Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado.

Entonces los principales sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del palacio del sumo sacerdote llamado Caifás,

y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús, y matarle.

Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga un alboroto en el pueblo.

Jesucristo es ungido en Betania

Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,

se acercó a él una mujer, con un frasco de alabastro de perfume muy caro, y lo derramó sobre la cabeza de él, mientras estaba sentado a la mesa.

Al ver esto, los discípulos se indignaron y decían: ¿Para qué este despilfarro?

Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.

10 Dándose cuenta de ello, les dijo Jesús: ¿Por qué molestáis a esta mujer?, pues ha hecho conmigo una buena obra.

11 Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.

12 Pues al derramar ella este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho con miras a mi sepultura.

13 De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, en recuerdo de ella.

Judas se ofrece para entregar a Jesucristo

14 Entonces uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes,

15 y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.

16 Y desde entonces buscaba una oportunidad para entregarle.

Institución de la Cena del Señor

17 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, se acercaron los discípulos a Jesús y le dijeron: ¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer la pascua?

18 Y él dijo: Id a la ciudad, a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la pascua con mis discípulos.

19 Y los discípulos hicieron conforme Jesús les había mandado, y prepararon la pascua.

20 Al caer la tarde, se sentó a la mesa con los doce.

21 Y mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.

22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a decirle: ¿Acaso soy yo, Señor?

23 Entonces él respondió y dijo: El que mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar.

24 El Hijo del Hombre se va, es cierto, según está escrito de él, pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!

25 Tomando la palabra Judas, el que le estaba traicionando, dijo: ¿Acaso soy yo, Maestro? Jesús le respondió: Tú lo has dicho.

26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan y, tras pronunciar la bendición, lo partió, lo dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.

27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed de ella todos;

28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que va a ser derramada por muchos, para remisión de los pecados.

29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

Jesús anuncia la negación de Pedro

30 Y cuando hubieron cantado el himno, salieron hacia el monte de los Olivos.

31 Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque está escrito: Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas del rebaño.

32 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.

33 Tomando entonces Pedro la palabra, le dijo: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré.

34 Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.

35 Pedro le dijo: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní

36 Entonces marchó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, mientras voy a orar allá.

37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a sentir gran angustia.

38 Entonces les dijo: Mi alma está abrumada de una tristeza mortal; quedaos aquí, y velad conmigo.

39 Y adelantándose un poco, se postró rostro en tierra, orando y diciendo: Padre mío, si es posible pase de mí esta copa; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como tú.

40 Vino luego a los discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está animoso, pero la carne es débil.

42 De nuevo se apartó, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no es posible que pase de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.

43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.

44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.

45 Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid, pues, y descansad. He aquí que ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.

46 Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.

Arresto de Jesús

47 Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.

48 Y el que le entregaba les había dado una contraseña, diciendo: Al que yo bese, ése es; prendedle.

49 Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó.

50 Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.

51 En esto, uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hirió a un siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.

52 Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que empuñen espada, a espada perecerán.

53 ¿O te parece que no puedo ahora rogar a mi Padre, y que él no pondría a mi disposición más de doce legiones de ángeles?

54 Pero ¿cómo se cumplirían entonces las Escrituras, de que es menester que suceda así?

55 Seguidamente, dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Cada día me sentaba ante vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.

56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos le abandonaron y huyeron.

Jesucristo ante el sanedrín

57 Los que prendieron a Jesús le llevaron ante el sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos.

58 Y Pedro le seguía de lejos hasta el patio del palacio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los guardias, para ver el final.

59 Los principales sacerdotes y los ancianos y todo el sanedrín, buscaban un falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte,

60 y no lo hallaron, aunque se presentaron muchos testigos falsos. Pero al fin llegaron dos testigos falsos,

61 que dijeron: Éste dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y reedificarlo en tres días.

62 Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?

63 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.

64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que a partir de ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo sobre las nubes del cielo.

65 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.

66 ¿Qué os parece? Ellos respondieron y dijeron: ¡Es reo de muerte!

67 Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofetearon,

68 diciendo: Profetízanos, Cristo, ¿quién es el que te golpeó?

Pedro niega a Jesús

69 Pedro estaba sentado fuera en el patio; y se le acercó una criada, y le dijo: Tú también estabas con Jesús el galileo.

70 Mas él lo negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices.

71 Al salir él al portal, le vio otra, y dijo a los que estaban allí: También éste estaba con Jesús el nazareno.

72 Pero él negó otra vez con juramento: No conozco a ese hombre.

73 Un poco después, se acercaron los que estaban allí, y le dijeron a Pedro: De seguro que tú también eres uno de ellos, porque hasta tu manera de hablar te descubre.

74 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a ese hombre. Y en seguida cantó el gallo.

75 Entonces Pedro se acordó de la palabra de Jesús, el cual le había dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró amargamente.

La conspiración contra Jesús(A)

26 Después de exponer todas estas cosas, Jesús dijo a sus discípulos: «Como ya saben, faltan dos días para la Pascua y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».

Se reunieron entonces los jefes de los sacerdotes y los líderes religiosos del pueblo en el palacio de Caifás, el sumo sacerdote, y con artimañas buscaban cómo arrestar a Jesús para matarlo. «Pero no durante la fiesta —decían—, no sea que se amotine el pueblo».

Una mujer unge a Jesús en Betania(B)

Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, que había tenido una enfermedad en su piel, se acercó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy caro, y lo derramó sobre la cabeza de Jesús mientras él estaba sentado a la mesa.

Al ver esto, los discípulos se indignaron.

—¿Para qué este desperdicio? —dijeron—. Podía haberse vendido este perfume por mucho dinero para dárselo a los pobres.

10 Consciente de ello, Jesús dijo:

—¿Por qué molestan a esta mujer? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo. 11 A los pobres siempre los tendrán con ustedes, pero a mí no me van a tener siempre. 12 Al derramar ella este perfume sobre mi cuerpo, lo hizo a fin de prepararme para la sepultura. 13 Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique este evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.

Judas acuerda traicionar a Jesús(C)

14 Uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a los jefes de los sacerdotes.

15 —¿Cuánto me dan y yo les entrego a Jesús? —propuso.

Decidieron pagarle treinta monedas de plata. 16 Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregarlo.

La Cena del Señor(D)(E)(F)

17 El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, se acercaron los discípulos a Jesús y preguntaron:

—¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para que comas la Pascua?

18 Él les respondió que fueran a la ciudad, a la casa de cierto hombre y dijeran: «El Maestro dice: “Mi tiempo está cerca. Voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”». 19 Los discípulos hicieron entonces como Jesús había mandado y prepararon la Pascua.

20 Al anochecer, Jesús estaba sentado a la mesa con los doce. 21 Mientras comían, dijo:

—Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.

22 Ellos se entristecieron mucho y uno por uno comenzaron a preguntarle:

—¿Acaso seré yo, Señor?

23 —El que mete la mano conmigo en el plato es el que me va a traicionar —respondió Jesús—. 24 El Hijo del hombre se irá, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

25 —¿Acaso seré yo, Rabí? —dijo Judas, el que lo iba a traicionar.

—Tú lo has dicho —contestó Jesús.

26 Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a sus discípulos, diciéndoles:

—Tomen y coman; esto es mi cuerpo.

27 Después tomó una copa, dio gracias y se la dio a ellos diciéndoles:

—Beban de ella todos ustedes. 28 Esto es mi sangre del pacto[a] que es derramada por muchos para el perdón de pecados. 29 Les digo que no beberé de este fruto de la vid desde ahora en adelante, hasta aquel día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.

30 Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.

Jesús predice la negación de Pedro(G)

31 —Esta misma noche —dijo Jesús— todos ustedes me abandonarán, porque está escrito:

»“Heriré al pastor
    y se dispersarán las ovejas del rebaño”.[b]

32 Pero después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea».

33 —Aunque todos te abandonen —declaró Pedro—, yo jamás lo haré.

34 —Te aseguro —le contestó Jesús— que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me negarás tres veces.

35 —Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro—, jamás te negaré.

Y los demás discípulos dijeron lo mismo.

Jesús en Getsemaní(H)

36 Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní y dijo: «Siéntense aquí mientras voy más allá a orar». 37 Se llevó a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo y comenzó a sentirse triste y angustiado. 38 «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos conmigo».

39 Yendo un poco más allá, se postró rostro en tierra y oró: «Padre mío, si es posible, no me hagas beber este trago amargo.[c] Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

40 Luego volvió adonde estaban sus discípulos y los encontró dormidos. «¿No pudieron mantenerse despiertos conmigo ni una hora? —dijo a Pedro—. 41 Permanezcan despiertos y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».

42 Por segunda vez se retiró y oró: «Padre mío, si no es posible evitar que yo beba este trago amargo,[d] hágase tu voluntad».

43 Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. 44 Así que los dejó y se retiró a orar por tercera vez, diciendo lo mismo.

45 Volvió de nuevo a los discípulos y dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? Miren, se acerca la hora; el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 46 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!».

Arresto de Jesús(I)

47 Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los líderes religiosos del pueblo. 48 El traidor había dado esta contraseña: «Al que le dé un beso, ese es; arréstenlo». 49 Enseguida Judas se acercó a Jesús y lo saludó diciendo:

—¡Rabí!

Y lo besó.

50 —Amigo —respondió Jesús—, ¿a qué vienes?[e]

Entonces los hombres se acercaron y prendieron a Jesús. 51 En eso, uno de los que estaban con él extendió la mano, sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.

52 —Guarda tu espada —le dijo Jesús—, porque los que a hierro matan, a hierro mueren.[f] 53 ¿Crees que no puedo acudir a mi Padre y al instante pondría a mi disposición más de doce batallones[g] de ángeles? 54 Entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder?

55 Y de inmediato dijo a la turba:

—¿Acaso soy un bandido[h] para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo y no me arrestaron. 56 Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas.

Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Jesús ante el Consejo(J)

57 Los que habían arrestado a Jesús lo llevaron ante Caifás, el sumo sacerdote, donde se habían reunido los maestros de la Ley y los líderes religiosos. 58 Pero Pedro lo siguió de lejos hasta el patio del sumo sacerdote. Entró y se sentó con los guardias para ver en qué terminaba aquello.

59 Los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno buscaban alguna prueba falsa contra Jesús para poder condenarlo a muerte. 60 Pero no la encontraron, a pesar de que se presentaron muchos testigos falsos.

Por fin se presentaron dos 61 que declararon:

—Este hombre dijo: “Puedo destruir el Templo de Dios y reconstruirlo en tres días”.

62 Poniéndose en pie, el sumo sacerdote dijo a Jesús:

—¿No vas a responder? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra?

63 Pero Jesús se quedó callado. Así que el sumo sacerdote insistió:

—Te ordeno en el nombre del Dios viviente que nos digas si eres el Cristo, el Hijo de Dios.

64 —Tú lo has dicho —respondió Jesús—. Pero yo les digo a todos: De ahora en adelante ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo sobre las nubes del cielo.

65 —¡Ha blasfemado! —exclamó el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—. ¿Para qué necesitamos más testigos? ¡Miren, ustedes mismos han oído la blasfemia! 66 ¿Qué piensan de esto?

—Merece la muerte —contestaron.

67 Entonces algunos escupieron su rostro y le dieron puñetazos. Otros lo abofeteaban 68 y decían:

—A ver, Cristo, ¡profetiza! ¿Quién te pegó?

Pedro niega a Jesús(K)

69 Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera, en el patio, y una criada se acercó.

—Tú también estabas con Jesús de Galilea —le dijo.

70 Pero él lo negó delante de todos, diciendo:

—No sé de qué estás hablando.

71 Luego salió a la puerta, donde otra criada lo vio y dijo a los que estaban allí:

—Este estaba con Jesús de Nazaret.

72 Él lo volvió a negar, jurándoles:

—¡A ese hombre ni lo conozco!

73 Poco después se acercaron a Pedro los que estaban allí y le dijeron:

—Seguro que eres uno de ellos; se te nota por tu acento.

74 Y comenzó a echarse maldiciones y juró:

—¡A ese hombre ni lo conozco!

En ese instante cantó un gallo. 75 Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús había dicho: «Antes de que el gallo cante, me negarás tres veces». Y saliendo de allí, lloró amargamente.

Footnotes

  1. 26:28 del pacto. Var. del nuevo pacto (véase Lc 22:20).
  2. 26:31 Zac 13:7.
  3. 26:39 no … amargo. Lit. que pase de mí esta copa.
  4. 26:42 evitar … amargo. Lit. que esto pase de mí.
  5. 26:50 ¿a qué vienes? Alt. haz lo que viniste a hacer.
  6. 26:52 porque … mueren. Lit. porque todos los que toman espada, por espada perecerán.
  7. 26:53 batallones. Lit. legiones.
  8. 26:55 bandido. Alt. insurgente.

The Plot to Kill Jesus(A)

26 When Jesus had finished all these sayings, He said to His disciples, “You know that after two days is the Passover, and the Son of Man will be betrayed to be crucified.”

Then the chief priests, the scribes, and the elders of the people gathered in the palace of the high priest, who was called Caiaphas, and took counsel that they might take Jesus covertly and kill Him. But they said, “Not on the feast day, lest there be an uproar among the people.”

The Anointing at Bethany(B)

When Jesus was in Bethany in the house of Simon the leper, a woman came to Him having an alabaster jar of very expensive ointment and poured it on His head as He sat at supper.

When His disciples saw it, they were indignant, saying, “For what purpose is this waste? This ointment might have been sold for a large sum and given to the poor.”

10 When Jesus perceived it, He said to them, “Why do you trouble the woman? She has done a good work for Me. 11 For you have the poor always with you, but you do not always have Me. 12 In pouring this ointment on My body, she did it for My burial. 13 Truly I say to you, wherever this gospel shall be preached in the whole world, what this woman has done will be told in memory of her.”

Judas’ Agreement to Betray Jesus(C)

14 Then one of the twelve, who was called Judas Iscariot, went to the chief priests 15 and said to them, “What will you give me if I hand Him over to you?” And they paid him thirty pieces of silver. 16 From that moment he searched for an opportunity to betray Him.

The Passover With the Disciples(D)

17 On the first day of the Feast of Unleavened Bread the disciples came to Jesus, saying, “Where will You have us to prepare for You to eat the Passover?”

18 He said, “Go into the city to a certain man, and say to him, ‘The Teacher says, My time is at hand. I will keep the Passover at your house with My disciples.’ ” 19 The disciples did as Jesus had directed them, and they prepared the Passover.

20 When evening came, He sat down with the twelve. 21 And as they were eating, He said, “Truly I say to you, one of you will betray Me.”

22 They were very sorrowful, and each of them began saying to Him, “Lord, is it I?”

23 He answered and said, “He who has dipped his hand with Me in the dish will betray Me. 24 The Son of Man goes as it is written of Him, but woe to that man by whom the Son of Man is betrayed! It would have been good for that man if he had not been born.”

25 Then Judas, who betrayed Him, answered, “Master, is it I?”

He said to him, “You have said it.”

The Lord’s Supper(E)

26 As they were eating, Jesus took bread, blessed it and broke it, and gave it to the disciples and said, “Take and eat. This is My body.”

27 Then He took the cup, and after He gave thanks, He gave it to them, saying, “Drink of it, all of you. 28 For this is My blood of the new covenant, which is shed for many for the remission of sins. 29 I say to you, I will not drink of this fruit of the vine from now on until that day when I drink it new with you in My Father’s kingdom.”

30 And when they had sung a hymn, they went out to the Mount of Olives.

Peter’s Denial Foretold(F)

31 Then Jesus said to them, “All of you will fall away on account of Me this night, for it is written:

‘I will strike the shepherd,
    and the sheep of the flock shall be scattered.’[a]

32 But after I have risen, I will go before you to Galilee.”

33 Peter answered, “Though all men will fall away on account of You, yet I will never fall away.”

34 Jesus said to him, “Truly I say to you, this night, before the rooster crows, you will deny Me three times.”

35 Peter said to Him, “Though I should die with You, yet I will not deny You.” And all the disciples spoke in this manner.

The Prayer in Gethsemane(G)

36 Then Jesus came with them to a place called Gethsemane and said to the disciples, “Sit here while I go and pray close by.” 37 He took with Him Peter and the two sons of Zebedee and began to be sorrowful and troubled. 38 Then He said to them, “My soul is very sorrowful, even to death. Wait here, and keep watch with Me.”

39 He went a little farther, and falling on His face, He prayed, “O My Father, if it is possible, let this cup pass from Me. Nevertheless, not as I will, but as You will.”

40 Then He came to the disciples and found them sleeping, and said to Peter, “So, could you not keep watch with Me one hour? 41 Watch and pray that you enter not into temptation. The spirit indeed is willing, but the flesh is weak.”

42 He went away a second time and prayed, “O My Father, if this cup cannot pass away from Me unless I drink it, Your will be done.”

43 Again, He came and found them sleeping, for their eyes were heavy. 44 So leaving them again, He went away and prayed the third time, saying the same words.

45 Then He came to His disciples and said to them, “Sleep on now, and take your rest. Look, the hour is near, and the Son of Man is betrayed into the hands of sinners. 46 Rise, let us be going. Look, he who betrays Me is at hand.”

The Betrayal and Arrest of Jesus(H)

47 While He was still speaking, Judas, one of the twelve, came. And with him was a great crowd with swords and clubs, from the chief priests and elders of the people. 48 Now he who betrayed Him had given them a sign, saying, “Whomever I shall kiss is the Man. Seize Him.” 49 He immediately came to Jesus and said, “Hail, Rabbi!” and kissed Him.

50 And Jesus said to him, “Friend, why have you come?”

Then they came and laid hands on Jesus and took Him. 51 Immediately, one of those who were with Jesus stretched out his hand, and drew his sword, and struck the servant of the high priest, and cut off his ear.

52 Then Jesus said to him, “Put your sword back in its place. For all those who take up the sword will perish by the sword. 53 Do you think that I cannot now pray to My Father, and He will at once give Me more than twelve legions of angels? 54 But how then would the Scriptures be fulfilled, that it must be so?”

55 At that same moment Jesus said to the crowds, “Have you come out as against a thief to take Me with swords and clubs? Daily I sat with you in the temple teaching, and you did not seize Me. 56 But all this was done that the Scriptures of the prophets might be fulfilled.” Then all the disciples forsook Him and fled.

Jesus Before the Sanhedrin(I)

57 Those who had seized Jesus led Him away to Caiaphas the high priest, where the scribes and the elders had assembled. 58 But Peter followed Him from afar to the high priest’s courtyard and went in, and sat with the servants to see the end.

59 The chief priests and the elders and the entire Sanhedrin searched for false witness against Jesus to put Him to death, 60 but they found none. Yes, though many false witnesses came forward, they found none.

At last two false witnesses came forward 61 and said, “This fellow said, ‘I am able to destroy the temple of God and to build it in three days.’ ”

62 Then the high priest stood up and said to Him, “Do You answer nothing? What is it these men testify against You?” 63 But Jesus remained silent.

The high priest said to Him, “I adjure You by the living God, tell us whether You are the Christ, the Son of God.”

64 Jesus said to him, “You have said so. But I say to you, hereafter you will see the Son of Man seated at the right hand of Power and coming on the clouds of heaven.”

65 Then the high priest tore his clothes, saying, “He has uttered blasphemy. What further need do we have for witnesses? See, now you have heard His blasphemy. 66 What do you think?”

They answered, “He is guilty unto death.”

67 Then they spat in His face and struck Him. And others slapped Him with the palms of their hands, 68 saying, “Prophesy to us, You Christ! Who is it that struck You?”

Peter’s Denial of Jesus(J)

69 Now Peter sat outside in the courtyard. And a girl came to him, saying, “You also were with Jesus of Galilee.”

70 But he denied it before them all, saying, “I do not know what you are saying.”

71 Then when he went out onto the porch, another girl saw him and said to those who were there, “This man was also with Jesus of Nazareth.”

72 Again he denied with an oath, “I do not know the Man.”

73 After a while those who stood by came to Peter and said, “Surely you also are one of them, for your accent betrays you.”

74 Then he began to invoke a curse on himself and he swore, “I do not know the Man.”

Then immediately a rooster crowed. 75 Then Peter remembered the word Jesus had spoken, “Before a rooster crows, you will deny Me three times.” Then he went out and wept bitterly.