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El complot para aprehender a Jesús(A)

14 Faltaban dos días para la pascua(B) y para la fiesta de los panes sin levadura. Por medio de engaños, los principales sacerdotes y los escribas buscaban la manera de arrestar a Jesús para matarlo. Pero decían: «No lo haremos durante la fiesta, para que no se alborote el pueblo.»

Jesús es ungido en Betania(C)

Mientras Jesús estaba en Betania, sentado a la mesa en la casa de Simón el leproso, llegó una mujer. Llevaba ésta un vaso de alabastro con perfume de nardo puro, que era muy costoso. Rompió el vaso de alabastro, y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.(D) Algunos de los que allí estaban se enojaron internamente, y dijeron: «¿Por qué se ha desperdiciado así este perfume? ¡Podría haberse vendido por más de trescientos denarios, y ese dinero habérselo dado a los pobres!» Y se enojaron mucho contra ella. Pero Jesús dijo: «Déjenla tranquila. ¿Por qué la molestan? Ella ha efectuado en mí una buena obra. A los pobres siempre los tendrán entre ustedes,(E) y cuando quieran podrán hacer por ellos algo bueno. Pero a mí no siempre me tendrán. Esta mujer ha hecho lo que pudo. Se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto les digo que en cualquier parte del mundo donde este evangelio sea proclamado, también se contará lo que esta mujer ha hecho, y así será recordada.»

Judas ofrece entregar a Jesús(F)

10 Judas Iscariote, que era uno de los doce, fue a hablar con los principales sacerdotes para entregarles a Jesús. 11 Cuando ellos lo oyeron, se alegraron y prometieron darle dinero. Y Judas comenzó a buscar el mejor momento de entregarlo.

Institución de la Cena del Señor(G)

12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, que es cuando se sacrifica el cordero de la pascua, sus discípulos le preguntaron: «¿Dónde quieres que hagamos los preparativos para que comas la pascua?» 13 Jesús envió a dos de sus discípulos. Les dijo: «Vayan a la ciudad, y les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, 14 y díganle al dueño de la casa donde entre: “El Maestro pregunta: ‘¿Dónde está el aposento en donde comeré la pascua con mis discípulos?’” 15 El dueño les mostrará entonces un gran aposento alto, ya dispuesto. Hagan allí los preparativos para nosotros.» 16 Los discípulos partieron, y al entrar en la ciudad encontraron todo tal y como Jesús se lo había dicho, y prepararon la pascua.

17 Al caer la noche, llegó Jesús con los doce. 18 Ya sentados a la mesa, y mientras comían, Jesús dijo: «De cierto les digo que uno de ustedes me va a traicionar. Ahora está comiendo conmigo.» 19 Ellos se pusieron muy tristes, y uno por uno comenzaron a preguntarle: «¿Seré yo?» 20 Jesús les respondió: «Es uno de los doce, el que está mojando el pan en el plato conmigo. 21 A decir verdad, el Hijo del Hombre sigue su camino, como está escrito acerca de él,(H) ¡pero ay de aquél que lo traiciona! ¡Más le valdría no haber nacido!»

22 Mientras comían, Jesús tomó el pan y lo bendijo; luego lo partió y se lo dio, al tiempo que decía: «Tomen, esto es mi cuerpo.» 23 Después tomó la copa, y luego de dar gracias, se la dio, y todos bebieron de ella. 24 Les dijo entonces: «Esto es mi sangre(I) del pacto,(J) que por muchos es derramada. 25 De cierto les digo que no volveré a beber del fruto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.»

Jesús anuncia la negación de Pedro(K)

26 Luego de cantar el himno, fueron al monte de los Olivos. 27 Allí Jesús les dijo: «Todos ustedes se escandalizarán de mí. Está escrito: “Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas.”(L) 28 Pero después de que yo haya resucitado, iré delante de ustedes a Galilea.(M)» 29 Entonces Pedro le dijo: «Aunque todos se escandalicen, yo no lo haré.» 30 Jesús le dijo: «De cierto te digo que esta misma noche, antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres veces.» 31 Pero Pedro insistía: «Aun si tuviera que morir contigo, no te negaré.» Y todos decían lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní(N)

32 Al llegar a un lugar llamado Getsemaní, Jesús les dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.» 33 Se llevó consigo a Pedro, Jacobo y Juan, y comenzó a entristecerse y angustiarse. 34 Les dijo: «Siento en el alma una tristeza de muerte. Quédense aquí, y manténganse despiertos.» 35 Se fue un poco más adelante y, postrándose en tierra, oró que, de ser posible, no tuviera que pasar por ese momento. 36 Decía: «¡Abba, Padre! Para ti, todo es posible. ¡Aparta de mí esta copa! Pero que no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.» 37 Volvió luego a donde estaban sus discípulos, y los encontró dormidos. Entonces le dijo a Pedro: «¿Duermes, Simón? ¿No has podido mantenerte despierto ni una hora? 38 Manténganse despiertos, y oren, para que no caigan en tentación. A decir verdad, el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil.» 39 Una vez más se retiró para orar, y repitió la misma oración. 40 Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque los ojos de ellos se les cerraban de sueño, y no sabían qué responderle. 41 Cuando volvió la tercera vez, les dijo: «Sigan durmiendo y descansando. ¡Ya basta! La hora ha llegado. ¡Miren al Hijo del Hombre, que es entregado en manos de los pecadores! 42 ¡Vamos, levántense, que ya se acerca el que me traiciona!»

Arresto de Jesús(O)

43 De pronto, mientras Jesús estaba hablando, llegó Judas, que era uno de los doce. Con él venía mucha gente armada con espadas y palos, y enviada por los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos. 44 El que lo estaba traicionando les había dado esta contraseña: «Al que yo le dé un beso, ése es. ¡Arréstenlo, y llévenselo bien asegurado!» 45 Cuando Judas llegó, se acercó a Jesús y le dijo: «¡Maestro!» Y le dio un beso. 46 Aquellos hombres le echaron mano y lo arrestaron. 47 Pero uno de los que estaban allí sacó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 48 Jesús les dijo: «¿Han venido a arrestarme con espadas y palos, como si fuera yo un ladrón? 49 Todos los días estuve con ustedes enseñando en el templo,(P) y no me aprehendieron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.» 50 Y todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

El joven que huyó

51 Cierto joven seguía a Jesús, cubierto con sólo una sábana. Cuando lo aprehendieron, 52 el joven dejó la sábana y huyó desnudo.

Jesús ante el concilio(Q)

53 Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote, y se reunieron todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta el interior del patio del sumo sacerdote. Allí se quedó, sentado con los alguaciles y calentándose junto al fuego. 55 Los principales sacerdotes y todo el tribunal buscaban alguna prueba contra Jesús, para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban. 56 Muchos presentaban falsos testimonios contra él, pero sus testimonios no concordaban. 57 Entonces algunos se levantaron y presentaron un falso testimonio contra él. Dijeron: 58 «Nosotros le hemos oído decir: “Yo derribaré este templo hecho por la mano del hombre, y en tres días levantaré otro sin la intervención humana.”»(R) 59 Pero ni aun así se ponían de acuerdo en sus testimonios. 60 El sumo sacerdote se paró en medio del tribunal y le preguntó a Jesús: «¿No vas a responder? ¡Mira lo que éstos dicen contra ti!» 61 Pero Jesús guardó silencio, y no contestó nada, así que el sumo sacerdote le volvió a preguntar: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» 62 Jesús le respondió: «Yo soy. Y ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Poderoso, y venir en las nubes del cielo.»(S) 63 El sumo sacerdote se rasgó entonces sus vestiduras, y dijo: «¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 ¡Ustedes han oído la blasfemia! ¿Qué les parece?» Y todos ellos lo condenaron y declararon que merecía la muerte.(T) 65 Algunos comenzaron a escupirlo, y mientras le cubrían el rostro y le daban de puñetazos, le decían: «¡Profetiza!» Y también los alguaciles le daban de bofetadas.

Pedro niega a Jesús(U)

66 Mientras Pedro estaba abajo, en el patio, llegó una de las criadas del sumo sacerdote 67 y, al ver a Pedro calentándose junto al fuego, le dijo: «¡También tú estabas con Jesús el nazareno!» 68 Pero Pedro lo negó, y dijo: «No lo conozco, ni sé de qué hablas.» Y se dirigió a la entrada. En ese momento cantó el gallo. 69 Pero la criada volvió a verlo, y comenzó a decir a los que estaban allí: «¡Éste es uno de ellos!» 70 Pedro volvió a negarlo. Pero poco después los que estaban allí volvieron a decirle: «La verdad es que eres uno de ellos, pues eres galileo.» 71 Pedro comenzó entonces a maldecir y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre, del que ustedes hablan!» 72 En ese mismo instante el gallo cantó por segunda vez. Entonces Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres veces.» Y al pensar en esto, se echó a llorar.

Una mujer unge a Jesús en Betania(A)(B)

14 Faltaban solo dos días para la Pascua y para la fiesta de los Panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley buscaban con artimañas cómo arrestar a Jesús para matarlo. Por eso decían: «No durante la fiesta, no sea que se amotine el pueblo».

En Betania, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Simón, el que había tenido una enfermedad en la piel, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy costoso, hecho de nardo puro. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.

Algunos de los presentes comentaban indignados:

—¿Para qué este desperdicio de perfume? Podía haberse vendido por el salario de más de un año de trabajo[a] para dárselo a los pobres.

Y la reprendían con severidad.

—Déjenla en paz —dijo Jesús—. ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo. A los pobres siempre los tendrán con ustedes, y podrán ayudarlos cuando quieran; pero a mí no me van a tener siempre. Ella hizo lo que pudo. Ungió mi cuerpo de antemano, preparándolo para la sepultura. Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.

10 Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. 11 Ellos se alegraron al oírlo y prometieron darle dinero. Así que él buscaba la ocasión propicia para entregarlo.

La Cena del Señor(C)(D)

12 El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando se acostumbraba a sacrificar el cordero de la Pascua, los discípulos preguntaron a Jesús:

—¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas la Pascua?

13 Él envió a dos de sus discípulos con este encargo: «Vayan a la ciudad y les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, 14 y allí donde entre díganle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿dónde está mi sala en la que voy a comer la Pascua con mis discípulos?”». 15 Él les mostrará en la planta alta una sala amplia, amueblada y arreglada. Preparen allí nuestra cena.

16 Los discípulos salieron, entraron en la ciudad y encontraron todo tal y como les había dicho Jesús. Así que prepararon la Pascua.

17 Al anochecer, llegó Jesús con los doce. 18 Mientras estaban sentados a la mesa comiendo, dijo:

—Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.

19 Ellos se pusieron tristes y uno tras otro empezaron a preguntarle:

—¿Acaso seré yo?

20 —Es uno de los doce —contestó—, uno que moja el pan conmigo en el plato. 21 El Hijo del hombre se irá, tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.

22 Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos, diciéndoles:

—Tomen; esto es mi cuerpo.

23 Después tomó una copa, dio gracias, se la pasó a ellos y todos bebieron de ella.

24 —Esto es mi sangre del pacto[b] que es derramada por muchos —dijo—. 25 Les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta aquel día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.

26 Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.

Jesús predice la negación de Pedro(E)

27 —Todos ustedes me abandonarán —dijo Jesús—, porque está escrito:

»“Heriré al pastor
    y se dispersarán las ovejas”.[c]

28 Pero después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea.

29 —Aunque todos te abandonen, yo no —declaró Pedro.

30 —Te aseguro —le contestó Jesús— que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez,[d] me negarás tres veces.

31 —Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro con vehemencia—, jamás te negaré.

Y los demás dijeron lo mismo.

Getsemaní(F)

32 Fueron a un lugar llamado Getsemaní y Jesús dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí mientras yo oro». 33 Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentir temor y angustia. 34 «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —dijo—. Quédense aquí y manténganse despiertos».

35 Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora. 36 Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo;[e] pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

37 Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. «Simón —dijo a Pedro—, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora? 38 Permanezcan despiertos y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».

39 Una vez más se retiró e hizo la misma oración. 40 Cuando volvió, otra vez los encontró dormidos, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle. 41 Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 42 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!».

Arresto de Jesús(G)

43 Todavía estaba hablando Jesús cuando apareció Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los líderes religiosos.

44 El traidor había dado esta contraseña: «Al que le dé un beso, ese es; arréstenlo y llévenselo bien asegurado». 45 Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús y dijo:

—¡Rabí!

Y lo besó.

46 Entonces los hombres prendieron a Jesús. 47 Pero uno de los que estaban ahí desenfundó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.

48 —¿Acaso soy un bandido[f] —dijo Jesús—, para que vengan con espadas y palos a arrestarme? 49 Todos los días estaba con ustedes, enseñando en el Templo, y no me arrestaron. Pero es preciso que se cumplan las Escrituras.

50 Entonces todos lo abandonaron y huyeron. 51 Cierto joven que se cubría con solo una sábana iba siguiendo a Jesús. Lo detuvieron, 52 pero él soltó la sábana y escapó desnudo.

Jesús ante el Consejo(H)(I)

53 Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote y se reunieron allí todos los jefes de los sacerdotes, los líderes religiosos y los maestros de la Ley. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote. Allí se sentó con los guardias y se calentó junto al fuego.

55 Los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno buscaban alguna prueba contra Jesús para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban. 56 Muchos testificaban falsamente contra él, pero sus declaraciones no coincidían. 57 Entonces unos decidieron dar este falso testimonio contra él:

58 —Nosotros le oímos decir: “Destruiré este Templo hecho por hombres y en tres días construiré otro, no hecho por hombres”.

59 Pero ni aun así concordaban sus declaraciones.

60 Poniéndose en pie en el medio, el sumo sacerdote interrogó a Jesús:

—¿No vas a responder? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra?

61 Pero Jesús se quedó callado y no contestó nada.

—¿Eres el Cristo, el Hijo del Bendito? —preguntó de nuevo el sumo sacerdote.

62 —Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso y viniendo en las nubes del cielo.

63 —¿Para qué necesitamos más testigos? —dijo el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—. 64 ¡Ustedes han oído la blasfemia! ¿Qué les parece?

Todos ellos lo condenaron como digno de muerte. 65 Algunos comenzaron a escupirlo y, luego de vendarle sus ojos, le daban puñetazos.

—¡Profetiza! —gritaban.

Los guardias también lo abofeteaban.

Pedro niega a Jesús(J)

66 Mientras Pedro estaba abajo en el patio, pasó una de las criadas del sumo sacerdote. 67 Cuando vio a Pedro calentándose, se fijó en él.

—Tú también estabas con ese Nazareno, con Jesús —le dijo ella.

68 Pero él lo negó:

—No lo conozco. Ni siquiera sé de qué estás hablando.

Y salió a la entrada; en ese momento el gallo cantó.

69 Cuando la criada lo vio allí, dijo de nuevo a los presentes:

—Este es uno de ellos.

70 Él lo volvió a negar.

Poco después, los que estaban allí dijeron a Pedro:

—Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo.

71 Él comenzó a echarse maldiciones.

—¡No conozco a ese hombre del que hablan! —juró.

72 Al instante, el gallo cantó por segunda vez. Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante por segunda vez, me negarás tres veces». Y se echó a llorar.

Footnotes

  1. 14:5 el salario … trabajo. Lit. trescientos denarios.
  2. 14:24 del pacto. Var. del nuevo pacto (véase Lc 22:20).
  3. 14:27 Zac 13:7.
  4. 14:30 Var. no incluye: por segunda vez.
  5. 14:36 No … amargo. Lit. Quita de mí esta copa.
  6. 14:48 bandido. Alt. insurgente.

El complot para prender a Jesús

(Mt. 26.1-5; Lc. 22.1-2; Jn. 11.45-53)

14 Dos días después era la pascua,(A) y la fiesta de los panes sin levadura; y buscaban los principales sacerdotes y los escribas cómo prenderle por engaño y matarle. Y decían: No durante la fiesta para que no se haga alboroto del pueblo.

Jesús es ungido en Betania

(Mt. 26.6-13; Jn. 12.1-8)

Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.(B) Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume? Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella. Pero Jesús dijo: Dejadla, ¿por qué la molestáis? Buena obra me ha hecho. Siempre tendréis a los pobres con vosotros,(C) y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis. Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura. De cierto os digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que esta ha hecho, para memoria de ella.

Judas ofrece entregar a Jesús

(Mt. 26.14-16; Lc. 22.3-6)

10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo. 11 Ellos, al oírlo, se alegraron, y prometieron darle dinero. Y Judas buscaba oportunidad para entregarle.

Institución de la Cena del Señor

(Mt. 26.17-29; Lc. 22.7-23; Jn. 13.21-30; 1 Co. 11.23-26)

12 El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero de la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos a preparar para que comas la pascua? 13 Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, 14 y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? 15 Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. 16 Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.

17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce. 18 Y cuando se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno de vosotros, que come conmigo, me va a entregar. 19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré yo? 20 Él, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato. 21 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él,(D) mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.

22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo. 23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos. 24 Y les dijo: Esto es mi sangre(E) del nuevo pacto,(F) que por muchos es derramada. 25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.

Jesús anuncia la negación de Pedro

(Mt. 26.30-35; Lc. 22.31-34; Jn. 13.36-38)

26 Cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos. 27 Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas.(G) 28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.(H) 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní

(Mt. 26.36-46; Lc. 22.39-46)

32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. 35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. 37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 39 Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. 40 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. 41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42 Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.

Arresto de Jesús

(Mt. 26.47-56; Lc. 22.47-53; Jn. 18.2-11)

43 Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos. 44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle, y llevadle con seguridad. 45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: Maestro, Maestro. Y le besó. 46 Entonces ellos le echaron mano, y le prendieron. 47 Pero uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole la oreja. 48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? 49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo,(I) y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras. 50 Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.

El joven que huyó

51 Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una sábana; y le prendieron; 52 mas él, dejando la sábana, huyó desnudo.

Jesús ante el concilio

(Mt. 26.57-68; Lc. 22.54-55,63-71; Jn. 18.12-14,19-24)

53 Trajeron, pues, a Jesús al sumo sacerdote; y se reunieron todos los principales sacerdotes y los ancianos y los escribas. 54 Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego. 55 Y los principales sacerdotes y todo el concilio buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; pero no lo hallaban. 56 Porque muchos decían falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban. 57 Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo: 58 Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días edificaré otro hecho sin mano.(J) 59 Pero ni aun así concordaban en el testimonio. 60 Entonces el sumo sacerdote, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra ti? 61 Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito? 62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.(K) 63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? 64 Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte.(L) 65 Y algunos comenzaron a escupirle, y a cubrirle el rostro y a darle de puñetazos, y a decirle: Profetiza. Y los alguaciles le daban de bofetadas.

Pedro niega a Jesús

(Mt. 26.69-75; Lc. 22.55-62; Jn. 18.15-18,25-27)

66 Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; 67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno. 68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo. 69 Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. 70 Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos. 71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. 72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.

14 After two days was the feast of the passover, and of unleavened bread: and the chief priests and the scribes sought how they might take him by craft, and put him to death.

But they said, Not on the feast day, lest there be an uproar of the people.

And being in Bethany in the house of Simon the leper, as he sat at meat, there came a woman having an alabaster box of ointment of spikenard very precious; and she brake the box, and poured it on his head.

And there were some that had indignation within themselves, and said, Why was this waste of the ointment made?

For it might have been sold for more than three hundred pence, and have been given to the poor. And they murmured against her.

And Jesus said, Let her alone; why trouble ye her? she hath wrought a good work on me.

For ye have the poor with you always, and whensoever ye will ye may do them good: but me ye have not always.

She hath done what she could: she is come aforehand to anoint my body to the burying.

Verily I say unto you, Wheresoever this gospel shall be preached throughout the whole world, this also that she hath done shall be spoken of for a memorial of her.

10 And Judas Iscariot, one of the twelve, went unto the chief priests, to betray him unto them.

11 And when they heard it, they were glad, and promised to give him money. And he sought how he might conveniently betray him.

12 And the first day of unleavened bread, when they killed the passover, his disciples said unto him, Where wilt thou that we go and prepare that thou mayest eat the passover?

13 And he sendeth forth two of his disciples, and saith unto them, Go ye into the city, and there shall meet you a man bearing a pitcher of water: follow him.

14 And wheresoever he shall go in, say ye to the goodman of the house, The Master saith, Where is the guestchamber, where I shall eat the passover with my disciples?

15 And he will shew you a large upper room furnished and prepared: there make ready for us.

16 And his disciples went forth, and came into the city, and found as he had said unto them: and they made ready the passover.

17 And in the evening he cometh with the twelve.

18 And as they sat and did eat, Jesus said, Verily I say unto you, One of you which eateth with me shall betray me.

19 And they began to be sorrowful, and to say unto him one by one, Is it I? and another said, Is it I?

20 And he answered and said unto them, It is one of the twelve, that dippeth with me in the dish.

21 The Son of man indeed goeth, as it is written of him: but woe to that man by whom the Son of man is betrayed! good were it for that man if he had never been born.

22 And as they did eat, Jesus took bread, and blessed, and brake it, and gave to them, and said, Take, eat: this is my body.

23 And he took the cup, and when he had given thanks, he gave it to them: and they all drank of it.

24 And he said unto them, This is my blood of the new testament, which is shed for many.

25 Verily I say unto you, I will drink no more of the fruit of the vine, until that day that I drink it new in the kingdom of God.

26 And when they had sung an hymn, they went out into the mount of Olives.

27 And Jesus saith unto them, All ye shall be offended because of me this night: for it is written, I will smite the shepherd, and the sheep shall be scattered.

28 But after that I am risen, I will go before you into Galilee.

29 But Peter said unto him, Although all shall be offended, yet will not I.

30 And Jesus saith unto him, Verily I say unto thee, That this day, even in this night, before the cock crow twice, thou shalt deny me thrice.

31 But he spake the more vehemently, If I should die with thee, I will not deny thee in any wise. Likewise also said they all.

32 And they came to a place which was named Gethsemane: and he saith to his disciples, Sit ye here, while I shall pray.

33 And he taketh with him Peter and James and John, and began to be sore amazed, and to be very heavy;

34 And saith unto them, My soul is exceeding sorrowful unto death: tarry ye here, and watch.

35 And he went forward a little, and fell on the ground, and prayed that, if it were possible, the hour might pass from him.

36 And he said, Abba, Father, all things are possible unto thee; take away this cup from me: nevertheless not what I will, but what thou wilt.

37 And he cometh, and findeth them sleeping, and saith unto Peter, Simon, sleepest thou? couldest not thou watch one hour?

38 Watch ye and pray, lest ye enter into temptation. The spirit truly is ready, but the flesh is weak.

39 And again he went away, and prayed, and spake the same words.

40 And when he returned, he found them asleep again, (for their eyes were heavy,) neither wist they what to answer him.

41 And he cometh the third time, and saith unto them, Sleep on now, and take your rest: it is enough, the hour is come; behold, the Son of man is betrayed into the hands of sinners.

42 Rise up, let us go; lo, he that betrayeth me is at hand.

43 And immediately, while he yet spake, cometh Judas, one of the twelve, and with him a great multitude with swords and staves, from the chief priests and the scribes and the elders.

44 And he that betrayed him had given them a token, saying, Whomsoever I shall kiss, that same is he; take him, and lead him away safely.

45 And as soon as he was come, he goeth straightway to him, and saith, Master, master; and kissed him.

46 And they laid their hands on him, and took him.

47 And one of them that stood by drew a sword, and smote a servant of the high priest, and cut off his ear.

48 And Jesus answered and said unto them, Are ye come out, as against a thief, with swords and with staves to take me?

49 I was daily with you in the temple teaching, and ye took me not: but the scriptures must be fulfilled.

50 And they all forsook him, and fled.

51 And there followed him a certain young man, having a linen cloth cast about his naked body; and the young men laid hold on him:

52 And he left the linen cloth, and fled from them naked.

53 And they led Jesus away to the high priest: and with him were assembled all the chief priests and the elders and the scribes.

54 And Peter followed him afar off, even into the palace of the high priest: and he sat with the servants, and warmed himself at the fire.

55 And the chief priests and all the council sought for witness against Jesus to put him to death; and found none.

56 For many bare false witness against him, but their witness agreed not together.

57 And there arose certain, and bare false witness against him, saying,

58 We heard him say, I will destroy this temple that is made with hands, and within three days I will build another made without hands.

59 But neither so did their witness agree together.

60 And the high priest stood up in the midst, and asked Jesus, saying, Answerest thou nothing? what is it which these witness against thee?

61 But he held his peace, and answered nothing. Again the high priest asked him, and said unto him, Art thou the Christ, the Son of the Blessed?

62 And Jesus said, I am: and ye shall see the Son of man sitting on the right hand of power, and coming in the clouds of heaven.

63 Then the high priest rent his clothes, and saith, What need we any further witnesses?

64 Ye have heard the blasphemy: what think ye? And they all condemned him to be guilty of death.

65 And some began to spit on him, and to cover his face, and to buffet him, and to say unto him, Prophesy: and the servants did strike him with the palms of their hands.

66 And as Peter was beneath in the palace, there cometh one of the maids of the high priest:

67 And when she saw Peter warming himself, she looked upon him, and said, And thou also wast with Jesus of Nazareth.

68 But he denied, saying, I know not, neither understand I what thou sayest. And he went out into the porch; and the cock crew.

69 And a maid saw him again, and began to say to them that stood by, This is one of them.

70 And he denied it again. And a little after, they that stood by said again to Peter, Surely thou art one of them: for thou art a Galilaean, and thy speech agreeth thereto.

71 But he began to curse and to swear, saying, I know not this man of whom ye speak.

72 And the second time the cock crew. And Peter called to mind the word that Jesus said unto him, Before the cock crow twice, thou shalt deny me thrice. And when he thought thereon, he wept.