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20 Estas cosas son las que contaminan al hombre. El comer sin lavarse las manos no contamina a nadie.»

La fe de la mujer cananea(A)

21 Cuando Jesús salió de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22 De pronto salió una mujer cananea de aquella región, y a gritos le decía: «¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! ¡A mi hija la atormenta un demonio!»

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