Introducción

Por cuanto muchos han tratado de compilar una historia de las cosas que entre nosotros son muy ciertas[a](A), tal como nos las han transmitido los que desde el principio(B) fueron[b] testigos oculares(C) y ministros(D) de la palabra[c](E), también a mí me ha parecido conveniente, después de haberlo investigado[d] todo con diligencia desde el principio(F), escribírtelas ordenadamente(G), excelentísimo(H) Teófilo(I), para que sepas la verdad precisa acerca de las cosas que te han sido enseñadas[e](J).

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista

Hubo en los días de Herodes(K), rey de Judea, cierto sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías(L), que tenía por mujer una de las hijas de Aarón[f] que se llamaba Elisabet. Ambos eran justos delante de Dios(M), y se conducían intachablemente(N) en todos los mandamientos y preceptos del Señor. No tenían hijos, porque Elisabet era estéril, y ambos eran de edad avanzada[g].

Pero aconteció que mientras Zacarías[h] ejercía su ministerio sacerdotal delante de Dios según el orden indicado a su grupo(O), conforme a la costumbre del sacerdocio, fue escogido por sorteo para entrar al templo del Señor y quemar incienso(P). 10 Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando(Q) a la hora de la ofrenda de incienso. 11 Y se le apareció un ángel del Señor(R), de pie, a la derecha del altar del incienso. 12 Al verlo, Zacarías se turbó, y el temor se apoderó de[i] él(S). 13 Pero el ángel le dijo: No temas(T), Zacarías, porque tu petición ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y lo llamarás[j] Juan(U). 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento. 15 Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor(V), y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre. 16 Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios(W). 17 E irá delante de Él(X) en el espíritu y poder de Elías(Y) para hacer volver los corazones de los padres a los hijos(Z), y a los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar(AA) para el Señor un pueblo bien dispuesto.

18 Entonces Zacarías dijo al ángel: ¿Cómo podré saber esto? Porque yo soy anciano y mi mujer es de edad avanzada[k](AB). 19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel(AC), que estoy en[l] la presencia de Dios(AD), y he sido enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas. 20 Y he aquí, te quedarás mudo, y no podrás hablar hasta el día en que todo esto acontezca, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo. 21 Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de su tardanza en el templo. 22 Pero cuando salió, no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había visto una visión en el templo; y él les hablaba por señas(AE), y permanecía mudo. 23 Y[m] cuando se cumplieron los días de su servicio sacerdotal, regresó a su casa.

24 Y después de estos días, Elisabet su mujer concibió, y se recluyó[n] por cinco meses, diciendo: 25 Así ha obrado el Señor conmigo en los días en que se dignó mirarme para quitar mi afrenta entre los hombres(AF).

Anuncio del nacimiento de Jesús

26 Y al sexto mes, el ángel Gabriel(AG) fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret(AH), 27 a una virgen desposada[o] con un hombre que se llamaba José(AI), de los descendientes[p] de David(AJ); y el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, muy favorecida[q]! El Señor está[r] contigo; bendita eres tú entre las mujeres[s]. 29 Pero ella se turbó(AK) mucho por estas[t] palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería este. 30 Y el ángel le dijo: No temas(AL), María, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por[u] nombre Jesús(AM). 32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo(AN); y el Señor Dios le dará el trono de su padre David(AO); 33 y reinará sobre la casa de Jacob(AP) para siempre, y su reino no tendrá fin(AQ). 34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que soy virgen[v]? 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti(AR), y el poder del Altísimo(AS) te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño(AT) que nacerá[w] será llamado Hijo de Dios(AU). 36 Y he aquí, tu parienta Elisabet en su vejez también ha concebido un hijo; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril. 37 Porque ninguna cosa[x] será imposible para[y] Dios(AV). 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

María visita a Elisabet

39 En esos[z] días María se levantó y fue apresuradamente a la región montañosa(AW), a una ciudad de Judá; 40 y entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet. 41 Y aconteció que cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo(AX), 42 y exclamó a gran voz y dijo: ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿Por qué me ha acontecido esto a mí[aa], que la madre de mi Señor(AY) venga a mí? 44 Porque he aquí, apenas la voz de tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de gozo en mi vientre. 45 Y bienaventurada(AZ) la que creyó que tendrá[ab] cumplimiento lo que le fue dicho de parte del Señor. 46 Entonces María dijo:

(BA)Mi alma engrandece al Señor(BB),
47 y mi espíritu se regocija en Dios(BC) mi Salvador(BD).
48 Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva;
pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada(BE).
49 Porque grandes cosas me ha hecho el Poderoso;
y santo es su nombre.
50 Y de generación en generación[ac] es su misericordia
para los que le temen(BF).
51 Ha hecho proezas[ad] con su brazo(BG);
ha esparcido a los soberbios en el pensamiento de sus corazones.
52 Ha quitado a los poderosos de sus tronos;
y ha exaltado a los humildes(BH);
53 a los hambrientos ha colmado de bienes(BI)
y ha despedido a los ricos con las manos vacías.
54 Ha ayudado a Israel, su siervo,
para recuerdo de su[ae] misericordia
55 tal como dijo a nuestros padres,
a Abraham y a su descendencia[af] para siempre(BJ).

56 Y María se quedó con Elisabet[ag] como tres meses, y después regresó a su casa.

Nacimiento de Juan el Bautista

57 Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz un hijo. 58 Y sus vecinos y parientes oyeron que el Señor había demostrado su gran[ah] misericordia(BK) hacia ella; y se regocijaban con ella. 59 Y[ai] al octavo día vinieron para circuncidar al niño(BL), y lo iban a llamar Zacarías según el nombre de su padre. 60 Pero la[aj] madre respondió, y dijo: No, sino que se llamará Juan(BM). 61 Y le dijeron: No hay nadie en tu familia[ak] que tenga ese nombre. 62 Entonces preguntaban por[al] señas(BN) al padre, cómo lo quería llamar. 63 Y él pidió una tablilla y escribió lo siguiente[am]: Su nombre es Juan(BO). Y todos se maravillaron. 64 Al instante le fue abierta su boca y suelta su lengua, y comenzó a hablar(BP) dando alabanza a Dios. 65 Y vino temor sobre todos los que vivían a su alrededor; y todas estas cosas se comentaban en toda la región montañosa(BQ) de Judea. 66 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor ciertamente estaba con él(BR).

Profecía de Zacarías

67 Y su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo(BS), y profetizó(BT) diciendo:

68 Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque nos ha visitado y ha efectuado redención(BU) para su pueblo,
69 y nos ha levantado un cuerno de salvación(BV)
en la casa de David su siervo(BW),
70 tal como lo anunció[an] por boca de sus santos profetas(BX) desde los tiempos antiguos(BY),
71 salvación[ao](BZ) de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos aborrecen(CA);
72 para mostrar misericordia(CB) a nuestros padres,
y para recordar su santo pacto(CC),
73 el juramento que hizo[ap] a nuestro padre Abraham(CD):
74 concedernos que, librados de la mano de nuestros enemigos,
le sirvamos sin temor
75 en santidad y justicia(CE) delante de Él, todos nuestros días.
76 Y tú, niño, serás llamado profeta(CF) del Altísimo(CG);
porque irás delante del Señor(CH) para preparar sus caminos(CI);
77 para dar a su pueblo el conocimiento de la salvación
por[aq] el perdón de sus pecados(CJ),
78 por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
con que la Aurora(CK) nos visitará desde lo alto,
79 para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte(CL),
para guiar nuestros pies en el camino de paz.

80 Y el niño crecía y se fortalecía(CM) en espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en público a Israel.

Footnotes

  1. Lucas 1:1 O, sobre las cuales hay plena convicción
  2. Lucas 1:2 Lit., llegaron a ser
  3. Lucas 1:2 I.e., el evangelio
  4. Lucas 1:3 O, seguido
  5. Lucas 1:4 O, instruido oralmente
  6. Lucas 1:5 I.e., de descendencia sacerdotal
  7. Lucas 1:7 Lit., avanzados en sus días
  8. Lucas 1:8 Lit., él
  9. Lucas 1:12 Lit., cayó sobre
  10. Lucas 1:13 Lit., llamarás su nombre
  11. Lucas 1:18 Lit., avanzada en sus días
  12. Lucas 1:19 Lit., estoy junto a
  13. Lucas 1:23 Lit., Y sucedió que
  14. Lucas 1:24 Lit., estuvo escondida
  15. Lucas 1:27 O, comprometida para casarse
  16. Lucas 1:27 Lit., de la casa
  17. Lucas 1:28 O, ricamente bendecida
  18. Lucas 1:28 O, sea
  19. Lucas 1:28 Algunos mss. antiguos no incluyen: bendita...mujeres
  20. Lucas 1:29 Lit., las
  21. Lucas 1:31 Lit., y llamarás su
  22. Lucas 1:34 Lit., no conozco hombre
  23. Lucas 1:35 Lit., lo santo engendrado
  24. Lucas 1:37 Lit., palabra
  25. Lucas 1:37 O, con
  26. Lucas 1:39 Lit., estos
  27. Lucas 1:43 Lit., ¿Y de dónde esto a mí
  28. Lucas 1:45 O, porque habrá un
  29. Lucas 1:50 Lit., a generaciones y generaciones
  30. Lucas 1:51 Lit., proeza
  31. Lucas 1:54 Lit., con el fin de recordar
  32. Lucas 1:55 Lit., simiente
  33. Lucas 1:56 Lit., ella
  34. Lucas 1:58 Lit., engrandecido su
  35. Lucas 1:59 Lit., Y sucedió que
  36. Lucas 1:60 Lit., su
  37. Lucas 1:61 O, entre tus parientes
  38. Lucas 1:62 Lit., hacían
  39. Lucas 1:63 Lit., diciendo
  40. Lucas 1:70 Lit., habló
  41. Lucas 1:71 O, liberación
  42. Lucas 1:73 Lit., que juró
  43. Lucas 1:77 O, que consiste en

Introducción

Muchas personas han intentado escribir un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros. Se valieron de los informes que circulan entre nosotros dados por testigos oculares, los primeros discípulos.[a] Después de investigar todo con esmero desde el principio, yo también decidí escribir un relato fiel para ti, muy honorable Teófilo, para que puedas estar seguro de la veracidad de todo lo que te han enseñado.

Anuncio del nacimiento de Juan el Bautista

Cuando Herodes era rey en Judea, hubo un sacerdote judío llamado Zacarías. Era miembro del grupo sacerdotal de Abías; y su esposa, Elisabet, también pertenecía a la familia sacerdotal de Aarón. Zacarías y Elisabet eran justos a los ojos de Dios y cuidadosos en obedecer todos los mandamientos y las ordenanzas del Señor. No tenían hijos porque Elisabet no podía quedar embarazada y los dos eran ya muy ancianos.

Cierto día, Zacarías se encontraba sirviendo a Dios en el templo, porque su grupo de sacerdotes estaba de turno esa semana. Como era costumbre entre los sacerdotes, le tocó por sorteo entrar en el santuario del Señor y quemar el incienso. 10 Mientras el incienso se quemaba, una gran multitud estaba afuera orando.

11 Y mientras Zacarías estaba en el santuario, se le apareció un ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. 12 Cuando Zacarías lo vio, se alarmó y se llenó de temor, 13 pero el ángel le dijo:

—¡No tengas miedo, Zacarías! Dios ha oído tu oración. Tu esposa, Elisabet, te dará un hijo, y lo llamarás Juan. 14 Tendrás gran gozo y alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, 15 porque él será grande a los ojos del Señor. No deberá beber vino ni ninguna bebida alcohólica y será lleno del Espíritu Santo aun antes de nacer.[b] 16 Y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor su Dios. 17 Será un hombre con el espíritu y el poder de Elías; preparará a la gente para la venida del Señor. Inclinará el corazón de los padres[c] hacia los hijos[d] y hará que los rebeldes acepten la sabiduría de los justos.

18 Zacarías le dijo al ángel:

—¿Cómo puedo estar seguro de que ocurrirá esto? Ya soy muy anciano, y mi esposa también es de edad avanzada.

19 Entonces el ángel dijo:

—¡Yo soy Gabriel! Estoy en la presencia misma de Dios. ¡Fue él quien me envió a darte esta buena noticia! 20 Pero ahora, como no creíste lo que te dije, te quedarás mudo, sin poder hablar hasta que nazca el niño. Te aseguro que mis palabras se cumplirán a su debido tiempo.

21 Mientras tanto, la gente esperaba a que Zacarías saliera del santuario y se preguntaba por qué tardaba tanto. 22 Cuando por fin salió, no podía hablarles. Entonces, por las señas que hacía y su silencio, se dieron cuenta de que seguramente había tenido una visión en el santuario.

23 Cuando Zacarías terminó su semana de servicio en el templo, regresó a su casa. 24 Poco tiempo después, su esposa, Elisabet, quedó embarazada y permaneció recluida en su casa durante cinco meses. 25 «¡Qué bondadoso es el Señor!—exclamó ella—. Me ha quitado la vergüenza de no tener hijos».

Anuncio del nacimiento de Jesús

26 Cuando Elisabet estaba en su sexto mes de embarazo, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, una aldea de Galilea, 27 a una virgen llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. 28 Gabriel se le apareció y dijo: «¡Saludos,[e] mujer favorecida! ¡El Señor está contigo![f]».

29 Confusa y perturbada, María trató de pensar lo que el ángel quería decir.

30 —No tengas miedo, María—le dijo el ángel—, ¡porque has hallado el favor de Dios! 31 Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Él será muy grande y lo llamarán Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su antepasado David. 33 Y reinará sobre Israel[g] para siempre; ¡su reino no tendrá fin!

34 —¿Pero cómo podrá suceder esto?—le preguntó María al ángel—. Soy virgen.

35 El ángel le contestó:

—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios. 36 Además, tu parienta Elisabet, ¡quedó embarazada en su vejez! Antes la gente decía que ella era estéril, pero ha concebido un hijo y ya está en su sexto mes de embarazo. 37 Pues la palabra de Dios nunca dejará de cumplirse.[h]

38 María respondió:

—Soy la sierva del Señor. Que se cumpla todo lo que has dicho acerca de mí.

Y el ángel la dejó.

María visita a Elisabet

39 Pocos días después, María fue de prisa a la zona montañosa de Judea, al pueblo 40 donde vivía Zacarías. Entró en la casa y saludó a Elisabet. 41 Al escuchar el saludo de María, el bebé de Elisabet saltó en su vientre y Elisabet se llenó del Espíritu Santo.

42 Elisabet dio un grito de alegría y le exclamó a María:

—Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y tu hijo es bendito. 43 ¿Por qué tengo este honor, que la madre de mi Señor venga a visitarme? 44 Cuando escuché tu saludo, el bebé saltó de alegría en mi vientre. 45 Eres bendita porque creíste que el Señor haría lo que te dijo.

El Magníficat: canción de alabanza de María

46 María respondió:

—Oh, cuánto alaba mi alma al Señor.
47     ¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador!
48 Pues se fijó en su humilde sierva,
    y de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita.
49 Pues el Poderoso es santo
    y ha hecho grandes cosas por mí.
50 Él muestra misericordia de generación en generación
    a todos los que le temen.
51 ¡Su brazo poderoso ha hecho cosas tremendas!
    Dispersó a los orgullosos y a los altaneros.
52 A príncipes derrocó de sus tronos
    y exaltó a los humildes.
53 Al hambriento llenó de cosas buenas
    y a los ricos despidió con las manos vacías.
54 Ayudó a su siervo Israel
    y no se olvidó de ser misericordioso.
55 Pues lo prometió a nuestros antepasados,
    a Abraham y a sus descendientes para siempre.

56 Y María se quedó con Elisabet unos tres meses y luego regresó a su casa.

Nacimiento de Juan el Bautista

57 Cuando se cumplió el tiempo para que naciera el bebé, Elisabet dio a luz un hijo varón. 58 Todos sus vecinos y parientes se alegraron al enterarse de que el Señor había sido tan misericordioso con ella.

59 Cuando el bebé cumplió ocho días, todos se reunieron para la ceremonia de circuncisión. Querían ponerle por nombre Zacarías como su padre, 60 pero Elisabet dijo:

—¡No! ¡Su nombre es Juan!

61 —¿Cómo?—exclamaron—. No hay nadie en tu familia con ese nombre.

62 Entonces, le preguntaron por gestos al padre cómo quería que se llamara. 63 Zacarías pidió con señas que le dieran una tablilla para escribir y, para sorpresa de todos, escribió: «Su nombre es Juan». 64 Al instante Zacarías pudo hablar de nuevo y comenzó a alabar a Dios.

65 Todo el vecindario se llenó de temor reverente, y la noticia de lo que había sucedido corrió por todas las colinas de Judea. 66 Los que la oían meditaban sobre los acontecimientos y se preguntaban: «¿Qué llegará a ser este niño?». Pues la mano del Señor estaba sobre él de una manera especial.

Profecía de Zacarías

67 Entonces su padre, Zacarías, se llenó del Espíritu Santo y dio la siguiente profecía:

68 «Alaben al Señor, el Dios de Israel,
    porque ha visitado y redimido a su pueblo.
69 Nos envió un poderoso Salvador[i]
    del linaje real de su siervo David,
70 como lo prometió
    mediante sus santos profetas hace mucho tiempo.
71 Ahora seremos rescatados de nuestros enemigos
    y de todos los que nos odian.
72 Él ha sido misericordioso con nuestros antepasados
    al recordar su pacto sagrado,
73 el pacto que prometió mediante un juramento
    a nuestro antepasado Abraham.
74 Hemos sido rescatados de nuestros enemigos
    para poder servir a Dios sin temor,
75 en santidad y justicia,
    mientras vivamos.

76 »Y tú, mi pequeño hijo,
    serás llamado profeta del Altísimo,
    porque prepararás el camino para el Señor.
77 Dirás a su pueblo cómo encontrar la salvación
    mediante el perdón de sus pecados.
78 Gracias a la tierna misericordia de Dios,
    la luz matinal del cielo está a punto de brillar entre nosotros,[j]
79 para dar luz a los que están en oscuridad y en sombra de muerte,
    y para guiarnos al camino de la paz».

80 Juan creció y se fortaleció en espíritu. Y vivió en el desierto hasta que comenzó su ministerio público a Israel.

Footnotes

  1. 1:2 En griego los que, desde un principio, fueron siervos de la palabra.
  2. 1:15 O aun desde su nacimiento.
  3. 1:17a En griego esta palabra se refiere solo a los hombres.
  4. 1:17b Ver Ml 4:5-6.
  5. 1:28a O Regocíjate.
  6. 1:28b Algunos manuscritos agregan Bendita eres entre las mujeres.
  7. 1:33 En griego sobre la casa de Jacob.
  8. 1:37 Algunos manuscritos dicen Pues nada es imposible para Dios.
  9. 1:69 En griego Levantó un cuerno de salvación para nosotros.
  10. 1:78 O la Luz Matinal del Cielo está a punto de visitarnos.

1-4 Muy distinguido amigo Teófilo:

Usted bien sabe que muchos se han puesto a escribir informes acerca de las cosas que han pasado entre nosotros. Las escribieron tal como nos las contaron quienes estuvieron con Jesús desde el principio. A ellos, Jesús los mandó a anunciar su mensaje.

Yo también he estudiado con mucho cuidado todo lo sucedido, y creo conveniente ponerlo por escrito, tal y como sucedió. Así, usted podrá saber si le han contado la verdad.

El ángel Gabriel y Zacarías

Zacarías fue un sacerdote que vivió cuando Herodes el Grande era rey de los judíos. Prestaba servicio en el templo con el grupo del sacerdote Abías. Su esposa se llamaba Isabel y era descendiente del sacerdote Aarón. Isabel y Zacarías eran muy buenos y obedecían todos los mandamientos de Dios. No tenían hijos, pues Isabel no había podido quedar embarazada y, además, los dos eran muy viejos.

Cierto día, le tocó al grupo de sacerdotes de Zacarías el turno de servir a Dios en el templo. Los sacerdotes acostumbraban nombrar a uno del grupo, para que entrara en el templo de Dios y quemara incienso en el altar. Esta vez le tocó a Zacarías entrar a quemar el incienso, 10 mientras el pueblo se quedaba afuera orando.

11 De pronto, un ángel de Dios se le apareció a Zacarías al lado derecho del altar. 12 Cuando Zacarías vio al ángel, tuvo mucho miedo y no supo qué hacer. 13 Pero el ángel le dijo:

—¡No tengas miedo, Zacarías! Dios ha escuchado tus oraciones. Tu esposa Isabel tendrá un hijo, y lo llamarás Juan. 14 Su nacimiento te va a hacer muy feliz, y muchos también se alegrarán. 15 Tu hijo va a ser muy importante ante Dios. No tomará vino ni cerveza, y el Espíritu Santo estará con él desde antes de que nazca.

16 »Este niño hará que muchos en Israel dejen de hacer lo malo y obedezcan a Dios. 17 Llegará antes que el Mesías, y tendrá el mismo poder y el mismo espíritu que antes tuvo el profeta Elías. Su mensaje hará que los padres se reconcilien con sus hijos, y que los desobedientes comprendan su error y sigan el ejemplo de los que sí obedecen. Además, preparará al pueblo de Israel para recibir al Mesías.

18 Zacarías le dijo al ángel:

—Mi esposa y yo somos ya muy viejos. ¿Cómo sabré que todo pasará tal como dices?

19 El ángel le respondió:

—Yo soy Gabriel, ayudante especial de Dios. Él me envió a darte esta buena noticia. 20 Pero como no me creíste, no vas a poder hablar hasta que suceda lo que te dije.

21 Toda la gente estaba afuera, esperando a Zacarías, y se preguntaba por qué no salía del templo.

22 Cuando Zacarías salió, no podía hablar y sólo hacía señas con las manos. Entonces la gente comprendió que Zacarías había tenido una visión.

23 Al terminar su turno en el templo, Zacarías regresó a su casa. 24 Poco tiempo después, su esposa quedó embarazada; y durante cinco meses no salió de la casa, pues pensaba: 25 «¡Dios ha hecho esto conmigo para que la gente ya no me desprecie!»

El ángel Gabriel y María

26 Cuando Isabel ya tenía seis meses de embarazo, Dios mandó al ángel Gabriel a Nazaret, un pueblo de la región de Galilea. 27 El ángel llevaba un mensaje para una joven llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con José, quien era descendiente del rey David.

28 El ángel entró a donde estaba María, la saludó y le dijo:

—¡Dios te ha bendecido de manera especial! El Señor está contigo.

29 María se sorprendió mucho al oír un saludo tan extraño, y se preguntaba qué significaba eso.

30 Entonces el ángel le dijo:

—No tengas miedo, María, porque Dios te ha dado un gran privilegio. 31 Vas a quedar embarazada; y tendrás un hijo, a quien le pondrás por nombre Jesús. 32 Este niño llegará a ser muy importante, y lo llamarán “Hijo del Dios altísimo”. Dios lo hará rey, como hizo con su antepasado David; 33 gobernará a la nación de Israel para siempre, y su reinado no terminará nunca.

34 María le preguntó al ángel:

—¿Cómo pasará esto, si aún no me he casado?

35 El ángel le contestó:

—El Espíritu Santo se acercará a ti; el Dios altísimo te cubrirá con su poder. Por eso el niño vivirá completamente dedicado a Dios, y será llamado “Hijo de Dios”. 36 Tu prima Isabel, aunque ya es muy vieja, también va a tener un hijo. La gente pensaba que ella nunca podría tener hijos, pero hace ya seis meses que está embarazada. 37 Eso demuestra que para Dios todo es posible.

38 María respondió:

—Yo soy la esclava del Señor. Que suceda todo tal como me lo has dicho.

Y el ángel se fue.

María visita a Isabel

39 A los pocos días, María fue de prisa a un pueblo de la región montañosa de Judea. 40 Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Cuando Isabel oyó el saludo, el niño saltó de alegría dentro de ella.

Isabel, llena del Espíritu Santo, 42 dijo en voz alta a María:

—¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres! Y también ha bendecido al hijo que tendrás. 43 ¿Por qué has venido a visitarme, tú que eres la madre de mi Señor? 44 Tan pronto como oí tu saludo, el bebé saltó de alegría dentro de mí. 45 ¡Dios te ha bendecido porque confiaste en sus promesas!

María alaba a Dios

46 María respondió:

«¡Le doy gracias a Dios
con todo mi corazón,
47 y estoy alegre
porque él es mi Salvador!

48 »Dios tiene especial cuidado de mí,
que soy su humilde esclava.

»Desde ahora todos me dirán:
“¡María, Dios te ha bendecido!”

49 »El Dios todopoderoso ha hecho
grandes cosas conmigo.
¡Su nombre es santo!

50 »Él nunca deja de amar
a todos los que lo adoran.

51 »Dios actúa con poder
y hace huir a los orgullosos.

52 »Quita a los poderosos de sus tronos,
y da poder a los pobres.

53 »Da cosas buenas
a los hambrientos,
pero despide a los ricos
con las manos vacías.

54 »Ayuda a los israelitas,
sus servidores,
y nunca deja de ser
bondadoso con ellos.

55 »Así lo prometió
a nuestros antepasados,
a Abraham y a sus descendientes,
para siempre.»

56 Y María se quedó tres meses con Isabel. Después, regresó a su casa.

El nacimiento de Juan el Bautista

57 Cuando nació el hijo de Isabel, 58 todos sus vecinos y familiares se alegraron mucho, pues vieron que Dios había sido muy bondadoso.

59 A los ocho días, vinieron a circuncidar al niño. Los que estaban allí querían ponerle Zacarías, que era el nombre de su padre. 60 Pero Isabel dijo:

—¡No! Va a llamarse Juan.

61 Ellos le dijeron:

—Ningún familiar tuyo se llama así.

62 Y por señas le preguntaron a Zacarías cómo quería llamar al niño. 63 Zacarías pidió una tabla y escribió: «Juan». Todos quedaron sorprendidos. 64 En ese mismo momento, Zacarías empezó a hablar de nuevo, y alabó a Dios.

65 Todos los vecinos se quedaron impresionados, y en toda la región montañosa de Judea no se hablaba de otra cosa. 66 Los que oían hablar del asunto se preguntaban: «¿Qué será de este niño cuando crezca?» Porque todos sabían que Dios estaba con él.

Zacarías alaba a Dios

67 Zacarías, lleno del Espíritu Santo, dio este mensaje:

68 «¡Alabemos al Dios de Israel,
porque ha venido a salvarnos!

69 »Nos ha dado un Salvador muy poderoso,
descendiente del rey David, su servidor.

70 »Esto lo había prometido
hace mucho tiempo,
por medio de sus
santos profetas:
71 que él iba a salvarnos
de nuestros enemigos
y de todos aquellos
que nos odian.

72 »Él dijo que sería bondadoso con su pueblo,
y que cumpliría su santa promesa.

73 »Él prometió a nuestro
antepasado Abraham,
74 que iba a salvarnos
de nuestros enemigos.

»Así podríamos servirle
sin ningún temor,
75 y vivir sólo para él,
practicando la justicia
todos los días de nuestra vida.

76 »Y tú, hijo mío, serás llamado:
“Profeta del Dios altísimo”.

»Tú irás delante del Mesías,
preparando a la gente para su llegada.

77 »Le dirás a su pueblo
que ya tiene salvación,
pues Dios perdona sus pecados.

78 »Dios nos ama tanto,
que desde el cielo
nos envió un Salvador,
como si fuera el sol
de un nuevo día.

79 »Él salvará a los que viven
en peligro de muerte.

»Será como una luz
que alumbra en la oscuridad,
y guiará nuestros pasos
por el camino de la paz.»

80 A medida que el niño Juan crecía, también aumentaba su poder espiritual. Y vivió en el desierto hasta el día en que Dios le ordenó llevar su mensaje al pueblo de Israel.