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26 Y ustedes no comerán sangre, ni de ave ni de animal, en ningún lugar en que habiten(A).

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26 Además, ninguna sangre comeréis en ningún lugar en donde habitéis, ni de aves ni de bestias.

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Ley acerca de la sangre

10 ”Si algún hombre de la casa de Israel, o de los extranjeros que residen entre ellos, come sangre, Yo pondré Mi rostro contra esa persona que coma sangre(A), y la exterminaré de entre su pueblo(B). 11 Porque la vida de la carne está en la sangre(C), y Yo se la he dado a ustedes sobre el altar para hacer expiación por sus almas. Porque es la sangre, por razón de la vida, la que hace expiación(D)”. 12 Por tanto dije a los israelitas: “Ninguna persona entre ustedes comerá sangre; tampoco comerá sangre ningún extranjero que reside entre ustedes”. 13 Y cuando algún hombre de los israelitas o de los extranjeros que residen entre ellos, que al cazar capture un animal o un ave que sea permitido comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra(E).

14 »Porque la vida de toda carne es su sangre(F). Por tanto, dije a los israelitas: “No comerán la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la coma será exterminado”. 15 Y cuando alguna persona, sea nativo o extranjero, coma de un animal muerto, o que haya sido despedazado por fieras(G), lavará sus vestidos y se bañará en agua, y quedará inmundo hasta el atardecer; entonces quedará limpio. 16 Pero si no los lava o no baña su cuerpo, llevará su culpa(H)».

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Prohibición de comer la sangre

10 Si cualquier varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo.(A) 11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación(B) de la persona. 12 Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre. 13 Y cualquier varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que moran entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.

14 Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado. 15 Y cualquier persona, así de los naturales como de los extranjeros, que comiere animal mortecino o despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche; entonces será limpia. 16 Y si no los lavare, ni lavare su cuerpo, llevará su iniquidad.

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