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La Pascua de Jesús (14,1—16,8)

Complot contra Jesús (Mt 26,1-5; Lc 22,1-2; Jn 11,45-53)

14 Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua y de los Panes sin levadura, y los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley andaban buscando el modo de tender una trampa a Jesús para prenderlo y matarlo. Decían, sin embargo:

— No lo hagamos durante la fiesta, a fin de evitar una alteración del orden público.

Estaba Jesús en Betania, en casa de un tal Simón, a quien llamaban el leproso. Mientras se hallaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba en un frasco de alabastro un perfume de nardo auténtico y muy valioso. Rompió el frasco y vertió el perfume sobre la cabeza de Jesús. Molestos por ello, algunos comentaban entre sí: “¿A qué viene tal derroche de perfume? Podía haberse vendido este perfume por más de trescientos denarios y haber entregado el importe a los pobres”. Así que murmuraban contra aquella mujer. Pero Jesús les dijo:

— Déjenla. ¿Por qué la molestan? Lo que ha hecho conmigo es bueno. A los pobres los tendrán siempre entre ustedes y podrán hacerles todo el bien que ustedes quieran; pero a mí no me tendrán siempre. Ha hecho lo que estaba en su mano preparando por anticipado mi cuerpo para el entierro. Les aseguro que, en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia, se recordará también a esta mujer y lo que hizo.

Judas traiciona a Jesús (Mt 26,14-16; Lc 22,3-6)

10 Entonces Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a hablar con los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. 11 Ellos se alegraron al oírlo y prometieron darle dinero a cambio. Así que Judas comenzó a buscar una oportunidad para entregarlo.

Los discípulos preparan la cena de Pascua (Mt 26,17-19; Lc 22,7-13)

12 El primer día de los Panes sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús:

— ¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?

13 Jesús envió a dos de sus discípulos diciéndoles:

— Vayan a la ciudad y encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo 14 y, allí donde entre, díganle al dueño de la casa: “El Maestro dice: ¿Cuál es la estancia donde voy a comer la Pascua con mis discípulos?”. 15 Él les mostrará en el piso de arriba una sala amplia, ya dispuesta y arreglada. Prepárenlo todo allí para nosotros. 16 Los discípulos salieron y fueron a la ciudad, donde encontraron todo como Jesús les había dicho. Y prepararon la cena de Pascua.

Jesús anuncia la traición de Judas (Mt 26,20-25; Lc 22,14.21-23; Jn 13,21-30)

17 Al anochecer llegó Jesús con los Doce, se sentaron a la mesa 18 y mientras estaban cenando, Jesús dijo:

— Les aseguro que uno de ustedes va a traicionarme. Uno que está comiendo conmigo.

19 Se entristecieron los discípulos y uno tras otro comenzaron a preguntarle:

— ¿Acaso seré yo, Señor?

20 Jesús les dijo:

— Es uno de los Doce; uno que ha tomado un bocado de mi propio plato. 21 Es cierto que el Hijo del hombre tiene que seguir su camino, como dicen de él las Escrituras. Sin embargo, ¡ay de aquel que traiciona al Hijo del hombre! Mejor le sería no haber nacido.

La cena del Señor (Mt 26,26-30; Lc 22,14-23; 1 Co 11,23-25)

22 Durante la cena, Jesús tomó pan, bendijo a Dios, lo partió y se lo dio diciendo:

— Tomen, esto es mi cuerpo.

23 Tomó luego en sus manos una copa, dio gracias a Dios y la pasó a sus discípulos. Y bebieron todos de ella. 24 Él les dijo:

— Esto es mi sangre, la sangre de la alianza, que va a ser derramada en favor de todos. 25 Les aseguro que no volveré a beber de este fruto de la vid hasta el día aquel en que beba un vino nuevo en el reino de Dios.

26 Cantaron después el himno y salieron hacia el monte de los Olivos.

Jesús predice la negación de Pedro (Mt 26,31-35; Lc 22,31-34; Jn 13,36-38)

27 Jesús les dijo:

— Todos me van a abandonar, porque así lo dicen las Escrituras: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. 28 Pero después de mi resurrección iré delante de ustedes a Galilea.

29 Pedro le dijo:

— ¡Aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré!

30 Jesús le contestó:

— Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, tú me habrás negado tres veces.

31 Pedro insistió, asegurando:

— ¡Yo no te negaré, aunque tenga que morir contigo!

Y lo mismo decían todos los demás.

Oración de Jesús en Getsemaní (Mt 26,36-46; Lc 22,39-46)

32 Llegados al lugar llamado Getsemaní, Jesús dijo a sus discípulos:

— Quédense aquí sentados mientras yo voy a orar.

33 Se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse atemorizado y angustiado. 34 Les dijo:

— Me está invadiendo una tristeza de muerte. Quédense aquí y manténganse vigilantes.

35 Se adelantó unos pasos más y, postrándose en tierra, oró pidiéndole a Dios que, si era posible, pasara de él aquel trance. 36 Decía:

— ¡Abba, Padre, todo es posible para ti! Líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

37 Volvió entonces y, al encontrar dormidos a los discípulos, dijo a Pedro:

— Simón, ¿duermes? ¿Ni siquiera has podido velar una hora? 38 Manténganse vigilantes y oren para que no desfallezcan en la prueba. Es cierto que tienen buena voluntad, pero les faltan las fuerzas.

39 Otra vez se alejó de ellos y oró diciendo lo mismo. 40 Regresó de nuevo a donde estaban los discípulos y volvió a encontrarlos dormidos, pues tenían los ojos cargados de sueño. Y no supieron qué contestarle. 41 Cuando volvió por tercera vez, les dijo:

— ¿Aún siguen durmiendo y descansando? ¡Ya basta! Ha llegado la hora: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 42 Levántense, vámonos. Ya está aquí el que me va a entregar.

Jesús es arrestado (Mt 26,47-56; Lc 22,47-53; Jn 18,1-12)

43 Todavía estaba Jesús hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce. Venía acompañado de un tropel de gente armada con espadas y garrotes, que habían sido enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos. 44 Judas, el traidor, les había dado esta contraseña:

— Aquel a quien yo bese, ese es. Aprésenlo y llévenselo bien sujeto.

45 Al llegar, se acercó en seguida a Jesús y le dijo:

— ¡Maestro!

Y lo besó. 46 Los otros, por su parte, echando mano a Jesús, lo apresaron. 47 Uno de los que estaban con él sacó la espada y, de un golpe, le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. 48 Jesús, entonces, tomó la palabra y les dijo:

— ¿Por qué han venido a arrestarme con espadas y garrotes como si fuera un ladrón? 49 Todos los días he estado entre ustedes enseñando en el Templo, y no me han arrestado. Pero así debe ser para que se cumplan las Escrituras.

50 Y todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. 51 Un muchacho, cubierto sólo con una sábana, iba siguiendo a Jesús. También quisieron echarle mano; 52 pero él, desprendiéndose de la sábana, huyó desnudo.

Jesús ante el Consejo Supremo (Mt 26,57-68; Lc 22,54-55.63-71; Jn 18,12-14.19-24)

53 Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote; y se reunieron también todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. 54 Pedro, que lo había seguido de lejos hasta la mansión del sumo sacerdote, se sentó con los criados a calentarse junto al fuego. 55 Los jefes de los sacerdotes y el pleno del Consejo Supremo andaban buscando un testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte; pero no lo encontraban 56 porque, aunque muchos testificaban falsamente contra él, sus testimonios no concordaban. 57 Algunos se levantaron y testificaron en falso contra Jesús, diciendo:

58 — Nosotros lo hemos oído afirmar: “Yo derribaré este Templo obra de manos humanas y en tres días construiré otro que no será obra humana”.

59 Pero ni aun así conseguían hacer coincidir los testimonios. 60 Poniéndose, entonces, de pie en medio de todos, el sumo sacerdote preguntó a Jesús:

— ¿No tienes nada que alegar a lo que estos testifican contra ti?

61 Pero Jesús permaneció en silencio, sin contestar ni una palabra. El sumo sacerdote insistió preguntándole:

— ¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Bendito?

62 Jesús respondió:

— Sí, lo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado junto al Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo.

63 Al oír esto, el sumo sacerdote se rasgó las vestiduras y exclamó:

— ¿Para qué necesitamos más testimonios? 64 ¡Ya han oído su blasfemia! ¿Qué les parece?

Todos juzgaron que merecía la muerte. 65 Algunos se pusieron a escupirlo y, tapándole la cara, lo golpeaban y le decían:

— ¡A ver si adivinas!

Y también los criados le daban bofetadas.

Pedro niega a Jesús (Mt 26,69-75; Lc 22,54-62; Jn 18,15-18.25-27)

66 Entre tanto, Pedro estaba abajo, en el patio de la casa. Llegó una criada del sumo sacerdote 67 y, al ver a Pedro calentándose junto al fuego, lo miró atentamente y dijo:

— Oye, tú también estabas con Jesús, el de Nazaret.

68 Pedro lo negó, diciendo:

— Ni sé quién es ese ni de qué estás hablando.

Y salió al vestíbulo. Entonces cantó un gallo. 69 La criada lo volvió a ver y dijo de nuevo a los que estaban allí:

— Este es uno de ellos.

70 Pedro lo negó otra vez. Poco después, algunos de los presentes insistieron dirigiéndose a Pedro:

— No cabe duda de que tú eres de los suyos, pues eres galileo.

71 Entonces él comenzó a jurar y perjurar:

— ¡No sé quién es ese hombre del que ustedes hablan!

72 Al instante cantó un gallo por segunda vez y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: “Antes que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres veces”. Y se echó a llorar.

Conspiración para arrestar a Jesús(A)

14 Faltaban dos días para la fiesta de la Pascua, cuando se come el pan sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban la manera de arrestar a Jesús por medio de algún engaño, y matarlo. Pues algunos decían:

—No durante la fiesta, para que la gente no se alborote.

Una mujer derrama perfume sobre Jesús(B)

Jesús había ido a Betania, a casa de Simón, al que llamaban el leproso. Mientras estaba sentado a la mesa, llegó una mujer que llevaba un frasco de alabastro lleno de perfume de nardo puro, de mucho valor. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los presentes se enojaron, y se dijeron unos a otros:

—¿Por qué se ha desperdiciado este perfume? Podía haberse vendido por el equivalente al salario de trescientos días, para ayudar a los pobres.

Y criticaban a aquella mujer.

Pero Jesús dijo:

—Déjenla; ¿por qué la molestan? Ha hecho una obra buena conmigo. Pues a los pobres siempre los tendrán entre ustedes, y pueden hacerles bien cuando quieran; pero a mí no siempre me van a tener. Esta mujer ha hecho lo que ha podido: ha perfumado mi cuerpo de antemano para mi entierro. Les aseguro que en cualquier lugar del mundo donde se anuncie la buena noticia, se hablará también de lo que hizo esta mujer, y así será recordada.

Judas traiciona a Jesús(C)

10 Judas Iscariote, uno de los doce discípulos, fue a ver a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. 11 Al oírlo, se alegraron y prometieron darle dinero a Judas, que comenzó a buscar el momento más oportuno de entregar a Jesús.

La Cena del Señor(D)

12 El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron:

—¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?

13 Entonces envió a dos de sus discípulos, diciéndoles:

—Vayan a la ciudad. Allí encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo, 14 y donde entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro pregunta: ¿Cuál es el cuarto donde voy a comer con mis discípulos la cena de Pascua?” 15 Él les mostrará en el piso alto un cuarto grande, arreglado y ya listo para la cena. Prepárennos allí lo necesario.

16 Los discípulos salieron y fueron a la ciudad. Lo encontraron todo como Jesús les había dicho, y prepararon la cena de Pascua.

17 Al anochecer llegó Jesús con los doce discípulos. 18 Mientras estaban a la mesa, comiendo, Jesús les dijo:

—Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.

19 Ellos se pusieron tristes, y comenzaron a preguntarle uno por uno:

—¿Acaso seré yo?

20 Jesús les contestó:

—Es uno de los doce, que está mojando el pan en el mismo plato que yo. 21 El Hijo del hombre ha de recorrer el camino que dicen las Escrituras; pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Hubiera sido mejor para él no haber nacido.

22 Mientras comían, Jesús tomó en sus manos el pan y, habiendo pronunciado la bendición, lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:

—Tomen, esto es mi cuerpo.

23 Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, y todos bebieron. 24 Les dijo:

—Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos. 25 Les aseguro que no volveré a beber del producto de la vid, hasta el día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.

Jesús anuncia que Pedro lo negará(E)

26 Después de cantar los salmos, se fueron al Monte de los Olivos. 27 Jesús les dijo:

—Todos ustedes van a perder su fe en mí. Así lo dicen las Escrituras: “Mataré al pastor, y las ovejas se dispersarán.” 28 Pero cuando yo resucite, los volveré a reunir en Galilea.

29 Pedro le dijo:

—Aunque todos pierdan su fe, yo no.

30 Jesús le contestó:

—Te aseguro que esta misma noche, antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.

31 Pero él insistía:

—Aunque tenga que morir contigo, no te negaré.

Y todos decían lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní(F)

32 Luego fueron a un lugar llamado Getsemaní. Jesús dijo a sus discípulos:

—Siéntense aquí, mientras yo voy a orar.

33 Y se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse muy afligido y angustiado. 34 Les dijo:

—Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense ustedes aquí, y permanezcan despiertos.

35 En seguida Jesús se fue un poco más adelante, se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, y pidió a Dios que, de ser posible, no le llegara ese momento. 36 En su oración decía: «Abbá, Padre, para ti todo es posible: líbrame de este trago amargo; pero que no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»

37 Luego volvió a donde ellos estaban, y los encontró dormidos. Le dijo a Pedro:

—Simón, ¿estás durmiendo? ¿Ni siquiera una hora pudiste mantenerte despierto? 38 Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles.

39 Se fue otra vez, y oró repitiendo las mismas palabras. 40 Cuando volvió, encontró otra vez dormidos a los discípulos, porque sus ojos se les cerraban de sueño. Y no sabían qué contestarle. 41 Volvió por tercera vez, y les dijo:

—¿Siguen ustedes durmiendo y descansando? Ya basta, ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. 42 Levántense, vámonos; ya se acerca el que me traiciona.

Arrestan a Jesús(G)

43 Todavía estaba hablando Jesús cuando Judas, uno de los doce discípulos, llegó acompañado de mucha gente armada con espadas y con palos. Iban de parte de los jefes de los sacerdotes, de los maestros de la ley y de los ancianos. 44 Judas, el traidor, les había dado una contraseña, diciéndoles: «Al que yo bese, ése es; arréstenlo y llévenselo bien sujeto.» 45 Así que se acercó a Jesús y le dijo:

—¡Maestro!

Y lo besó. 46 Entonces le echaron mano a Jesús y lo arrestaron.

47 Pero uno de los que estaban allí sacó su espada y le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. 48 Y Jesús preguntó a la gente:

—¿Por qué han venido ustedes con espadas y con palos a arrestarme, como si yo fuera un bandido? 49 Todos los días he estado entre ustedes enseñando en el templo, y nunca me arrestaron. Pero esto sucede para que se cumplan las Escrituras.

50 Todos los discípulos dejaron solo a Jesús, y huyeron. 51 Pero un joven lo seguía, cubierto sólo con una sábana. A éste lo agarraron, 52 pero él soltó la sábana y escapó desnudo.

Jesús ante la Junta Suprema(H)

53 Llevaron entonces a Jesús ante el sumo sacerdote, y se juntaron todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio de la casa del sumo sacerdote, y se quedó sentado con los guardianes del templo, calentándose junto al fuego.

55 Los jefes de los sacerdotes y toda la Junta Suprema buscaban alguna prueba para condenar a muerte a Jesús; pero no la encontraban. 56 Porque aunque muchos presentaban falsos testimonios contra él, se contradecían unos a otros. 57 Algunos se levantaron y lo acusaron falsamente, diciendo:

58 —Nosotros lo hemos oído decir: “Yo voy a destruir este templo que hicieron los hombres, y en tres días levantaré otro no hecho por los hombres.”

59 Pero ni aun así estaban de acuerdo en lo que decían.

60 Entonces el sumo sacerdote se levantó en medio de todos, y preguntó a Jesús:

—¿No contestas nada? ¿Qué es esto que están diciendo contra ti?

61 Pero Jesús se quedó callado, sin contestar nada. El sumo sacerdote volvió a preguntarle:

—¿Eres tú el Mesías, el Hijo del Dios bendito?

62 Jesús le dijo:

—Sí, yo soy. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.

63 Entonces el sumo sacerdote se rasgó las ropas en señal de indignación, y dijo:

—¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 Ustedes lo han oído decir palabras ofensivas contra Dios. ¿Qué les parece?

Todos estuvieron de acuerdo en que era culpable y debía morir.

65 Algunos comenzaron a escupirlo, y a taparle los ojos y golpearlo, diciéndole:

—¡Adivina quién te pegó!

Y los guardianes del templo le pegaron en la cara.

Pedro niega conocer a Jesús(I)

66 Pedro estaba abajo, en el patio. En esto llegó una de las sirvientas del sumo sacerdote; 67 y al ver a Pedro, que se estaba calentando junto al fuego, se quedó mirándolo y le dijo:

—Tú también andabas con Jesús, el de Nazaret.

68 Pedro lo negó, diciendo:

—No lo conozco, ni sé de qué estás hablando.

Y salió fuera, a la entrada. Entonces cantó un gallo. 69 La sirvienta vio otra vez a Pedro y comenzó a decir a los demás:

—Éste es uno de ellos.

70 Pero él volvió a negarlo. Poco después, los que estaban allí dijeron de nuevo a Pedro:

—Seguro que tú eres uno de ellos, pues también eres de Galilea.

71 Entonces Pedro comenzó a jurar y perjurar, diciendo:

—¡No conozco a ese hombre de quien ustedes están hablando!

72 En aquel mismo momento cantó el gallo por segunda vez, y Pedro se acordó de que Jesús le había dicho: «Antes que cante el gallo por segunda vez, me negarás tres veces.» Y se echó a llorar.

La Passione, 14–15.
La congiura contro Gesù

14 (A)Mancavano due giorni alla Pasqua e alla festa degli Azzimi. I capi dei sacerdoti e gli scribi cercavano il modo di prendere Gesù con inganno e ucciderlo; infatti dicevano[a]: «Non durante la festa, perché non vi sia qualche tumulto di popolo».

Maria di Betania unge il capo a Gesù

(B)Gesù era a Betania, in casa di Simone il lebbroso; mentre egli era a tavola entrò una donna che aveva un vaso di alabastro pieno d’olio profumato, di nardo puro, di gran valore; rotto l’alabastro, gli versò l’olio sul capo. Alcuni si indignarono fra di loro [e dissero]: «Perché si è fatto questo spreco d’olio? Si poteva vendere quest’olio per[b] più di trecento denari e darli ai poveri». Ed erano irritati contro di lei. Ma Gesù disse: «Lasciatela stare! Perché le date noia? Ha fatto un’azione buona verso di me. Poiché i poveri li avete sempre con voi; quando volete, potete far loro del bene; ma me non mi avete per sempre. Lei ha fatto ciò che poteva; ha anticipato l’unzione del mio corpo per la sepoltura. In verità vi dico che in tutto il mondo, dovunque sarà predicato il vangelo[c], anche quello che costei ha fatto sarà raccontato, in memoria di lei».

Giuda decide di tradire Gesù

10 (C)Giuda Iscariota, uno dei dodici, andò dai capi dei sacerdoti con lo scopo di consegnare loro Gesù. 11 Essi, dopo averlo ascoltato, si rallegrarono e promisero di dargli del denaro. Perciò egli cercava il modo opportuno per consegnarlo.

L’ultima Pasqua

12 (D)Il primo giorno degli Azzimi, quando si sacrificava la Pasqua, i suoi discepoli gli dissero: «Dove vuoi che andiamo a preparare perché tu possa mangiare la Pasqua?» 13 Egli mandò due dei suoi discepoli e disse loro: «Andate in città, e vi verrà incontro un uomo che porta una brocca d’acqua; seguitelo; 14 dove entrerà, dite al padrone di casa: “Il Maestro dice: ‘Dov’è la mia stanza[d] in cui mangerò la Pasqua con i miei discepoli?’”. 15 Egli vi mostrerà di sopra una grande sala ammobiliata e pronta; lì apparecchiate per noi». 16 I [suoi] discepoli andarono, giunsero nella città e trovarono come egli aveva detto loro; e prepararono per la Pasqua.

17 Quando fu sera, giunse Gesù con i dodici. 18 Mentre erano a tavola e mangiavano, Gesù disse: «In verità io vi dico che uno di voi, che mangia con me, mi tradirà». 19 Essi cominciarono a rattristarsi e a dirgli uno dopo l’altro: «Sono forse io?» [E un altro disse: «Sono forse io?»] 20 Egli [, rispondendo,] disse loro: «È uno dei dodici, che intinge con me nel piatto. 21 Certo il Figlio dell’uomo se ne va, com’è scritto di lui, ma guai a quell’uomo dal quale il Figlio dell’uomo è tradito! Meglio sarebbe per quell’uomo se non fosse mai nato!»

La cena del Signore

22 (E)Mentre mangiavano, [Gesù] prese del pane e, dopo aver pronunciato la benedizione, lo spezzò, lo diede loro e disse: «Prendete, [mangiate,] questo è il mio corpo». 23 Poi prese un calice[e] e, dopo aver reso grazie, lo diede loro, e tutti ne bevvero. 24 Ed egli disse loro: «Questo è il mio sangue, il sangue del [nuovo] patto, che è sparso per molti. 25 In verità vi dico che non berrò più del frutto della vigna fino al giorno che lo berrò nuovo nel regno di Dio».

Gesù avverte Pietro del suo rinnegamento

26 (F)Dopo che ebbero cantato l’inno, uscirono per andare al monte degli Ulivi.

27 Gesù disse loro: «Voi tutti sarete scandalizzati [di me questa notte] perché è scritto: “Io percuoterò il pastore e le pecore saranno disperse”[f]. 28 Ma dopo che sarò risuscitato vi precederò in Galilea». 29 Allora Pietro gli disse: «Quand’anche tutti fossero scandalizzati, io però non lo sarò!» 30 Gesù gli disse: «In verità ti dico che tu, oggi, in questa stessa notte, prima che il gallo abbia cantato due volte, mi rinnegherai tre volte». 31 Ma egli diceva più fermamente ancora: «Anche se dovessi morire con te, non ti rinnegherò». Lo stesso dicevano pure tutti gli altri.

Agonia di Gesù nel giardino del Getsemani

32 (G)Poi giunsero in un podere detto Getsemani[g], ed egli disse ai suoi discepoli: «Sedete qui finché io abbia pregato». 33 Gesù prese con sé Pietro, Giacomo e Giovanni e cominciò a essere spaventato e angosciato. 34 E disse loro: «L’anima mia è oppressa da tristezza mortale; rimanete qui e vegliate». 35 Andato un po’ più avanti, si gettò a terra; e pregava che, se fosse possibile, quell’ora passasse oltre da lui. 36 Diceva: «Abbà, Padre! Ogni cosa ti è possibile; allontana da me questo calice! Però non quello che io voglio, ma quello che tu vuoi». 37 Poi venne, li trovò che dormivano e disse a Pietro: «Simone! Dormi? Non sei stato capace di vegliare un’ora sola? 38 Vegliate e pregate, affinché non cadiate in tentazione[h]; lo spirito è pronto, ma la carne è debole». 39 Di nuovo andò e pregò, dicendo le medesime parole. 40 Ritornato, li trovò [di nuovo] che dormivano perché gli occhi loro erano appesantiti; e non sapevano che rispondergli. 41 Venne la terza volta e disse loro: «Dormite pure, ormai, e riposatevi! Basta! L’ora è venuta: ecco, il Figlio dell’uomo è consegnato nelle mani dei peccatori. 42 Alzatevi, andiamo; ecco, colui che mi tradisce è vicino».

Arresto di Gesù

43 (H)In quell’istante, mentre Gesù parlava ancora, arrivò Giuda, uno dei dodici, e insieme a lui una [gran] folla con spade e bastoni, inviata da parte dei capi dei sacerdoti, degli scribi e degli anziani. 44 Colui che lo tradiva aveva dato loro un segnale, dicendo: «Quello che bacerò, è lui; pigliatelo e portatelo via sicuramente[i]». 45 Appena giunse, subito si accostò a lui e disse: «Rabbì [, Rabbì]!» e lo baciò. 46 Allora quelli gli misero le mani addosso e lo arrestarono.

47 Ma uno dei presenti, tratta la spada, percosse il servo del sommo sacerdote e gli recise l’orecchio.

48 Gesù, rivolto a loro, disse: «Voi siete usciti con spade e bastoni, come contro un brigante, per prendermi. 49 Ogni giorno ero in mezzo a voi insegnando nel tempio e voi non mi avete preso; ma questo è avvenuto affinché le Scritture fossero adempiute».

50 Allora tutti, lasciatolo, se ne fuggirono.

51 Un giovane lo seguiva, coperto soltanto con un lenzuolo; e [i giovani] lo afferrarono; 52 ma egli, lasciando andare il lenzuolo, se ne fuggì [da loro] nudo.

Gesù compare davanti a Caiafa e al sinedrio

53 (I)Condussero Gesù davanti al sommo sacerdote; e [presso di lui] si riunirono tutti i capi dei sacerdoti, gli anziani e gli scribi. 54 Pietro, che lo aveva seguito da lontano fin dentro il cortile del sommo sacerdote, stava lì seduto con le guardie e si scaldava al fuoco.

55 I capi dei sacerdoti e tutto il sinedrio cercavano qualche testimonianza contro Gesù per farlo morire; ma non ne trovavano. 56 Molti deponevano il falso contro di lui, ma le testimonianze non erano concordi. 57 E alcuni si alzarono e testimoniarono falsamente contro di lui dicendo: 58 «Noi l’abbiamo udito mentre diceva: “Io distruggerò questo tempio fatto da mani d’uomo e in tre giorni ne ricostruirò un altro, non fatto da mani d’uomo”». 59 Ma neppure così la loro testimonianza era concorde. 60 Allora il sommo sacerdote, alzatosi in piedi nel mezzo, domandò a Gesù: «Non rispondi nulla? Che cosa testimoniano costoro contro di te?» 61 Ma egli tacque e non rispose nulla. Di nuovo il sommo sacerdote lo interrogò e gli disse: «Sei tu il Cristo, il Figlio del Benedetto?» 62 Gesù disse: «Io sono; e vedrete il Figlio dell’uomo seduto alla destra della Potenza e venire sulle nuvole del cielo[j]». 63 Il sommo sacerdote si stracciò le vesti e disse: «Che bisogno abbiamo ancora di testimoni? 64 Voi avete udito la bestemmia. Che ve ne pare?» Tutti lo condannarono come reo di morte. 65 Alcuni cominciarono a sputargli addosso, a coprirgli la faccia, a dargli dei pugni e a dirgli: «Indovina![k]» E le guardie si misero a schiaffeggiarlo[l].

Gesù rinnegato tre volte da Pietro

66 (J)Mentre Pietro era giù nel cortile, venne una delle serve del sommo sacerdote; 67 e, veduto Pietro che si scaldava, lo guardò bene e disse: «Anche tu eri con Gesù Nazareno». 68 Ma egli negò dicendo: «Non so, né capisco quello che tu dici». Poi andò fuori nell’atrio {e il gallo cantò}. 69 La serva, vedutolo, cominciò di nuovo a dire ai presenti: «Costui è uno di quelli». 70 Ma lui negò di nuovo. E ancora, poco dopo, coloro che erano lì dicevano a Pietro: «Certamente tu sei uno di quelli, anche perché sei Galileo [e il tuo parlare lo rivela]». 71 Ma egli prese a imprecare e a giurare: «Non conosco quest’uomo di cui parlate». 72 E subito[m], per la seconda volta, il gallo cantò. Allora Pietro si ricordò della parola che Gesù gli aveva detta: «Prima che il gallo abbia cantato due volte, tu mi rinnegherai tre volte». E si abbandonò al pianto[n].

Footnotes

  1. Marco 14:2 TR e M ma dicevano…
  2. Marco 14:5 TR e M Si poteva venderlo per…
  3. Marco 14:9 TR e M questo vangelo.
  4. Marco 14:14 TR e M Dov’è la stanza…
  5. Marco 14:23 TR e M il calice.
  6. Marco 14:27 +Za 13:7.
  7. Marco 14:32 Getsemani, deriva da due parole ebr. che significano frantoio per olive.
  8. Marco 14:38 Non cadiate in tentazione, lett. non entriate in tentazione.
  9. Marco 14:44 Sicuramente, altri traducono: sotto buona scorta.
  10. Marco 14:62 Cfr. Sl 110:1; Da 7:13.
  11. Marco 14:65 Indovina!, lett. profetizza.
  12. Marco 14:65 Si misero a schiaffeggiarlo, altri traducono: lo ricevettero a colpi di bastone, o anche: lo percuotevano.
  13. Marco 14:72 TR e M omettono subito.
  14. Marco 14:72 E si abbandonò al pianto, altri traducono: e, precipitatosi fuori, si mise a piangere.

谋害耶稣

14 再过两天就是逾越节和除酵节,祭司长和律法教师正暗暗地找机会拘捕、杀害耶稣。

他们说:“我们不能在节期那天下手,以免在百姓中引起骚乱。”

耶稣受膏

耶稣在伯大尼村患过麻风病的西门家里吃饭,有个女人带了一瓶极贵重的纯哪哒香膏进来,把玉瓶打破,将香膏倒在耶稣头上。 有些人生气地彼此议论说:“为什么这样浪费? 这瓶香膏可以卖三百多个银币[a]来周济穷人。”他们就责备那女人。

耶稣说:“随她吧!何必为难她呢?她在我身上做的是一件美事。 因为你们身边总会有穷人,你们随时都可以帮助他们,可是你们身边不会总有我。 她做了自己能做的。她是为我的安葬做准备,提前用香膏抹了我的身体。 我实在告诉你们,无论福音传到世界哪个角落,人们都会传扬这女人的事迹,纪念她。”

犹大出卖耶稣

10 十二门徒当中的加略人犹大去见祭司长,要把耶稣出卖给他们。 11 他们听了喜出望外,答应给他酬金。于是犹大伺机出卖耶稣。

最后的晚餐

12 除酵节的第一天,就是宰杀逾越节羔羊的那天,门徒问耶稣:“我们该到什么地方为你准备逾越节的晚餐呢?”

13 耶稣就派了两个门徒,并嘱咐他们:“你们进城会看到一个人带着一瓶水迎面而来,你们就跟着他。 14 他进哪一家,你们也跟着进去,对那家的主人说,‘我们的老师问你,祂的客房在哪里,祂要和门徒在里面吃逾越节的晚餐。’ 15 主人会带你们到楼上一间布置整齐的大房间,你们就在那里准备吧。”

16 两个门徒出去,进了城,所遇见的果然和耶稣所说的一样。他们预备了逾越节的晚餐。

17 傍晚时分,耶稣带着十二门徒来了。 18 用餐的时候,耶稣说:“我实在告诉你们,你们中间有一个人要出卖我,他现在正和我同桌吃饭。”

19 他们听了都感到不安,一个一个地问耶稣:“不是我吧?” 20 耶稣说:“是你们十二个人中的一个,他现在正和我一起在盘子里蘸饼吃。 21 人子一定会受害,正如圣经的记载,但出卖人子的人有祸了,他还不如不生在这世上!”

22 他们吃的时候,耶稣拿起饼来,祝谢后,便掰开,分给门徒,说:“拿去吃吧!这是我的身体。” 23 接着又拿起杯来,祝谢后,递给他们,他们都喝了。 24 耶稣说:“这是我为万人所流的立约之血。 25 我实在告诉你们,从今天起,一直到我在上帝的国喝新酒的那天之前,我不会再喝这葡萄酒。”

26 他们唱完诗歌,就出门去了橄榄山。

预言彼得不认主

27 耶稣对他们说:“你们都要背弃我,因为圣经上说,

“‘我要击打牧人,
羊群将四散。’

28 但我复活后,要先你们一步去加利利。”

29 彼得说:“即使所有人都背弃你,我也决不会背弃你!”

30 耶稣说:“我实在告诉你,就在今天晚上鸡叫两次以前,你会三次不认我。”

31 彼得郑重地说:“就算要我跟你一起死,我也不会不认你。”其他门徒也都这样说。

客西马尼园的祷告

32 他们到了客西马尼园,耶稣对门徒说:“你们坐在这里,我要去祷告。”

33 于是耶稣带着彼得、雅各和约翰向前走。祂觉得极其难过,非常伤痛, 34 说:“我心里非常忧伤,几乎要死,你们留在这里警醒。” 35 耶稣往前走了不远,俯伏在地祷告,如果可以,不要让那时刻临到祂。

36 祂说:“阿爸,父啊,你无所不能,求你撤去此杯。然而,愿你的旨意成就,而非我的意愿。”

37 祂回来,见他们都睡着了,就对彼得说:“西门,你在睡觉吗?你不能警醒一时吗? 38 你们要警醒祷告,免得陷入诱惑。你们的心灵虽然愿意,肉体却很软弱。”

39 耶稣又去祷告,所祈求的跟上次一样。 40 祂回来时见他们又睡着了,因为他们困得眼皮发沉,也不知道对祂说什么。 41 祂第三次祷告回来后,对他们说:“你们还在睡觉休息吗?够了,时候到了,看啊,人子要被出卖、交在罪人的手里了。 42 起来,我们走吧。看啊,出卖我的人已经来了!”

耶稣被捕

43 耶稣还在说话的时候,十二门徒之一的犹大已带了一群人拿着刀棍迎面而来。他们奉了祭司长、律法教师和长老之命来捉拿耶稣。 44 出卖耶稣的犹大预先和他们定了暗号,说:“我亲吻谁,谁就是耶稣,你们把祂抓起来,小心押走。”

45 犹大随即走到耶稣跟前说:“老师。”然后就亲吻耶稣。 46 其他人就下手捉拿耶稣。 47 站在旁边的一个门徒拔出刀朝大祭司的奴仆砍去,削掉了他一只耳朵。

48 耶稣问那群人:“你们像对付强盗一样拿着刀棍来抓我吗? 49 我天天和你们在一起,在圣殿里教导人,你们没有来抓我。你们现在这样做是要应验圣经的话。”

50 那时,门徒都撇下耶稣,各自逃命去了。 51 只有一个身上披着一块麻布的青年跟着耶稣。他们上去捉他, 52 他丢了那块麻布,赤身逃走了。

大祭司审问耶稣

53 他们把耶稣押到大祭司那里,众祭司长、长老和律法教师都来了。 54 那时彼得远远地跟着耶稣,一直来到大祭司的院子,与卫兵们坐在一起烤火。 55 祭司长和全公会的人正在寻找证据控告耶稣,要定祂死罪,只是找不到。 56 不少人作伪证控告祂,他们的证词却不一致。 57 后来,有几个人站起来作伪证说: 58 “我们听见祂说,‘我要拆毁这座人手建造的圣殿,三天内不靠人力另造一座。’” 59 即使这样,他们的证词也不一致。

60 最后,大祭司在众人面前站起来质问耶稣:“你不回答吗?这些人作证控告你的是什么呢?”

61 耶稣还是沉默不语,什么也不答。大祭司又问祂:“你是那当受称颂者的儿子基督吗?” 62 耶稣说:“我是!将来你们要看见人子坐在全能上帝的右边,驾着天上的云降临。”

63 大祭司便撕裂衣服,说:“我们还需要什么证人呢? 64 你们听见祂说亵渎的话了,你们看怎么办?”他们都判祂死罪。

65 有几个人向祂吐唾沫,蒙上祂的眼睛,挥拳打祂,嘲笑祂说:“你说预言吧!”卫兵押祂下去时,也打祂。

彼得三次不认耶稣

66 那时,彼得仍在院子里,大祭司的一个婢女走过来, 67 见彼得在烤火,打量了他一番,说:“你也是那个拿撒勒人耶稣的同伙。”

68 “我不知道也不明白你在说什么!”彼得一边否认,一边躲到外院去。那时,鸡叫了。

69 一会儿,那婢女又看见彼得,就对旁边的人说:“他是跟他们一伙的!” 70 彼得又加以否认。

再过了一会儿,旁观的人也指着彼得说:“你一定是跟他们一伙的,因为你也是加利利人!”

71 彼得又赌咒又发誓,说:“我根本不认识你们说的这个人。” 72 就在这时候,鸡又叫了。彼得突然想起耶稣曾对他说:“在鸡叫两次以前,你会三次不认我”,忍不住痛哭起来。

Footnotes

  1. 14:5 三百多个银币”相当于当时人们一年的工钱。