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La parábola de los labradores malvados(A)

Luego empezó Jesús a hablar a la gente, y contó esta parábola:

—Un hombre plantó un viñedo, lo alquiló a unos labradores y emprendió un largo viaje. 10 A su debido tiempo, mandó un criado a pedir a los labradores la parte de la cosecha que le correspondía; pero ellos lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. 11 Entonces el dueño mandó otro criado; pero también a éste lo insultaron, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. 12 Volvió a mandar otro, pero los labradores también lo hirieron y lo echaron fuera.

13 »Por fin el dueño del terreno dijo: “¿Qué haré? Mandaré a mi hijo querido; tal vez lo respetarán.” 14 Pero cuando los labradores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Éste es el que ha de recibir la herencia; matémoslo, para que la propiedad pase a poder nuestro.” 15 Así que lo sacaron del viñedo y lo mataron.

»¿Y qué creen ustedes que hará con ellos el dueño del viñedo? 16 Pues irá y matará a esos labradores, y dará el viñedo a otros.

Al oír esto, dijeron:

—¡Eso jamás!

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Los labradores malvados

(Mt. 21.33-44; Mr. 12.1-11)

Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña,(A) la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo. 10 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. 11 Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a este también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías. 12 Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a este echaron fuera, herido. 13 Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto. 14 Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra. 15 Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? 16 Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre!

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