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38 Y aunque venga á la segunda vigilia, y aunque venga á la tercera vigilia, y los hallare así, bienaventurados son los tales siervos.

39 Esto empero sabed, que si supiese el padre de familia á qué hora había de venir el ladrón, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.

40 Vosotros pues también, estad apercibidos; porque á la hora que no pensáis, el Hijo del hombre vendrá.

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