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Las tradiciones de los fariseos

Los fariseos y algunos de los escribas venidos de Jerusalén, se reúnen junto a Jesús;

y al ver que algunos de sus discípulos comían el pan con manos impuras, es decir, sin lavar,

(porque los fariseos y todos los judíos no comen a menos que se laven las manos cuidadosamente, aferrados a la tradición de los ancianos;

y de lo que viene del mercado no comen a menos que lo laven; y hay muchas otras cosas que han recibido para observarlas obligatoriamente, como lavamientos de copas, jarros, vajilla de cobre) [y divanes para comer][a],

le preguntan los fariseos y los escribas: ¿Por qué no andan tus discípulos conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen el pan con manos impuras?

Él les dijo: Bien profetizó Isaías acerca de vosotros, los hipócritas, como está escrito:
Este pueblo me honra con los labios,
Pero su corazón está lejos de mí;
En vano me rinden culto,
Enseñando doctrinas que son preceptos de hombres.

Dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: como los lavamientos de jarros y vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.

Les decía también: ¡Qué bien dejáis a un lado el mandamiento de Dios, para conservar vuestra tradición!

10 Pues Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y: El que hable mal de padre o madre, que muera sin remisión;

11 pero vosotros decís: Si alguien dice al padre o a la madre: Cualquier cosa con que pudieses beneficiarte de mí, es corbán, es decir, ofrenda a Dios;

12 ya no le permitís hacer nada en favor del padre o de la madre,

13 anulando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido; y hacéis muchas cosas semejantes a éstas.

14 Y llamando de nuevo a la multitud, les decía: Escuchadme todos y entended:

15 No hay nada fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino que lo que sale del hombre es lo que contamina al hombre.

16 [Si alguien tiene oídos para oír, que oiga.][b]

17 Y cuando entró en casa, después de dejar a la multitud, le preguntaban sus discípulos acerca de la parábola.

18 Y les dice él: ¿También vosotros estáis tan faltos de entendimiento? ¿No os dais cuenta de que todo lo que de fuera entra en el hombre, no puede contaminarle,

19 porque no entra en su corazón, sino en su vientre, y sale a la cloaca, purificando todos los alimentos?

20 Y decía: Lo que sale del hombre, eso contamina al hombre.

21 Porque de adentro, del corazón de los hombres salen las maquinaciones perversas, las fornicaciones, hurtos, asesinatos,

22 adulterios, avaricias, maldades, el engaño, la desvergüenza, envidia, maledicencia, arrogancia, estupidez;

23 todas estas maldades salen de adentro y contaminan al hombre.

La fe de la mujer sirofenicia

24 Se levantó de allí y marchó a las cercanías de Tiro. Entró en una casa, y deseaba que nadie lo supiese, pero no pudo quedar oculto,

25 sino que, en seguida, una mujer que había oído hablar de él, y cuya hijita estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies.

26 Y la mujer era griega, de raza sirofenicia. Y le rogaba que arrojase de su hija al demonio.

27 Pero él le decía: Deja primero que se sacien los hijos; pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.

28 Ella le respondió y le dijo: Cierto, Señor; pero también los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos.

29 Él, entonces, le dijo: Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija.

30 Ella se marchó a su casa y encontró a la niña echada en la cama, y que el demonio había salido.

Jesús sana a un sordomudo

31 Volvió a salir de los términos de Tiro y se dirigió a través de Sidón al mar de Galilea, por en medio de la región de la Decápolis.

32 Y le traen un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le suplican que ponga la mano sobre él.

33 Él lo tomó a solas, apartado de la multitud, metió sus dedos en los oídos de él, y escupiendo le tocó la lengua.

34 Luego alzó los ojos al cielo, lanzó un hondo suspiro y le dijo: Efatá, es decir, ábrete.

35 Y se abrieron sus oídos, se le soltó la atadura de la lengua, y comenzó a hablar correctamente.

36 Y les ordenó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más se lo ordenaba, tanto más ampliamente lo proclamaban ellos.

37 Estaban sumamente atónitos y decían: Todo lo ha hecho bien; lo mismo hace oír a los sordos que hablar a los mudos.

Footnotes

  1. Marcos 7:4 Los corchetes indican pasajes omitidos por algunos de los principales manuscritos.
  2. Marcos 7:16 Los corchetes indican pasajes omitidos por algunos de los principales manuscritos.

Lo puro y lo impuro(A)

Los fariseos y algunos de los maestros de la Ley que habían llegado de Jerusalén se reunieron alrededor de Jesús, y vieron a algunos de sus discípulos que comían con manos impuras, es decir, sin habérselas lavado. (En efecto, los fariseos y los demás judíos no comen nada sin primero cumplir con el rito de lavarse las manos, ya que están aferrados a la tradición de los líderes religiosos. Al regresar del mercado, no comen nada antes de lavarse. Y siguen otras muchas tradiciones, tales como el rito de lavar copas, jarras y bandejas de cobre).[a] Así que los fariseos y los maestros de la Ley preguntaron a Jesús:

—¿Por qué no siguen tus discípulos la tradición de los líderes religiosos, en vez de comer con manos impuras?

Él contestó:

—Tenía razón Isaías cuando profetizó de ustedes, hipócritas, según está escrito:

»“Este pueblo me honra con los labios,
    pero su corazón está lejos de mí.
En vano me adoran;
    sus enseñanzas no son más que reglas humanas”.[b]

Ustedes han desechado los mandamientos divinos y se aferran a las tradiciones humanas.

Y añadió:

—¡Qué buena manera tienen ustedes de dejar a un lado el mandamiento de Dios para mantener[c] su propia tradición! 10 Moisés dijo: “Honra a tu padre y a tu madre”,[d] y también: “El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte”.[e] 11 Ustedes, en cambio, enseñan que un hijo puede decir a su padre o a su madre: “Cualquier ayuda que pudiera haberte dado es corbán” (es decir, ofrenda dedicada a Dios). 12 Y en ese caso, ustedes ya no le permiten hacer nada por su padre ni por su madre. 13 Así, por la tradición que se transmiten entre ustedes, anulan la palabra de Dios. Y hacen muchas cosas parecidas.

14 De nuevo Jesús llamó a la multitud y dijo:

—Escúchenme todos y entiendan: 15 Nada de lo que viene de afuera puede contaminar a una persona. Más bien, lo que sale de la persona es lo que la contamina. 16 [f]

17 Después de que dejó a la gente y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron sobre la comparación que había hecho.

18 —¿Tampoco ustedes pueden entenderlo? —dijo Jesús—. ¿No se dan cuenta de que nada de lo que entra en una persona puede contaminarla? 19 Porque no entra en su corazón, sino en su estómago, y después va a dar a la letrina.

Con esto Jesús declaraba limpios todos los alimentos. 20 Luego añadió:

—Lo que sale de la persona es lo que la contamina. 21 Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, 22 los adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la calumnia, la arrogancia y la necedad. 23 Todos estos males vienen de adentro y contaminan a la persona.

La fe de una mujer sirofenicia(B)

24 Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro.[g] Entró en una casa y no quería que nadie lo supiera, pero no pudo pasar inadvertido. 25 De hecho, muy pronto se enteró de su llegada una mujer que tenía una pequeña hija poseída por un espíritu maligno, así que fue y se arrojó a sus pies. 26 Esta mujer era griega, sirofenicia de nacimiento, y le rogaba que expulsara al demonio que tenía su hija.

27 —Deja que primero se sacien los hijos —respondió Jesús—, porque no está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros.

28 —Sí, Señor —respondió la mujer—, pero hasta los perros comen debajo de la mesa las migajas que dejan los hijos.

29 Jesús dijo:

—Por haberme respondido así, puedes irte tranquila; el demonio ha salido de tu hija.

30 Cuando ella llegó a su casa, encontró a la niña acostada en la cama. El demonio ya había salido de ella.

Jesús sana a un sordomudo(C)

31 Luego regresó Jesús de la región de Tiro y se dirigió por Sidón al lago de Galilea, internándose en la región de Decápolis. 32 Allí llevaron un sordo tartamudo y suplicaron que pusiera la mano sobre él.

33 Jesús lo apartó de la multitud para estar a solas con él, puso los dedos en sus oídos y tocó su lengua con saliva.[h] 34 Luego, mirando al cielo, suspiró profundamente y dijo: «¡Efatá!», que significa «¡Ábrete!». 35 Con esto, se le abrieron los oídos al hombre, se destrabó su lengua y comenzó a hablar normalmente.

36 Jesús ordenó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más se lo prohibía, tanto más lo seguían propagando. 37 La gente estaba sumamente asombrada y decía: «Todo lo hace bien. Hasta hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Footnotes

  1. 7:4 bandejas de cobre. Var. bandejas de cobre y divanes.
  2. 7:6,7 Is 29:13.
  3. 7:9 mantener. Var. establecer.
  4. 7:10 Éx 20:12; Dt 5:16.
  5. 7:10 Éx 21:17; Lv 20:9.
  6. 7:16 Algunos manuscritos agregan lo siguiente: El que tenga oídos para oír, que oiga. Véase 4:23.
  7. 7:24 de Tiro. Var. de Tiro y Sidón.
  8. 7:33 con saliva. Lit. escupiendo.

What Makes People “Unclean”?

The Pharisees gathered around Jesus. So did some of the teachers of the law. All of them had come from Jerusalem. They saw some of his disciples eating food with “unclean” hands. That means they were not washed. The Pharisees and all the Jews do not eat unless they wash their hands to make them “clean.” That’s what the elders teach. When they come from the market, they do not eat unless they wash. And they follow many other teachings. For example, they wash cups, pitchers, and kettles in a special way.

So the Pharisees and the teachers of the law questioned Jesus. “Why don’t your disciples live by what the elders teach?” they asked. “Why do they eat their food with ‘unclean’ hands?”

He replied, “Isaiah was right. He prophesied about you people who pretend to be good. He said,

“ ‘These people honor me by what they say.
    But their hearts are far away from me.
Their worship doesn’t mean anything to me.
    They teach nothing but human rules.’ (Isaiah 29:13)

You have let go of God’s commands. And you are holding on to teachings that people have made up.”

Jesus continued speaking, “You have a fine way of setting aside God’s commands! You do this so you can follow your own teachings. 10 Moses said, ‘Honor your father and mother.’ (Exodus 20:12; Deuteronomy 5:16) He also said, ‘Anyone who asks for bad things to happen to their father or mother must be put to death.’ (Exodus 21:17; Leviticus 20:9) 11 But you allow people to say that what might have been used to help their parents is Corban. Corban means A Gift Set Apart for God. 12 So you no longer let them do anything for their parents. 13 You make the word of God useless by putting your own teachings in its place. And you do many things like this.”

14 Again Jesus called the crowd to him. He said, “Listen to me, everyone. Understand this. 15-16 Nothing outside of a person can make them ‘unclean’ by going into them. It is what comes out of them that makes them ‘unclean.’ ”

17 Then he left the crowd and entered the house. His disciples asked him about this teaching. 18 “Don’t you understand?” Jesus asked. “Don’t you see? Nothing that enters a person from the outside can make them ‘unclean.’ 19 It doesn’t go into their heart. It goes into their stomach. Then it goes out of the body.” In saying this, Jesus was calling all foods “clean.”

20 He went on to say, “What comes out of a person is what makes them ‘unclean.’ 21 Evil thoughts come from the inside, from a person’s heart. So do sexual sins, stealing and murder. 22 Adultery, greed, hate and cheating come from a person’s heart too. So do desires that are not pure, and wanting what belongs to others. And so do telling lies about others and being proud and being foolish. 23 All these evil things come from inside a person and make them ‘unclean.’ ”

Jesus Honors a Greek Woman’s Faith

24 Jesus went from there to a place near Tyre. He entered a house. He did not want anyone to know where he was. But he could not keep it a secret. 25 Soon a woman heard about him. An evil spirit controlled her little daughter. The woman came to Jesus and fell at his feet. 26 She was a Greek, born in Syrian Phoenicia. She begged Jesus to drive the demon out of her daughter.

27 “First let the children eat all they want,” he told her. “It is not right to take the children’s bread and throw it to the dogs.”

28 “Lord,” she replied, “even the dogs under the table eat the children’s crumbs.”

29 Then he told her, “That was a good reply. You may go. The demon has left your daughter.”

30 So she went home and found her child lying on the bed. And the demon was gone.

Jesus Heals a Man Who Could Not Hear or Speak

31 Then Jesus left the area of Tyre and went through Sidon. He went down to the Sea of Galilee and into the area known as the Ten Cities. 32 There some people brought a man to Jesus. The man was deaf and could hardly speak. They begged Jesus to place his hand on the man.

33 Jesus took the man to one side, away from the crowd. He put his fingers into the man’s ears. Then he spit and touched the man’s tongue. 34 Jesus looked up to heaven. With a deep sigh, he said to the man, “Ephphatha!” That means “Be opened!” 35 The man’s ears were opened. His tongue was freed up, and he began to speak clearly.

36 Jesus ordered the people not to tell anyone. But the more he did so, the more they kept talking about it. 37 People were really amazed. “He has done everything well,” they said. “He even makes deaf people able to hear. And he makes those who can’t speak able to talk.”