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Pedro niega a Jesús

69 Mientras tanto, Pedro estaba sentado afuera en el patio. Una sirvienta se acercó y le dijo:

—Tú eras uno de los que estaban con Jesús, el galileo.

70 Pero Pedro lo negó frente a todos.

—No sé de qué hablas—le dijo.

71 Más tarde, cerca de la puerta, lo vio otra sirvienta, quien les dijo a los que estaban por ahí: «Este hombre estaba con Jesús de Nazaret[a]».

72 Nuevamente, Pedro lo negó, esta vez con un juramento. «Ni siquiera conozco al hombre», dijo.

73 Un poco más tarde, algunos de los otros que estaban allí se acercaron a Pedro y dijeron:

—Seguro que tú eres uno de ellos; nos damos cuenta por el acento galileo que tienes.

74 Pedro juró:

—¡Que me caiga una maldición si les miento! ¡No conozco al hombre!

Inmediatamente, el gallo cantó.

75 De repente, las palabras de Jesús pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». Y Pedro salió llorando amargamente.

Judas se ahorca

27 Muy temprano por la mañana, los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se juntaron nuevamente para tramar de qué manera ejecutar a Jesús. Luego, lo ataron, se lo llevaron y lo entregaron a Pilato, el gobernador romano.

Cuando Judas, quien lo había traicionado, se dio cuenta de que habían condenado a muerte a Jesús, se llenó de remordimiento. Así que devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos.

—He pecado—declaró—, porque traicioné a un hombre inocente.

—¿Qué nos importa?—contestaron—. Ese es tu problema.

Entonces Judas tiró las monedas de plata en el templo, salió y se ahorcó.

Los principales sacerdotes recogieron las monedas. «No sería correcto poner este dinero en el tesoro del templo—dijeron—, ya que se usó para pagar un asesinato[b]». Luego de discutir unos instantes, finalmente decidieron comprar el campo del alfarero y convertirlo en un cementerio para extranjeros. Por eso todavía se llama el Campo de Sangre. Así se cumplió la profecía de Jeremías que dice:

«Tomaron las treinta piezas de plata
    —el precio que el pueblo de Israel le puso a él—
10 y compraron[c] el campo del alfarero,
    como indicó el Señor[d]».

Juicio de Jesús ante Pilato

11 Jesús se encontraba frente a Pilato, el gobernador romano.

—¿Eres tú el rey de los judíos?—le preguntó el gobernador.

—Tú lo has dicho—contestó Jesús.

12 Entonces, cuando los principales sacerdotes y los ancianos presentaron sus acusaciones contra él, Jesús guardó silencio.

13 —¿No oyes todas las acusaciones que presentan en tu contra?—le preguntó Pilato.

14 Para sorpresa del gobernador, Jesús no respondió a ninguno de esos cargos.

Footnotes

  1. 26:71 O Jesús nazareno.
  2. 27:6 En griego ya que es el precio de sangre.
  3. 27:9-10a O Tomé [...] y compré.
  4. 27:9-10b En griego como me indicó el Señor. Za 11:12-13; Jr 32:6-9.

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