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Pues en que no han honrado mi nombre al ofrecer alimentos impuros en mi altar. Ustedes preguntan: “¿En qué no te hemos honrado?” Pues en que ustedes consideran que la mesa del SEÑOR es algo despreciable.

»¿Acaso creen que está bien ofrecer como sacrificio un animal ciego? ¿No está mal que sacrifiquen animales cojos o enfermos? Lleven a uno de esos animales a su gobernante a ver si a él le gusta que se lo den como regalo. ¿Creen que él les daría las gracias por eso?» Dice el SEÑOR Todopoderoso.

Ahora pídanle a Dios que tenga compasión de ustedes, pero no los escuchará por culpa de ustedes, ya que ninguno hace lo que a él le agrada.

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