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Curación del endemoniado geraseno (Mt 8,28-34; Mc 5,1-20)

26 Después de esto arribaron a la región de Gerasa que está frente a Galilea. 27 En cuanto Jesús saltó a tierra, salió a su encuentro un hombre procedente de la ciudad. Estaba poseído por demonios, y desde hacía bastante tiempo andaba desnudo y no vivía en su casa, sino en el cementerio. 28 Al ver a Jesús, se puso de rodillas delante de él gritando con todas sus fuerzas:

— ¡Déjame en paz, Jesús, Hijo del Dios Altísimo! ¡Te suplico que no me atormentes!

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