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Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto.

Y otra parte cayó en tierra buena, y daba fruto que brotaba y crecía, y producía treinta, sesenta y hasta ciento por uno.

Y les decía: El que tiene oídos para oír, que oiga.

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Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y a ciento por uno. Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga.

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