Lucas 12
La Palabra (Hispanoamérica)
Invitación a la sinceridad y a la confianza (Mt 10,26-31; 16,6; Mc 8,15)
12 Entre tanto, miles de personas se apiñaban alrededor de Jesús atropellándose unas a otras. Entonces, dirigiéndose en primer lugar a sus discípulos, Jesús dijo:
— Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. 2 Porque nada hay secreto que no haya de ser descubierto, ni nada oculto que no haya de ser conocido. 3 De manera que lo que ustedes dijeron en la oscuridad, será oído a plena luz; lo que hablaron al oído en el interior de la casa, será pregonado desde las terrazas. 4 A ustedes, amigos míos, les digo que no tengan miedo a los que pueden matar el cuerpo, pero no pueden hacer nada más. 5 Les indicaré, en cambio, a quién deben tener miedo: ténganselo a aquel que no sólo puede matar, sino que también tiene poder para arrojar a la gehena. A ese es a quien deben temer. 6 ¿No se venden cinco pájaros por unos céntimos? Pues ni de uno de ellos se olvida Dios. 7 En cuanto a ustedes, tienen contado hasta el último cabello de la cabeza. No tengan miedo, porque ustedes valen más que todos los pájaros.
A favor o en contra de Jesús (Mt 10,32-33; 12,32; 10,19-20; Mc 13,11)
8 Les digo, además, que a todo aquel que me reconozca delante de los demás, también el Hijo del hombre lo reconocerá delante de los ángeles de Dios. 9 Y, al contrario, si alguien me niega delante de los demás, también él será negado delante de los ángeles de Dios. 10 Si alguien habla contra el Hijo del hombre, podrá serle perdonado. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no será perdonado. 11 Cuando los lleven a ustedes a las sinagogas o ante los magistrados y las autoridades, no se preocupen de cómo han de hablar o qué han de decir en defensa propia, 12 porque en aquel mismo momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deban decir.
Parábola del rico estúpido
13 Uno que estaba entre la gente dijo a Jesús:
— Maestro, dile a mi hermano que reparta la herencia conmigo.
14 Jesús le contestó:
— Amigo, ¿quién me ha puesto por juez o repartidor de herencias entre ustedes?
15 Y, dirigiéndose a los demás, añadió:
— Procuren evitar toda clase de avaricia, porque la vida de uno no depende de la abundancia de sus riquezas.
16 Y les contó esta parábola:
— Una vez, un hombre rico obtuvo una gran cosecha de sus campos. 17 Así que pensó: “¿Qué haré ahora? ¡No tengo lugar bastante grande donde guardar la cosecha! 18 ¡Ya sé qué haré! Derribaré los graneros y haré otros más grandes donde pueda meter todo el trigo junto con todos mis bienes. 19 Luego podré decirme: tienes riquezas acumuladas para muchos años; descansa, pues, come, bebe y diviértete”. 20 Pero Dios le dijo: “¡Estúpido! Vas a morir esta misma noche. ¿A quién le aprovechará todo eso que has almacenado?”. 21 Esto le sucederá al que acumula riquezas pensando sólo en sí mismo, pero no se hace rico a los ojos de Dios.
Confianza en Dios (Mt 6,19-21.25-34)
22 Después dijo Jesús a sus discípulos:
— Por lo tanto les digo: No anden preocupados pensando qué vans a comer para poder vivir o con qué ropa van a cubrir su cuerpo. 23 Porque la vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa. 24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen despensas ni almacenes, y, sin embargo, Dios los alimenta. Pues ¡cuánto más valen ustedes que esas aves! 25 Por lo demás, ¿quién de ustedes, por mucho que se preocupe, podrá añadir una sola hora a su vida? 26 Pues si son incapaces de influir en las cosas más pequeñas, ¿a qué preocuparse por las demás? 27 Fíjense en cómo crecen los lirios. No se fatigan ni hilan y, sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su esplendor, llegó a vestirse como uno de ellos. 28 Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy está verde y mañana será quemada en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes! ¡Qué débil es la fe de ustedes! 29 No se atormenten buscando qué comer o qué beber. 30 Esas son las cosas que preocupan a los paganos de este mundo; pero el Padre de ustedes ya sabe que las necesitan. 31 Ustedes busquen, más bien, el reino de Dios, y Dios se encargará de darles además todas esas cosas. 32 No tengan miedo, pequeño rebaño, que es voluntad de el Padre darles el reino. 33 Vendan sus bienes y repartan el producto entre los necesitados. Háganse así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que entren a robar ni polilla que destruya. 34 Pues donde tengan ustedes su riqueza, allí tendrán también el corazón.
Preparados para la venida del Señor (Mt 24,42-44)
35 Estén preparados y mantengan las lámparas encendidas. 36 Sean como criados que están esperando que el amo regrese de una boda, listos para abrirle la puerta en cuanto llegue y llame. 37 ¡Felices aquellos criados a quienes el amo, al llegar, los encuentre vigilando! Les aseguro que los hará sentarse a la mesa y él mismo se pondrá a la tarea de servirles la comida. 38 Felices ellos si al llegar el amo, ya sea a medianoche o de madrugada, los encuentra vigilando. 39 Piensen que si el amo de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, impediría que le perforaran la casa. 40 Pues también ustedes estén preparados, porque cuando menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre.
La fidelidad en el servicio (Mt 24,45-51)
41 Pedro le preguntó:
— Señor, esta parábola, ¿se refiere solamente a nosotros o a todos?
42 El Señor le contestó:
— Pórtense ustedes como el administrador fiel e inteligente a quien su amo pone al frente de la servidumbre para que a su hora les tenga dispuesta la correspondiente ración de comida 43 ¡Feliz aquel criado a quien su amo, al llegar, encuentre cumpliendo con su deber! 44 Les aseguro que le confiará el cuidado de toda su hacienda. 45 Pero si ese criado piensa para sí: “Mi señor se retrasa en llegar” y comienza a maltratar a los demás criados y criadas y a comer y beber hasta emborracharse, 46 un día, cuando menos lo espere, llegará su señor. Entonces lo castigará severamente dándole un lugar entre los que son sorprendidos en infidelidad. 47 El criado que sabe lo que su amo quiere, pero no se prepara para hacerlo, será castigado con severidad. 48 En cambio, el criado que, ignorando lo que quiere su amo, hace algo merecedor de castigo, será castigado con menos severidad. Al que mucho se le ha dado, mucho le será exigido; al que mucho se le confía, mucho más se le pedirá.
Jesús causa de división (Mt 10,34-46)
49 Yo he venido para traer fuego al mundo, y ¡cómo me gustaría que ya estuviera ardiendo! 50 Tengo que pasar la prueba de un bautismo y me embarga la ansiedad hasta que se haya cumplido. 51 ¿Creen ustedes que he venido a traer paz al mundo? Les digo que no, sino que he venido a traer división. 52 Porque de ahora en adelante, en una familia de cinco personas se pondrán tres en contra de dos, y dos en contra de tres. 53 El padre se pondrá en contra del hijo, y el hijo en contra del padre; la madre en contra de la hija, y la hija en contra de la madre; la suegra en contra de la nuera, y la nuera en contra de la suegra.
Reconocer el tiempo presente (Mt 16,2-3)
54 Dijo también Jesús a la gente:
— Cuando ven que una nube aparece por poniente, ustedes dicen que va a llover, y así sucede. 55 Y cuando sopla el viento del sur, dicen que hará bochorno, y lo hace. 56 ¡Hipócritas! Si saben interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no son capaces de interpretar el tiempo en que viven? 57 ¿Por qué no disciernen por ustedes mismos lo que es recto?
Sobre la reconciliación (Mt 5,25-26)
58 Si tu adversario te demanda ante las autoridades, esfuérzate por llegar a un acuerdo con él mientras puedas hacerlo; no sea que te entregue al juez, y el juez a los guardias, y los guardias te metan en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo de tu deuda.
Lucas 12
Nueva Versión Internacional
Advertencias y estímulos(A)
12 Mientras tanto, se habían reunido millares de personas, tantas que se atropellaban unas a otras. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, o sea, de la hipocresía. 2 No hay nada encubierto que no llegue a revelarse ni nada escondido que no llegue a conocerse. 3 Así que todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad se dará a conocer a plena luz y lo que han susurrado a puerta cerrada se proclamará desde las azoteas.
4 »A ustedes, mis amigos, les digo que no teman a los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más. 5 Les voy a enseñar más bien a quién deben temer: teman al que, después de dar muerte, tiene poder para echarlos al infierno. Sí, les aseguro que a él deben temer. 6 ¿No se venden cinco gorriones por dos moneditas?[a] Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. 7 De hecho, él les tiene contados aun los cabellos de su cabeza. No tengan miedo, ustedes valen más que muchos gorriones.
8 »Les aseguro que a cualquiera que me confiese delante de los demás, también el Hijo del hombre lo confesará delante de los ángeles de Dios. 9 Pero al que me niega delante de los demás, se le negará delante de los ángeles de Dios. 10 Y todo el que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre será perdonado, pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón.
11 »Cuando los lleven a comparecer ante las sinagogas, los gobernantes y las autoridades, no se preocupen de cómo van a defenderse o qué van a decir, 12 porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder».
Parábola del rico insensato
13 Uno de entre la multitud le pidió:
—Maestro, dile a mi hermano que comparta la herencia conmigo.
14 —Hombre —respondió Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre ustedes?
15 »¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes».
16 Entonces les contó esta parábola:
—El terreno de un hombre rico produjo una buena cosecha. 17 Así que se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha”. 18 Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. 19 Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida”. 20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?”.
21 »Así sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios».
No se preocupen(B)
22 Luego dijo Jesús a sus discípulos:
—Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. 23 La vida tiene más valor que la comida y el cuerpo más que la ropa. 24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! 25 ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?[b] 26 Ya que no pueden hacer algo tan insignificante, ¿por qué se preocupan por lo demás?
27 »Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. 28 Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe! 29 Así que no se afanen por lo que han de comer o beber; dejen de atormentarse. 30 El mundo pagano anda tras todas estas cosas, pero su Padre sabe que ustedes las necesitan. 31 Por el contrario, busquen el reino de Dios y estas cosas les serán añadidas.
32 »No tengan miedo, mi rebaño pequeño, porque es la buena voluntad del Padre darles el reino. 33 Vendan sus bienes y den a los pobres. Provéanse de bolsas que no se desgasten; acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no hay ladrón que aceche ni polilla que destruya. 34 Porque donde esté su tesoro, allí estará también su corazón.
La vigilancia(C)(D)
35 »Manténganse listos, con la ropa bien ajustada[c] y las lámparas encendidas. 36 Pórtense como siervos que esperan a que regrese su señor de un banquete de bodas, para abrirle la puerta tan pronto como él llegue y toque. 37 Dichosos los siervos a quienes su señor encuentre pendientes de su llegada. Les aseguro que se ajustará la ropa, hará que los siervos se sienten a la mesa y él mismo se pondrá a servirles. 38 Sí, dichosos aquellos siervos a quienes su señor encuentre preparados, aunque llegue a la medianoche o de madrugada.[d] 39 Pero entiendan esto: si un dueño de casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no lo dejaría forzar la entrada. 40 Así mismo deben ustedes estar preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.
41 —Señor —le preguntó Pedro—, ¿cuentas esta parábola para nosotros o para todos?
42 Respondió el Señor:
—¿Quién es el mayordomo fiel y prudente a quien su señor deja encargado de los siervos para repartirles la comida a su debido tiempo? 43 Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su deber. 44 Les aseguro que lo pondrá a cargo de todos sus bienes. 45 Pero ¿qué tal si ese siervo se pone a pensar: “Mi señor tarda en volver” y luego comienza a golpear a los criados y a las criadas, a comer, a beber y emborracharse? 46 El señor de ese siervo volverá el día en que el siervo menos lo espere y a la hora menos pensada. Lo castigará severamente y le impondrá la condena que reciben los incrédulos.[e]
47 »El siervo que conoce la voluntad de su señor y no se prepara para cumplirla recibirá muchos golpes. 48 En cambio, el que no la conoce y hace algo que merezca castigo recibirá pocos golpes. A todo el que se le ha dado mucho se le exigirá mucho; y al que se le ha confiado mucho se le pedirá aún más.
División en vez de paz(E)
49 »He venido a traer fuego a la tierra y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! 50 Pero tengo que pasar por la prueba de un bautismo y ¡cuánta angustia siento hasta que se cumpla! 51 ¿Creen ustedes que vine a traer paz a la tierra? ¡Les digo que no, sino división! 52 De ahora en adelante estarán divididos cinco en una familia, tres contra dos y dos contra tres. 53 Se enfrentarán el padre contra su hijo y el hijo contra su padre, la madre contra su hija y la hija contra su madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.
Señales de los tiempos
54 Luego añadió Jesús, dirigiéndose a la multitud:
—Cuando ustedes ven que se levanta una nube en el occidente, enseguida dicen: “Va a llover” y así sucede. 55 Y cuando sopla el viento del sur, dicen: “Va a hacer calor” y así sucede. 56 ¡Hipócritas! Ustedes saben interpretar la apariencia de la tierra y del cielo. ¿Cómo es que no saben interpretar el tiempo actual?
57 »¿Por qué no juzgan por ustedes mismos lo que es justo? 58 Si tienes que ir con un adversario al magistrado, procura reconciliarte con él en el camino, no sea que te lleve por la fuerza ante el juez, el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.[f]
Footnotes
- 12:6 moneditas. Lit. asaria.
- 12:25 puede añadir … su vida. Alt. puede aumentar su estatura siquiera medio metro (lit. un codo).
- 12:35 Manténganse … ajustada. Lit. Tengan sus lomos ceñidos.
- 12:38 a la medianoche o de madrugada. Lit. en la segunda o tercera vigilia.
- 12:46 lo castigará … incrédulos. Lit. lo cortará en dos y fijará su porción con los incrédulos.
- 12:59 centavo. Lit. lepton.
Lucas 12
Dios Habla Hoy
Jesús enseña contra la hipocresía(A)
12 Entre tanto se juntaron miles y miles de personas, tantas que unas a otras se atropellaban. Jesús comenzó a hablar, dirigiéndose primero a sus discípulos: «Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de su hipocresía. 2 Porque no hay ningún secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. 3 Por tanto, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, se oirá a la luz del día; y lo que han dicho en secreto y a puerta cerrada, será gritado desde las azoteas de las casas.
A quién se debe tener miedo(B)
4 »A ustedes, amigos míos, les digo que no deben tener miedo de los que matan el cuerpo, pero después no pueden hacer más. 5 Yo les voy a decir a quién deben tenerle miedo: ténganle miedo al que, después de quitar la vida, tiene autoridad para echar en el infierno. Sí, ténganle miedo a él.
6 »¿No se venden cinco pajarillos por dos moneditas? Sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. 7 En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.
Reconocer a Jesucristo delante de los hombres(C)
8 »Les digo que si alguien se declara a mi favor delante de los hombres, también el Hijo del hombre se declarará a favor de él delante de los ángeles de Dios; 9 pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios.
10 »Dios perdonará incluso a aquel que diga algo contra el Hijo del hombre; pero no perdonará a aquel que con sus palabras ofenda al Espíritu Santo.
11 »Cuando los lleven a ustedes a las sinagogas, o ante los jueces y las autoridades, no se preocupen por cómo van a defenderse o qué van a decir, 12 porque cuando les llegue el momento de hablar, el Espíritu Santo les enseñará lo que deben decir.»
El peligro de las riquezas
13 Uno de entre la gente le dijo a Jesús:
—Maestro, dile a mi hermano que me dé mi parte de la herencia.
14 Y Jesús le contestó:
—Amigo, ¿quién me ha puesto sobre ustedes como juez o partidor?
15 También dijo:
—Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas.
16 Entonces les contó esta parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. 17 El rico se puso a pensar: “¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha.” 18 Y se dijo: “Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. 19 Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida.” 20 Pero Dios le dijo: “Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será?” 21 Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios.»
Dios cuida de sus hijos(D)
22 Después dijo Jesús a sus discípulos: «Esto les digo: No se preocupen por lo que han de comer para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. 23 La vida vale más que la comida, y el cuerpo más que la ropa. 24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen granero ni troje; sin embargo, Dios les da de comer. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! 25 Y en todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? 26 Pues si no pueden hacer ni aun lo más pequeño, ¿por qué se preocupan por las demás cosas?
27 »Fíjense cómo crecen los lirios: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. 28 Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡cuánto más habrá de vestirlos a ustedes, gente falta de fe! 29 Por tanto, no anden afligidos, buscando qué comer y qué beber. 30 Porque todas estas cosas son las que preocupan a la gente del mundo, pero ustedes tienen un Padre que ya sabe que las necesitan. 31 Ustedes pongan su atención en el reino de Dios, y recibirán también estas cosas.
Riqueza en el cielo(E)
32 »No tengan miedo, ovejas mías; ustedes son pocos, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles el reino. 33 Vendan lo que tienen, y den a los necesitados; procúrense bolsas que no se hagan viejas, riqueza sin fin en el cielo, donde el ladrón no puede entrar ni la polilla destruir. 34 Pues donde esté la riqueza de ustedes, allí estará también su corazón.
Hay que estar preparados
35-36 »Sean como criados que están esperando a que su amo regrese de un banquete de bodas, preparados y con las lámparas encendidas, listos a abrirle la puerta tan pronto como llegue y toque. 37 Dichosos los criados a quienes su amo, al llegar, encuentre despiertos. Les aseguro que el amo mismo los hará sentarse a la mesa y se dispondrá a servirles la comida. 38 Dichosos ellos, si los encuentra despiertos aunque llegue a la medianoche o de madrugada. 39 Y sepan ustedes esto: que si el dueño de una casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que nadie se metiera en su casa a robar. 40 Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen.»
El criado fiel y el criado infiel(F)
41 Pedro le preguntó:
—Señor, ¿dijiste esta parábola solamente para nosotros, o para todos?
42 Dijo el Señor: «¿Quién es el mayordomo fiel y atento, a quien su amo deja encargado de los de su casa, para darles de comer a su debido tiempo? 43 Dichoso el criado a quien su amo, cuando llega, lo encuentra cumpliendo con su deber. 44 De veras les digo que el amo lo pondrá como encargado de todos sus bienes. 45 Pero si ese criado, pensando que su amo va a tardar en llegar, comienza a maltratar a los otros criados y a las criadas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, 46 el día que menos lo espere y a una hora que no sabe, llegará su amo y lo castigará, condenándolo a correr la misma suerte que los infieles.
47 »El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni lo obedece, será castigado con muchos golpes. 48 Pero el criado que sin saberlo hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más.
Jesús, causa de división(G)
49 »Yo he venido a prender fuego en el mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! 50 Tengo que pasar por una terrible prueba, y ¡cómo sufro hasta que se lleve a cabo! 51 ¿Creen ustedes que he venido a traer paz a la tierra? Les digo que no, sino división. 52 Porque de hoy en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. 53 El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.»
Las señales de los tiempos(H)
54 Jesús también dijo a la gente: «Cuando ustedes ven que las nubes se levantan por occidente, dicen que va a llover, y así sucede. 55 Y cuando el viento sopla del sur, dicen que va a hacer calor, y lo hace. 56 ¡Hipócritas! Si saben interpretar tan bien el aspecto del cielo y de la tierra, ¿cómo es que no saben interpretar el tiempo en que viven?
Ponerse en paz con el enemigo(I)
57 »¿Por qué no juzgas por ti mismo lo que es justo? 58 Si alguien te demanda y vas con él a presentarte a la autoridad, procura llegar a un acuerdo mientras aún estés a tiempo, para que no te lleve ante el juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias, y los guardias te meterán en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.»
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