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65 Algunos le escupieron, le vendaron los ojos y le dieron puñetazos diciendo:

—¡Demuéstranos que eres profeta, dinos quién te pegó!

Luego los guardias se lo llevaron y lo golpearon.

La negación de Pedro

(Mt 26:69-75; Lc 22:56-62; Jn 18:15-18, 25-27)

66 Mientras Pedro estaba todavía en el patio de la casa del sumo sacerdote, una de las siervas de la casa se acercó 67 y vio a Pedro calentándose. La muchacha le dijo:

—Tú también estabas con Jesús de Nazaret.

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