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También les decía:

—El Hijo del Hombre es Señor del sábado.

El hombre de la mano paralizada

Aconteció en otro sábado, que él entró en la sinagoga y enseñaba. Y estaba allí un hombre cuya mano derecha estaba paralizada. Los escribas y los fariseos lo acechaban para ver si lo sanaría en sábado, para hallar de qué acusarle.

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