Lucas 22:47-24:53

Nueva Biblia de las Américas

Arresto de Jesús

^47 (A)Mientras todavía estaba Él hablando, llegó una multitud, y el que se llamaba Judas, uno de los doce apóstoles, iba delante de ellos, y se acercó para besar a Jesús. ⁴⁸ Pero Jesús le dijo: «Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?». ⁴⁹ Cuando los que rodeaban a Jesús vieron lo que iba a suceder, dijeron: «Señor, ¿heriremos a espada^(B)?».

⁵⁰ Y uno de ellos hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó^[a] la oreja derecha. ⁵¹ Pero Jesús dijo: «¡Deténganse! Basta de esto». Y^[b] tocando la oreja al siervo, lo sanó. ⁵² Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los oficiales del templo^(C) y a los ancianos que habían venido contra Él: «¿Cómo contra un ladrón han salido con espadas y palos^(D)? ⁵³ Cuando estaba con ustedes cada día en el templo, no me echaron mano; pero esta hora y el poder de las tinieblas son de ustedes^[c]».

La negación de Pedro

⁵⁴ Después de arrestar a Jesús, se lo llevaron y lo condujeron a la casa del sumo sacerdote^(E); y Pedro los seguía de lejos^(F). ^55 (G)Después que encendieron una hoguera en medio del patio, y de sentarse juntos, Pedro se sentó entre ellos^(H). ⁵⁶ Una sirvienta, al verlo sentado junto a la lumbre, fijándose en él detenidamente, dijo: «También este estaba con Él». ⁵⁷ Pero él lo negó, diciendo: «Mujer, yo no lo conozco».

⁵⁸ Un poco después, otro al verlo, dijo: «¡Tú también eres uno de ellos^(I)!». «¡Hombre, no es cierto^[d]!», le dijo Pedro. ⁵⁹ Pasada como una hora, otro insistía, diciendo: «Ciertamente este también estaba con Él, pues él también es galileo^(J)». ⁶⁰ Pero Pedro dijo: «Hombre, yo no sé de qué hablas». Al instante, estando él todavía hablando, cantó un gallo.

⁶¹ El Señor^(K) se volvió y miró a Pedro. Entonces Pedro recordó la palabra del Señor, de cómo le había dicho: «Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces^(L)». ⁶² Y saliendo fuera, lloró amargamente.

Jesús escarnecido

⁶³ Los hombres que tenían a Jesús bajo custodia, se burlaban de Él y lo golpeaban^(M); ⁶⁴ Le vendaron los ojos, y le preguntaban: «Adivina^[e], ¿quién es el que te ha golpeado^(N)?». ⁶⁵ También decían muchas otras cosas contra Él, blasfemando^(O).

Jesús ante el Concilio

⁶⁶ Cuando se hizo de día, se reunió el Concilio^[f] de los ancianos^(P) del pueblo, tanto los principales sacerdotes como los escribas, y llevaron a Jesús^(Q) ante su Concilio^(R), diciendo: ⁶⁷ «Si Tú eres el Cristo^[g](S), dínoslo». Pero Él les dijo: «Si se los digo, no creerán; ⁶⁸ y si les pregunto, no responderán. ⁶⁹ Pero de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios^(T)».

⁷⁰ Dijeron todos: «Entonces, ¿Tú eres el Hijo de Dios^(U)?». «Ustedes dicen que Yo soy^(V)», les respondió Jesús. ⁷¹ Y ellos dijeron: «¿Qué necesidad tenemos ya de testimonio? Pues nosotros mismos lo hemos oído de Su propia boca».

Jesús ante Pilato

23 Toda la asamblea de ellos se levantó, y llevaron a Jesús ante Pilato^(W). ^2 (X)Y comenzaron a acusar a Jesús, diciendo: «Hemos hallado que este pervierte a nuestra nación^(Y), prohibiendo pagar^[h] impuesto a César^(Z), y diciendo que Él mismo es Cristo^[i], un Rey».

³ Pilato preguntó a Jesús: «¿Eres Tú el Rey de los judíos?». «Tú lo dices^(AA)», le respondió Jesús. ⁴ Entonces Pilato dijo a los principales sacerdotes y a la multitud: «No encuentro delito en este hombre^(AB)». ⁵ Pero ellos insistían, diciendo: «Él alborota al pueblo, enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea^(AC) hasta aquí».

⁶ Cuando Pilato oyó esto, preguntó si el hombre era galileo. ⁷ Al saber que Jesús pertenecía a la jurisdicción de Herodes, lo remitió a Herodes^(AD), que también estaba en Jerusalén en aquellos^[j] días.

Jesús ante Herodes

⁸ Al ver a Jesús, Herodes se alegró en gran manera, pues hacía mucho tiempo que lo quería ver^(AE) por lo que había oído hablar de Él, y esperaba ver alguna señal^[k] que Él hiciera. ⁹ Lo interrogó extensamente^[l], pero Jesús nada le respondió^(AF). ¹⁰ Los principales sacerdotes y los escribas también estaban allí, y lo acusaban con vehemencia. ¹¹ Entonces Herodes, con sus soldados, después de tratar a Jesús con desprecio y burlarse de Él, lo vistieron con un espléndido manto^(AG). Después Herodes lo envió de nuevo a Pilato. ¹² Aquel mismo día Herodes y Pilato^(AH) se hicieron amigos, pues antes habían estado enemistados el uno con el otro.

Pilato condena a Jesús

¹³ Pilato convocó a los principales sacerdotes, a los gobernantes^(AI) y al pueblo, ¹⁴ y les dijo: «Me han presentado a este hombre como uno que incita al pueblo a la rebelión^(AJ), pero habiéndolo interrogado yo delante de ustedes, no he hallado ningún delito en este hombre^(AK) de las acusaciones que hacen contra Él. ¹⁵ Ni tampoco Herodes^(AL), pues nos lo ha remitido de nuevo; ya que nada ha hecho^[m] que merezca la muerte. ¹⁶ Por tanto, lo voy a castigar y después, lo soltaré^(AM)». ^17 [n]Y tenía obligación de soltarles un preso en cada fiesta.

¹⁸ Pero todos ellos gritaron a una: «¡^(AN)Fuera con este, y suéltanos a Barrabás!». ¹⁹ Barrabás había sido echado en la cárcel por un levantamiento ocurrido en la ciudad, y por homicidio.

²⁰ Pilato, queriendo soltar a Jesús, les volvió a hablar, ²¹ pero ellos continuaban gritando: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». ²² Y él les dijo por tercera vez: «¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho Este? No he hallado en Él ningún delito digno de muerte; por tanto, lo castigaré y lo soltaré^(AO)». ²³ Pero ellos insistían, pidiendo a grandes voces que fuera crucificado, y sus voces comenzaron a predominar. ²⁴ Entonces Pilato decidió^[o] que se les concediera su demanda. ²⁵ Y soltó al que ellos pedían, al que había sido echado en la cárcel por insurrección y homicidio, pero entregó a Jesús a la voluntad de ellos.

Jesús se dirige al Calvario

^26 (AP)Cuando lo llevaban, tomaron a un tal Simón de Cirene que venía del campo y le pusieron la cruz encima para que la llevara detrás de Jesús^(AQ).

²⁷ Y seguía a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres que lloraban^[p] y se lamentaban^(AR) por Él. ²⁸ Pero Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloren por Mí; lloren más bien por ustedes mismas y por sus hijos. ²⁹ Porque vienen días en que dirán: “Dichosas las estériles, los vientres que nunca concibieron y los senos que nunca criaron^(AS)”. ³⁰ Entonces comenzarán a decir a los montes: “Caigan sobre nosotros”; y a los collados: “Cúbrannos^(AT)”. ³¹ Porque si en el árbol verde hacen esto, ¿qué sucederá en el seco?».

³² También llevaban a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos con Él^(AU).

La crucifixión

^33 (AV)Cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera^[q]», crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. ³⁴ Y Jesús decía: «Padre^(AW), perdónalos, porque no saben lo que hacen^[r]». Y los soldados echaron suertes, repartiéndose entre sí Sus vestidos^(AX).

³⁵ El pueblo estaba allí mirando; y aun los gobernantes^(AY) se burlaban de Él, diciendo: «A otros salvó; que se salve Él mismo^(AZ) si Este es el Cristo^[s] de Dios, Su Escogido». ³⁶ Los soldados también se burlaban de Jesús, y se acercaban a Él y le ofrecían vinagre^(BA), ³⁷ diciendo: «Si Tú eres el Rey de los judíos, sálvate a Ti mismo^(BB)».

³⁸ Había también una inscripción sobre Él^[t], que decía: «ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS^(BC)».

Los dos malhechores

³⁹ Uno de los malhechores que estaban colgados allí le lanzaba insultos^(BD), diciendo: «¿No eres Tú el Cristo? ¡Sálvate a Ti mismo^(BE) y a nosotros!».

⁴⁰ Pero el otro le contestó, y reprendiéndolo, dijo: «¿Ni siquiera temes tú a Dios a pesar de que estás bajo la misma condena? ⁴¹ Nosotros a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos^[u]; pero este nada malo ha hecho». ⁴² Y añadió: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en^[v] Tu reino». ⁴³ Entonces Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso^(BF)».

Muerte de Jesús

^44 (BG)Era ya como la hora sexta^[w], cuando descendieron^[x] tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena^[y](BH), ⁴⁵ al eclipsarse el sol. El velo del templo se rasgó en dos^[z](BI). ⁴⁶ Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: «Padre, en Tus manos encomiendo Mi espíritu^(BJ)». Habiendo dicho esto, expiró^(BK).

⁴⁷ Al ver el centurión lo que había sucedido^(BL), glorificaba a Dios^(BM), diciendo: «Ciertamente, este hombre era inocente^[aa]». ⁴⁸ Todas las multitudes que se habían reunido para presenciar este espectáculo, al observar lo que había acontecido, se volvieron golpeándose el pecho^(BN). ⁴⁹ Pero todos los conocidos de Jesús y las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea, estaban a cierta distancia viendo estas cosas^(BO).

Sepultura de Jesús

^50 (BP)Había un hombre llamado José, miembro del Concilio^[ab](BQ), varón bueno y justo, ⁵¹ el cual no había estado de acuerdo con el plan y el proceder de los demás^[ac], que era de Arimatea, ciudad de los judíos, y que esperaba el reino de Dios^(BR). ⁵² Este fue a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús, ⁵³ y bajándolo, lo envolvió en un lienzo de lino, y lo puso en un sepulcro excavado en la roca donde nadie había sido puesto todavía. ⁵⁴ Era el día de la preparación^(BS), y estaba para comenzar el día de reposo.

⁵⁵ Y las mujeres que habían venido con Jesús desde Galilea^(BT) siguieron detrás, y vieron el sepulcro y cómo fue colocado Su cuerpo. ⁵⁶ Cuando regresaron, prepararon especias aromáticas y perfumes^(BU).

Y en el día de reposo descansaron según el mandamiento^(BV).

La resurrección

24 ^(BW)Pero el primer día de la semana, al rayar el alba, las mujeres vinieron al sepulcro trayendo las especias aromáticas que habían preparado. ² Encontraron que la piedra había sido removida del sepulcro, ³ y cuando entraron, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús^(BX).

⁴ Aconteció que estando ellas perplejas por esto, de pronto se pusieron junto a ellas dos varones^(BY) en vestiduras resplandecientes^(BZ). ⁵ Estando ellas aterrorizadas e inclinados sus rostros a tierra, ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? ⁶ No está aquí, sino que ha resucitado^(CA). Acuérdense cómo les habló cuando estaba aún en Galilea^(CB), ⁷ diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar^(CC)».

⁸ Entonces ellas se acordaron de Sus palabras^(CD), ⁹ y regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once apóstoles y a todos los demás. ¹⁰ Eran María Magdalena y Juana^(CE) y María, la madre de Jacobo^[ad](CF). También las demás mujeres con ellas decían estas cosas a los apóstoles^(CG). ¹¹ A ellos estas palabras les parecieron como disparates, y no las creyeron^(CH). ¹² Pero Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Inclinándose para mirar adentro, vio* solo^[ae] las envolturas de lino^(CI), y se fue a su casa^(CJ) maravillado de lo que había acontecido.

Jesús se manifiesta a dos discípulos

¹³ Aquel mismo día dos de los discípulos iban a una aldea^(CK) llamada Emaús, que estaba como a once kilómetros de Jerusalén. ¹⁴ Conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido. ¹⁵ Y mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. ¹⁶ Pero sus ojos estaban velados^[af] para que no lo reconocieran^(CL).

¹⁷ Y Él les dijo: «¿Qué discusiones^[ag] son estas que tienen entre ustedes mientras van andando?». Y ellos se detuvieron, con semblante triste. ¹⁸ Uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: «¿Eres Tú el único visitante en Jerusalén que no sabe^[ah] las cosas que en ella han acontecido en estos días?». ¹⁹ «¿Qué cosas?», les preguntó Jesús. Y ellos le dijeron: «Las referentes a Jesús el Nazareno^(CM), que fue un profeta^[ai](CN) poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo; ²⁰ y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernantes^(CO) lo entregaron a sentencia de muerte y lo crucificaron. ²¹ Pero nosotros esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israel^(CP). Además de todo esto, este es el tercer día desde que estas cosas acontecieron. ²² Y^[aj] también algunas mujeres de entre nosotros nos asombraron; pues cuando fueron de madrugada al sepulcro^(CQ), ²³ y al no hallar Su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto una aparición de ángeles que decían que Él vivía. ²⁴ Algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como también las mujeres habían dicho; pero a Él no lo vieron».

²⁵ Entonces Jesús les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho^(CR)! ²⁶ ¿No era necesario que el Cristo^[ak] padeciera todas estas cosas y entrara en Su gloria^(CS)?».

²⁷ Comenzando por^[al] Moisés^(CT) y continuando con^[am] todos los profetas^(CU), les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras. ²⁸ Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba más lejos^(CV). ²⁹ Y ellos le insistieron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado». Y entró a quedarse con ellos. ³⁰ Al sentarse^[an] a la mesa con ellos, Jesús tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio^(CW). ³¹ Entonces les fueron abiertos los ojos y lo reconocieron^(CX); pero Él desapareció de la presencia de ellos. ³² Y se dijeron el uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría^[ao] las Escrituras^(CY)?».

³³ Levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén, y hallaron reunidos a los once apóstoles^(CZ) y a los que estaban con ellos^(DA), ³⁴ que decían: «Es verdad que el Señor ha resucitado^(DB) y se ha aparecido a Simón^(DC)».

³⁵ Y ellos contaban sus experiencias^[ap] en el camino, y cómo lo habían reconocido al partir el pan^(DD).

Jesús se aparece a los discípulos

³⁶ Mientras ellos relataban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos^(DE), y les dijo: «Paz a ustedes».

³⁷ Pero ellos, aterrorizados y asustados, pensaron que veían un espíritu^(DF). ³⁸ Y Él les dijo: «¿Por qué están turbados, y por qué surgen dudas en sus corazones? ³⁹ Miren Mis manos y Mis pies^(DG), que Yo mismo soy; tóquenme y vean^(DH), porque un espíritu no tiene carne ni huesos como ustedes ven que Yo tengo».

⁴⁰ Cuando dijo esto, les mostró las manos y los pies. ⁴¹ Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría^(DI) y porque estaban asombrados, les dijo: «¿Tienen aquí algo de comer^(DJ)?».

⁴² Ellos le presentaron parte de un pescado asado^[aq], ⁴³ y Él lo tomó en las manos y comió delante de ellos^(DK).

La gran comisión

⁴⁴ Después Jesús les dijo: «Esto es lo que Yo les decía^[ar](DL) cuando todavía estaba con ustedes: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre Mí está escrito en la ley de Moisés^(DM), en los profetas^(DN) y en los Salmos^(DO)».

⁴⁵ Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras^(DP), ⁴⁶ y les dijo: «Así está escrito, que el Cristo^[as] padecerá^(DQ) y resucitará de entre los muertos al tercer día^(DR); ⁴⁷ y que en Su nombre se predicará el arrepentimiento para el perdón^[at] de los pecados^(DS) a todas las naciones^(DT), comenzando desde Jerusalén. ⁴⁸ Ustedes son testigos de estas cosas^(DU). ⁴⁹ Por tanto, Yo enviaré sobre ustedes la promesa de Mi Padre^(DV); pero ustedes, permanezcan en la ciudad hasta que sean investidos con poder de lo alto^(DW)».

Jesús se despide de sus discípulos

⁵⁰ Entonces Jesús los condujo fuera de la ciudad, hasta cerca de Betania^(DX), y alzando Sus manos, los bendijo. ⁵¹ Y aconteció que mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo. ⁵² Ellos, después de adorar a Jesús, regresaron a Jerusalén con gran gozo, ⁵³ y estaban siempre en el templo alabando^[au] a Dios.