Levítico 13-16
La Palabra (Hispanoamérica)
Normas sobre la lepra (13—14)
Inflamaciones y llagas blancuzcas
13 El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
2 — Cuando alguien tenga en la piel una inflamación, una erupción, o una llaga blancuzca, y se forme en su piel como una llaga de lepra, será llevado al sacerdote Aarón o a uno de sus hijos sacerdotes. 3 El sacerdote examinará la llaga de la piel; si el pelo de la parte afectada se ha vuelto blanco y la llaga parece más hundida que el resto de la piel, es una llaga de lepra; el sacerdote lo comprobará y declarará a esa persona impura. 4 Pero si lo que tiene en la piel es una llaga blancuzca que no está más hundida que el resto de la piel ni el pelo se ha vuelto blanco, entonces el sacerdote recluirá al enfermo durante siete días. 5 Al séptimo día el sacerdote lo volverá a examinar; si la llaga conserva el mismo aspecto, no habiéndose extendido por la piel, entonces el sacerdote lo volverá a recluir durante otros siete días. 6 Al séptimo día el sacerdote lo examinará de nuevo: si la llaga parece haberse oscurecido, sin haberse extendido por la piel, entonces el sacerdote lo declarará puro; era sólo una erupción; la persona lavará sus ropas y será considerada pura. 7 Pero si después de haberse presentado al sacerdote y haber sido declarada pura, la erupción se extiende por la piel, esa persona deberá presentarse nuevamente al sacerdote. 8 Y si, una vez examinada, el sacerdote ve que la erupción se ha extendido por la piel, se trata de lepra y declarará impura a esa persona.
Lepra crónica
9 Cuando a alguien le salga una llaga como de lepra, será llevado al sacerdote. 10 El sacerdote lo examinará, y si aparece un tumor blancuzco en la piel, si ha cambiado el color del pelo y se descubre la carne viva, 11 esa persona padece de lepra crónica en la piel; el sacerdote la declarará impura y no será necesario recluirla, porque es impura. 12 Pero si la lepra se extiende por la piel y llega a cubrir toda la piel del enfermo desde la cabeza hasta los pies, en cuanto le es dado observar al sacerdote, 13 entonces este lo examinará y, si la lepra cubre todo su cuerpo, declarará puro al enfermo; toda la piel se ha vuelto blanca y él es puro. 14 Mas si un día aparece en él la carne viva, quedará impuro: 15 el sacerdote examinará la carne viva y lo declarará impuro. La carne viva es impura; es lepra. 16 Pero si la carne viva cambia de nuevo y se vuelve blanca, entonces el enfermo vendrá al sacerdote, 17 que examinará la llaga y, si la llaga se ha vuelto blanca, declarará puro al que la tenía, porque, en efecto, lo es.
Úlceras
18 Cuando alguien ha tenido en la piel una úlcera que se ha curado, 19 pero de pronto donde estaba la úlcera aparece una inflamación o una llaga blanca de tono rojizo, será presentado al sacerdote. 20 El sacerdote lo examinará y, si la llaga está más hundida que la piel y su pelo se ha vuelto blanco, el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra que se ha declarado en la úlcera. 21 Pero si cuando el sacerdote la examine, no aparece en la llaga pelo blanco ni está más hundida que la piel, sino que simplemente se ha oscurecido, entonces el sacerdote recluirá al enfermo por siete días; 22 si la llaga se sigue extendiendo por la piel, entonces el sacerdote lo declarará impuro; es un caso de lepra; 23 si, por el contrario, la llaga blanca está localizada y no se ha extendido, es la cicatriz de la úlcera y el sacerdote deberá declarar pura a esa persona.
Quemaduras
24 Asimismo cuando alguien haya sufrido una quemadura en la piel y se le produzca sobre la quemadura una llaga blanquecina de tono rojizo o sólo blanca, 25 el sacerdote la examinará: si el pelo se ha vuelto blanco en la llaga y esta parece estar más hundida que la piel, es lepra que ha brotado en la quemadura; el sacerdote declarará impura a esa persona; es un caso de lepra. 26 Pero si al examinar la llaga, el sacerdote no encuentra en ella pelo blanco ni está más hundida que la piel, sino que simplemente aparece más oscura, el sacerdote confinará al enfermo por siete días. 27 Al séptimo día el sacerdote examinará nuevamente la llaga: si se ha extendido por la piel, el sacerdote declarará impura a esa persona; es un caso de lepra. 28 Pero si la llaga está localizada, no se ha extendido por la piel y aparece simplemente oscura, es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote declarará pura a esa persona, porque es la marca dejada por la quemadura.
Lesiones del cuero cabelludo
29 Si a un hombre o a una mujer se le produce una llaga en la cabeza o en la barbilla, 30 el sacerdote examinará la llaga: si parece estar más hundida que la piel y el pelo de la llaga es amarillento y escaso, entonces el sacerdote declarará impura a esa persona; se trata de tiña, un caso de lepra de la cabeza o de la barbilla. 31 Pero si al examinar la llaga, el sacerdote no la encuentra más hundida que la piel ni hay en ella pelo negro, el sacerdote confinará al enfermo por siete días; 32 al séptimo día el sacerdote examinará nuevamente la llaga: si la tiña no se ha extendido, ni hay en ella pelo amarillento, ni parece que esté más hundida que la piel, 33 entonces el enfermo deberá rasurarse, salvo en la parte afectada, y el sacerdote confinará al que padece la tiña por otros siete días. 34 Al séptimo día examinará el sacerdote nuevamente la tiña: si no se ha extendido por la piel ni parece estar más hundida que la piel, el sacerdote declarará pura a esa persona que deberá lavar sus ropas y será considerada pura. 35 Pero si la tiña se ha ido extendiendo por la piel después de su purificación, 36 y el sacerdote así lo comprueba después del correspondiente examen, no es necesario que el sacerdote indague si el pelo es amarillento; es un caso de impureza. 37 Si, por el contrario, a su modo de ver, la tiña está controlada y en ella ha crecido el pelo negro, es señal de que la tiña está curada; esa persona es pura y así la declarará el sacerdote.
Manchas blancas y calvicie
38 Si en la piel de un hombre o de una mujer aparecen manchas blancas, 39 el sacerdote las examinará, y si comprueba que son de color blancuzco, se trata de un simple eczema que ha brotado en la piel; la persona es pura.
40 Si a una persona se le cae el cabello de la cabeza, es simple calvicie; esa persona es pura. 41 Y si pierde el cabello de las sienes, son simples entradas; esa persona es pura. 42 Mas cuando en la calvicie o en las entradas se descubre una llaga blanca de tono rojizo, es un caso de lepra que brota en su calvicie o en sus entradas. 43 Entonces el sacerdote la examinará, y si comprueba que en su calvicie o en sus entradas aparece una inflamación de la llaga blanca de tono rojizo, similar a la lepra de la piel, 44 es que esa persona padece de lepra; es impura y así la declarará el sacerdote; tiene la lepra en su cabeza.
Situación social del leproso
45 El enfermo de lepra andará con sus vestidos rasgados y con el pelo de su cabeza suelto; se cubrirá la parte inferior de su rostro y pregonará: ¡soy impuro!, ¡soy impuro! 46 Todo el tiempo que le dure la lepra será impuro y, en cuanto impuro, tendrá que vivir aislado; su morada estará fuera del campamento.
Lepra en la ropa
47 Puede suceder que aparezca en un vestido una mancha como de lepra, ya sea vestido de lana o de lino, 48 o en urdimbre de lino o de lana, en cuero o en cualquier objeto de cuero; 49 si la mancha es verdosa o de tono rojizo, se trata de lepra y se ha de indicar al sacerdote. 50 El sacerdote examinará la mancha y aislará el objeto manchado durante siete días. 51 Al séptimo día examinará nuevamente la mancha y si comprueba que se ha extendido por el vestido, en la urdimbre o en el tejido, en el cuero o en cualquier objeto de cuero, se trata de un caso de lepra maligna; el objeto se ha vuelto impuro. 52 El vestido, la urdimbre o tejido de lana o de lino, o cualquier objeto de cuero en que haya una mancha de ese tipo, será quemado porque es un caso de lepra maligna. 53 Pero si el sacerdote examina el objeto y no parece que la mancha se haya extendido en el vestido, en la urdimbre o en el tejido, o en cualquier objeto de cuero, 54 entonces el sacerdote ordenará que se lave el lugar donde está la mancha y aislará otra vez el objeto durante siete días. 55 Si después de haber sido lavada la mancha, el sacerdote la examina y observa que no ha cambiado de aspecto, aunque la mancha no se haya extendido más, el objeto es impuro y deberá ser quemado porque está infectado por el derecho y por el revés. 56 Pero si el sacerdote examina la mancha y comprueba que se ha oscurecido después de ser lavada, la arrancará del vestido, del cuero, de la urdimbre o del tejido. 57 Y si la mancha aparece de nuevo en el vestido, la urdimbre o el tejido, o en cualquier objeto de cuero, extendiéndose por ellos, quemarás todo aquello que resulte afectado por la mancha. 58 En cambio, el vestido, la urdimbre o el tejido, o cualquier objeto de cuero que hayas lavado y del que haya desaparecido la mancha, se lavará por segunda vez y entonces quedará puro.
59 Esta es la norma para los casos de lepra en un vestido sea de lana o de lino, o de urdimbre o de tejido, o de cualquier objeto de cuero, con el fin de declararlo puro o impuro.
Purificación del leproso. Rito inicial
14 El Señor dijo a Moisés:
2 — Este será el ritual para la purificación del leproso: el día en que haya de purificarse, será llevado al sacerdote 3 que saldrá fuera del campamento y examinará al enfermo. Si comprueba que la lepra está curada, 4 el sacerdote ordenará traer, para el que ha de purificarse, dos aves vivas y puras, junto con madera de cedro, una cinta escarlata e hisopo. 5 El sacerdote ordenará inmolar una de las aves sobre una vasija de barro con agua corriente. 6 Después tomará el ave aún viva, la madera de cedro, la cinta escarlata y el hisopo, y los mojará en la sangre del ave inmolada sobre la vasija con agua corriente; 7 rociará siete veces al que va a ser purificado de la lepra y lo declarará puro; al ave viva la dejará en libertad por el campo. 8 Y el que se purifica lavará sus ropas, se afeitará completamente, se bañará y quedará puro. Después podrá entrar en el campamento, pero vivirá siete días fuera de su tienda.
9 Pasados los siete días, se rapará la cabeza, la barba, las cejas y todo el pelo; lavará sus ropas, se bañará y quedará puro.
Sacrificio de purificación
10 El día octavo tomará dos corderos sin defecto alguno y una cordera de un año, también sin defecto alguno, junto con seis kilos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal y un cuarto de litro de aceite.
11 El sacerdote que efectúa la purificación presentará ante el Señor, a la entrada de la Tienda del encuentro, a la persona que se ha de purificar junto con sus ofrendas; 12 a continuación el sacerdote tomará un cordero como reparación con un cuarto de litro de aceite, haciendo el rito de la elevación en presencia del Señor. 13 Y degollará el cordero en el lugar del santuario donde se inmolan las víctimas del sacrificio por el pecado y se ofrece el holocausto, pues tanto la víctima del sacrificio por el pecado, como la del sacrificio de reparación, les corresponde al sacerdote; es algo muy sagrado. 14 El sacerdote tomará parte de la sangre del sacrificio de reparación y untará con ella el lóbulo de la oreja derecha de la persona que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el pulgar de su pie derecho. 15 Asimismo el sacerdote tomará el cuarto de litro de aceite, lo echará sobre la palma de su mano izquierda, 16 mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y asperjará con su dedo el aceite siete veces en presencia del Señor. 17 Con el aceite restante que hay en su mano, el sacerdote untará el lóbulo de la oreja derecha de quien se purifica, el pulgar de su mano derecha y el pulgar de su pie derecho, encima de donde había untado con la sangre de la ofrenda de reparación. 18 Y el resto del aceite que aún le quede en su mano, lo derramará sobre la cabeza de quien se purifica. De esta manera el sacerdote hará expiación por él en presencia del Señor. 19 El sacerdote presentará luego la ofrenda de purificación, y hará expiación por el que se ha de purificar de su impureza. Seguidamente inmolará la víctima del holocausto 20 y ofrecerá sobre el altar el holocausto y la ofrenda de cereal. El sacerdote hará de esta manera expiación por el oferente que recobrará el estado de pureza.
La ofrenda del pobre
21 Pero si quien se ha de purificar es pobre y carece de medios suficientes, entonces traerá un cordero como ofrenda de reparación; hará el rito de la elevación y el de expiación, y traerá también dos kilos de flor de harina amasada con aceite para la ofrenda de cereal, un cuarto de litro de aceite, 22 y dos tórtolas o dos pichones, según sus recursos: uno para la ofrenda de purificación y el otro para el holocausto. 23 Al octavo día los presentará al sacerdote para su purificación; lo hará a la entrada de la Tienda del encuentro en presencia del Señor. 24 Tomará entonces el sacerdote el cordero de la ofrenda de reparación y el cuarto de litro de aceite, haciendo con ellos el rito de la elevación ante el Señor, 25 inmolará el cordero del sacrificio de reparación, tomará un poco de la sangre de la víctima inmolada y untará con ella el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el pulgar del pie derecho de la persona que se purifica. 26 Luego el sacerdote echará un poco del aceite sobre la palma de su mano izquierda 27 y, con el índice de su mano derecha, hará siete aspersiones ante el Señor utilizando el aceite que tiene en su mano izquierda. 28 A continuación, con el aceite que tiene en su mano, el sacerdote untará el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de la mano derecha y el pulgar del pie derecho de quien se purifica, por encima del lugar untado con la sangre de la ofrenda de reparación. 29 Y lo que reste del aceite que tiene en su mano, lo derramará el sacerdote sobre la cabeza de la persona que se purifica, para hacer expiación por ella en presencia del Señor. 30 Luego ofrecerá las dos tórtolas o los dos pichones, según sus recursos: 31 uno en ofrenda de purificación y el otro en holocausto; presentará, además, la ofrenda de cereal. Así hará el sacerdote expiación en presencia del Señor por la persona que se purifica. 32 Esta es la norma para quien haya padecido de lepra y no tenga recursos suficientes para su purificación.
La lepra de las casas
33 El Señor habló a Moisés y a Aarón, y les dijo:
34 — Cuando entren en la tierra de Canaán, que les entrego en posesión, si yo hiciera aparecer manchas en alguna casa de su tierra, 35 el propietario de la casa avisará al sacerdote y le dirá “Algo como lepra ha aparecido en mi casa”. 36 Antes de entrar a examinarla, el sacerdote ordenará desocupar inmediatamente la casa para evitar que sea contaminado todo lo que hay en ella; a continuación el sacerdote entrará a examinarla. 37 Y si al examinarla, se ven en las paredes de la casa manchas verdosas o rojizas que aparentan estar más hundidas que la superficie de la pared, 38 el sacerdote saldrá a la entrada de la casa y la clausurará durante siete días. 39 Al séptimo día el sacerdote retornará a la casa y, si comprueba que la mancha se ha extendido por las paredes, 40 ordenará que se arranquen las piedras manchadas y que se arrojen en lugar impuro fuera de la ciudad. 41 Ordenará también raspar toda la casa por dentro y el polvo de las raspaduras será arrojado a un lugar impuro fuera de la ciudad. 42 Pondrán otras piedras en lugar de las que se quitaron y recubrirán nuevamente con barro el interior de la casa. 43 Y si, después que se arrancaron las piedras, se raspó la casa y se volvió a recubrir, salen nuevas manchas, 44 entonces el sacerdote volverá a examinarla: si resulta que las manchas se han extendido por toda la casa, es un caso de lepra maligna en la casa; la casa es impura: 45 deberá ser demolida y sus piedras, sus maderos y la argamasa de sus muros, serán arrojados a un lugar impuro fuera de la ciudad. 46 Y cualquiera que hubiere entrado en aquella casa durante los días en que estuvo clausurada, quedará impuro hasta la noche. 47 Igualmente, el que haya dormido o comido en dicha casa, deberá lavar sus ropas.
48 Pero si el sacerdote entra y, al examinar la casa, observa que las manchas no se han extendido después que la casa fue recubierta, declarará pura la casa, porque la infección ha desaparecido. 49 Para purificar la casa el sacerdote tomará dos aves, madera de cedro, una cinta escarlata e hisopo; 50 inmolará una de las aves en una vasija de barro que contenga agua corriente; 51 luego tomará la madera de cedro, el hisopo, la cinta escarlata, la púrpura y el ave viva, mojará todo en la sangre del ave inmolada sobre la vasija con agua corriente y asperjará la casa siete veces. 52 Así purificará la casa con la sangre del ave inmolada, con el agua corriente, con el pájaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y la cinta escarlata. 53 Al ave viva la dejará en libertad por el campo. De esta manera hará expiación por la casa, y esta quedará pura.
Conclusión
54 Este es el ritual a seguir acerca de toda mancha de lepra y de tiña, 55 sea lepra de vestidos o de casas, 56 y acerca de inflamaciones, erupciones y manchas blancuzcas, 57 en orden a determinar cuándo algo es puro y cuándo es impuro. Esta es la norma tocante a la lepra.
Impurezas sexuales (15,1-33)
Del varón
15 El Señor se dirigió a Moisés y a Aarón y les dijo:
2 — Díganles a los israelitas: Cualquier varón que padezca flujo de su miembro viril quedará impuro, 3 tanto si su miembro viril deja salir el flujo como si lo retiene. 4 Toda cama en la que se acueste el que padezca de flujo quedará impura; y cualquier objeto sobre el que se siente, también quedará impuro. 5 En cuanto al que entre en contacto con su cama, deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impuro hasta la noche. 6 El que se siente encima de un objeto sobre el que se haya sentado quien padece de flujo, deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impuro hasta la noche. 7 Asimismo el que toque el cuerpo de quien padece de flujo, deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impuro hasta la noche. 8 Y si quien padece de flujo escupe sobre alguien puro, este último deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impuro hasta la noche.
9 Toda silla de montar sobre la que cabalgue el que padece de flujo quedará impura. 10 El que toque un objeto que haya estado debajo del enfermo, quedará impuro hasta la noche; y cualquiera que haya transportado esos objetos deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impuro hasta la noche. 11 Y todo aquel a quien toque el que padece de flujo, sin haber lavado previamente con agua sus manos, deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impuro hasta la noche. 12 La vasija de barro que haya sido tocada por el que padece de flujo será hecha añicos; si es de madera deberá ser lavada. 13 Cuando alguien que haya padecido de flujo quede curado, contará siete días hasta su purificación, lavará sus ropas, se bañará en aguas corrientes, y quedará purificado. 14 Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones, y vendrá ante el Señor, a la entrada de la Tienda del encuentro, y se los entregará al sacerdote. 15 El sacerdote ofrecerá uno por el pecado y el otro como holocausto. De este modo el sacerdote hará expiación en presencia del Señor por el flujo del paciente.
16 Cuando el varón haya tenido una pérdida de semen, deberá bañarse de arriba a abajo, pero quedará impuro hasta la noche. 17 Y toda ropa o cuero que haya entrado en contacto con el semen, deberá ser lavada, pero quedará afectada de impureza hasta la noche.
18 Si un hombre se acuesta con una mujer y tiene lugar un derrame seminal, ambos deberán bañarse, pero quedarán impuros hasta la noche.
De la mujer
19 Cuando la mujer tenga la menstruación normal, permanecerá durante siete días en estado de impureza y todo el que la toque quedará impuro hasta la noche. 20 Y cualquier objeto sobre el que ella se siente o se acueste durante su estado de impureza, quedará también impuro. 21 El que toque su cama deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impuro hasta la noche. 22 Y quien toque cualquier objeto sobre el que ella se haya sentado, deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impuro hasta la noche. 23 Asimismo el que toque un objeto que esté sobre su cama o sobre la silla en la que ella se haya sentado, quedará impuro hasta la noche. 24 Finalmente, si alguien se acuesta con ella y se contamina con su menstruación, quedará impuro durante siete días; y toda cama en la que él se acueste quedará también impura.
25 Cuando una mujer tenga hemorragias durante muchos días, fuera del tiempo habitual de su período, o cuando la menstruación le dure más de lo normal, todo el tiempo que tenga hemorragias deberá considerarse en estado de impureza como en los días de su menstruación. 26 Cualquier cama en la que duerma esa mujer, o cualquier objeto sobre el que se siente mientras le dura la hemorragia, serán considerados impuros como durante el período de la menstruación. 27 El que toque esas cosas quedará impuro, deberá lavar sus ropas y se bañará, pero quedará impuro hasta la noche.
28 Cuando sane de su hemorragia, la mujer contará siete días, pasados los cuales, quedará pura. 29 Al octavo día tomará dos tórtolas o dos pichones y los llevará al sacerdote, a la entrada de la Tienda del encuentro; 30 el sacerdote ofrecerá uno como ofrenda por el pecado y el otro como holocausto. De esta manera el sacerdote hará expiación en presencia del Señor por la impureza que causó la hemorragia.
Conclusión
31 Mantendrán así alejados a los israelitas de sus impurezas, a fin de que no mueran al contaminar con ellas la morada que yo tengo en medio ellos.
32 Esta es la norma para el que padece de flujo o para el que ha tenido una eyaculación y ha quedado impuro por esa causa; 33 norma que vale también para la mujer que tiene la menstruación, para quien padezca de cualquier flujo, sea hombre o mujer, y para el que se acueste con una mujer en estado de impureza.
El Día de la Expiación (16,1-34)
Preparativos de la celebración
16 Después de la muerte de los dos hijos de Aarón, los que perecieron por acercarse indebidamente al Señor, se dirigió el Señor a Moisés 2 y esto fue lo que le dijo:
— Di a tu hermano Aarón que no debe entrar al santuario en cualquier fecha penetrando detrás del velo, ante la cubierta de oro que está sobre el Arca, no sea que muera; pues yo me manifiesto en una nube sobre la cubierta de oro. 3 Así entrará Aarón en el santuario: traerá un novillo para ofrenda de purificación, y un carnero para holocausto; 4 se vestirá con la túnica de lino consagrada y se pondrá calzones de lino; se ceñirá el fajín de lino y se cubrirá la cabeza con un turbante de lino. Estas son las vestiduras sagradas con las que se revestirá después de bañarse. 5 Recibirá de la comunidad israelita dos machos cabríos para la ofrenda de purificación y un carnero para el holocausto.
Ritual de reconciliación
6 Aarón presentará su propio novillo como ofrenda de purificación y efectuará la expiación por sí mismo y por su familia. 7 Luego tomará los dos machos cabríos y los presentará ante el Señor, a la entrada de la Tienda del encuentro; 8 allí echará a suerte los dos machos cabríos: uno será para el Señor y el otro para Azazel. 9 Tomará Aarón el macho cabrío que le haya tocado en suerte al Señor y lo ofrecerá en ofrenda de purificación. 10 En cuanto al macho cabrío que le haya tocado en suerte a Azazel, lo presentará vivo ante el Señor para hacer con él el rito de expiación y enviarlo luego al desierto para Azazel.
11 Seguidamente Aarón presentará el novillo destinado al sacrificio por su propio pecado, hará la expiación por sí mismo y por su familia, y lo degollará como ofrenda de purificación. 12 Luego tomará del altar, que está ante el Señor, un incensario lleno de brasas y dos puñados de incienso molido perfumado y lo llevará detrás del velo. 13 Pondrá el incienso sobre el fuego en presencia del Señor para que la nube del perfume cubra la cubierta de oro que está sobre las losas del testimonio, y así no muera. 14 Tomará también un poco de la sangre del novillo y la asperjará con su dedo en dirección al lado oriental de la cubierta de oro, asperjando siete veces esa sangre con su dedo delante de la cubierta de oro.
15 Después degollará el macho cabrío como ofrenda de purificación por el pueblo, llevará su sangre detrás del velo y hará igual que con la sangre del novillo: rociará con ella la parte superior y frontal de la cubierta de oro. 16 De este modo quedará purificado el santuario de las impurezas de los israelitas, de sus rebeliones y de todas sus transgresiones. Hará lo mismo Aarón con la Tienda del encuentro que está en medio de ellos y de sus impurezas. 17 Nadie podrá permanecer en la Tienda del encuentro desde que Aarón entre a hacer la expiación en el santuario hasta que él salga, una vez hecha la expiación por sí mismo, por su familia y por toda la comunidad israelita. 18 Cuando salga, irá al altar que está ante el Señor y hará la expiación por él. Tomará un poco de la sangre del novillo y de la sangre del macho cabrío, untará con ella los salientes que hay a los lados del altar, 19 haciendo con su dedo siete aspersiones sobre el altar; de este modo lo santificará y lo purificará de las inmundicias de los israelitas.
El chivo expiatorio
20 Cuando termine de purificar el santuario, la Tienda del encuentro y el altar, Aarón hará traer el macho cabrío vivo; 21 pondrá ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo y hará confesión sobre él de todas las maldades, rebeliones, y transgresiones de los israelitas; las cargará así sobre la cabeza del macho cabrío que será llevado al desierto por el encargado para tal efecto. 22 De este modo el macho cabrío cargará con todas las maldades de los israelitas llevándolas a una tierra desértica donde el macho cabrío quedará en libertad.
Últimas prescripciones
Cuando el macho cabrío haya sido liberado en el desierto, 23 vendrá Aarón a la Tienda del encuentro, se quitará las ropas de lino con las que se había revestido para entrar en el santuario y las dejará allí. 24 Luego se bañará en un lugar sagrado, se pondrá sus ropas, saldrá y ofrecerá su holocausto junto con el del pueblo, haciendo de este modo la expiación por sí mismo y por el pueblo. 25 La grasa de la ofrenda de reparación deberá ser quemada en el altar.
26 El encargado de llevar el macho cabrío a Azazel lavará sus ropas, se bañará y después podrá entrar en el campamento. 27 El novillo y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación, deberán ser sacados fuera del campamento; su piel, su carne y sus excrementos serán quemados. 28 El que los queme lavará sus ropas, se bañará y después podrá entrar en el campamento.
Conclusión
29 Esta será para ustedes una norma perpetua: el día décimo del séptimo mes, ayunarán y no harán trabajo alguno, ni el nacido en el país, ni el extranjero residente entre ustedes. 30 Porque en ese día tendrá lugar la expiación por ustedes y serán purificados en presencia del Señor de todas sus transgresiones. 31 Será para ustedes un sábado de descanso absoluto y de ayuno; es una norma perpetua. 32 La expiación la hará el sacerdote que haya sido ungido y consagrado para la función sacerdotal en lugar de su padre; la hará vestido con las ropas de lino, las ropas sagradas. 33 Hará el rito de expiación por lo más santo del santuario, por la Tienda del encuentro y por el altar; y también por los sacerdotes y por toda la asamblea del pueblo. 34 Y esto será una norma perpetua; harán este rito de expiación una vez al año por todas las transgresiones de Israel.
Y todo se hizo como el Señor había ordenado a Moisés.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España