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30 Entonces, el sacerdote tomará con su dedo un poco de la sangre de la cabra, la untará en los cuernos del altar de los sacrificios que deben quemarse completamente y derramará el resto de la sangre en la base del mismo altar. 31 También el sacerdote le quitará toda la grasa a la cabra de la misma forma como se quita la grasa de las ofrendas para festejar, la quemará en el altar como olor agradable al SEÑOR. Así el sacerdote lo purificará y quedará perdonado.

32 »Si la persona trae una oveja para ofrecerla como sacrificio por el pecado, será una oveja sin ningún defecto.

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