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Podía haberse vendido por más de trescientas monedas de plata, y dárselas a los pobres. Y reprendían duramente a la mujer.

Jesús les dijo:

―Déjenla en paz. ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una buena obra conmigo. Porque siempre tendrán a los pobres con ustedes y los podrán ayudar cuando quieran; pero a mí no me van a tener siempre.

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