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¡Y felices aquellos para quienes yo no soy causa de tropiezo!

Jesús habla de Juan el Bautista (Lc 7,24-35)

Cuando se fueron los enviados de Juan, Jesús se puso a hablar de él a la gente. Decía:

— Cuando salisteis a ver a Juan al desierto, ¿qué esperabais encontrar? ¿Una caña agitada por el viento? ¿O esperabais encontrar un hombre espléndidamente vestido? ¡Los que visten con esplendidez viven en los palacios reales!

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