Lucas 8:23-29
Nueva Biblia de las Américas
23 Pero mientras ellos navegaban, Él se durmió; y una violenta tempestad[a] descendió sobre el lago(A), y comenzaron a hundirse y corrían peligro.
24 Llegándose a Jesús, lo despertaron, diciendo: «¡Maestro, Maestro(B), que perecemos!». Y Él, levantándose, reprendió(C) al viento y a las olas embravecidas, y cesaron y sobrevino la calma. 25 «¿Dónde está la fe de ustedes?», les dijo. Pero ellos estaban atemorizados y asombrados, diciéndose unos a otros: «¿Quién, pues, es Este que aun a los vientos y al agua manda y lo obedecen?».
El endemoniado gadareno
26 (D)Entonces navegaron hacia la tierra de los gadarenos[b] que está al lado opuesto de Galilea. 27 Cuando Jesús bajó a tierra, le salió al encuentro un hombre de la ciudad poseído por demonios, y que por mucho tiempo no se había puesto ropa alguna, ni vivía en una casa sino en los sepulcros. 28 Al ver a Jesús, gritó y cayó delante de Él, y dijo en alta voz: «¿Qué tienes Tú que ver conmigo[c], Jesús, Hijo del Dios(E) Altísimo? Te ruego que no me atormentes(F)».
29 Porque Él mandaba al espíritu inmundo que saliera del hombre, pues muchas veces[d] se había apoderado de él, y[e] estaba atado con cadenas y grillos y bajo guardia; a pesar de todo rompía las ataduras y era llevado por el demonio a los desiertos.
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