Álef

[a]¡Cómo ha perdido el oro su brillo!
    ¡Se ha empañado el oro fino!
¡Regadas por las esquinas de las calles
    se han quedado las joyas sagradas!

Bet

A los valiosos hijos de Sión,
    que antes valían su peso en oro,
hoy se les ve como vasijas de barro,
    como la obra de un alfarero.

Guímel

Hasta los chacales ofrecen el pecho
    y dan leche a sus cachorros,
pero mi pueblo[b] ya no tiene sentimientos;
    ¡es como los avestruces del desierto!

Dálet

Tanta es la sed que tienen los niños
    que la lengua se les pega al paladar.
Piden pan los pequeñuelos,
    pero nadie se lo da.

He

Quienes antes comían los más ricos manjares
    hoy desfallecen de hambre por las calles.
Quienes antes se vestían de fina lana color púrpura
    hoy se revuelcan en medio de la basura.

Vav

Más grande que los pecados de Sodoma
    es la iniquidad de mi pueblo;
¡fue derribada en un instante
    y nadie tendió la mano para ayudarla!

Zayin

Más radiantes que la nieve eran sus príncipes
    y más blancos que la leche;
más rosado que el coral era su cuerpo;
    su apariencia era la del zafiro.

Jet

Pero ahora se ven más sucios que el hollín;
    en la calle nadie los reconoce.
Su piel, reseca como la leña,
    se les pega a los huesos.

Tet

¡Dichosos los que mueren por la espada,
    más que los que mueren de hambre!
Torturados por el hambre desfallecen,
    pues no cuentan con los frutos del campo.

Yod

10 Con sus manos, mujeres compasivas
    cocinaron a sus propios hijos,
y esos niños fueron su alimento
    cuando mi pueblo fue destruido.

Caf

11 El Señor dio rienda suelta a su enojo;
    dejó correr el ardor de su ira.
Prendió fuego a Sión
    y la consumió hasta sus cimientos.

Lámed

12 No creían los reyes de la tierra,
    ni tampoco los habitantes del mundo,
que los enemigos y adversarios de Jerusalén
    cruzarían alguna vez sus puertas.

Mem

13 Pero sucedió por los pecados de sus profetas,
    por las iniquidades de sus sacerdotes,
¡por derramar sangre inocente
    en las calles de la ciudad!

Nun

14 Manchados de sangre
    andan por las calles como ciegos.
No hay nadie que se atreva
    a tocar siquiera sus vestidos.

Sámej

15 «¡Largo de aquí, impuros!», les grita la gente.
    «¡Fuera! ¡Fuera! ¡No nos toquen!».
El pueblo de otras naciones paganas les dice:
    «Son unos vagabundos que andan huyendo.
    No pueden quedarse aquí más tiempo».

Pe

16 El Señor mismo los ha dispersado;
    ya no se preocupa por ellos.
Ya no hay respeto para los sacerdotes
    ni compasión para los ancianos.

Ayin

17 Para colmo, desfallecen nuestros ojos
    esperando en vano que alguien nos ayude.
Desde nuestras torres estamos en espera
    de una nación que no puede salvarnos.

Tsade

18 A cada paso nos acechan;
    no podemos ya andar por las calles.
Nuestro fin se acerca, nos ha llegado la hora;
    ¡nuestros días están contados!

Qof

19 Nuestros perseguidores resultaron
    más veloces que las águilas del cielo;
nos persiguieron por las montañas,
    nos acecharon en el desierto.

Resh

20 También cayó en sus redes el ungido del Señor,
    que era el aliento de nuestras vidas.
Era él de quien decíamos:
    ¡Viviremos bajo su sombra entre las naciones!

Shin

21 ¡Regocíjate y alégrate, hija de Edom,
    que vives como reina en la tierra de Uz!
¡Pero ya tendrás que beber de esta copa,
    y quedarás embriagada y desnuda!

Tav

22 Tu castigo se ha cumplido, hija de Sión;
    Dios no volverá a desterrarte.
Pero a ti, hija de Edom, te castigará por tu maldad
    y pondrá al descubierto tus pecados.

Footnotes

  1. Lm 4 Este capítulo es un poema acróstico, que sigue el orden del alfabeto hebreo.
  2. 4:3 mi pueblo. Lit. la hija de mi pueblo; también en vv. 6 y 10.

Cuarta elegía

¡Qué deslucido está el oro,
qué pálido el oro fino!
¡Las piedras santas están
tiradas por las esquinas!

De Sión los nobles hijos,
más apreciados que el oro,
parecen cuencos de barro,
hechura de un alfarero.

Hasta los chacales dan
de mamar a sus cachorros;
la hija de mi pueblo es cruel
como avestruz del desierto.

De sed se pega la lengua
al paladar del bebé.
Los pequeños piden pan
sin que nadie se lo dé.

Los que antes banqueteaban
desfallecen por las calles;
los criados entre púrpura
revuelven los basureros.

La culpa de mi ciudad
supera a la de Sodoma,
arrasada en un momento
sin intervención humana.

Como leche y nieve pura
resplandecían sus príncipes;
coral rojo eran sus cuerpos
y un zafiro, su figura.

Y hoy, más negros que el carbón,
nadie afuera los conoce;
su piel al hueso pegada
y enjutos como sarmientos.

Mejor le fue al caído en guerra
que a las víctimas del hambre:
extenuadas se consumen
por carencia de alimentos.

10 Manos tiernas de mujeres
cuecen a sus propios hijos
y los sirven de comida
mientras cae la capital.

11 Colmó el Señor su furor,
derramó su ardiente cólera
y prendió un fuego en Sión
que calcinó sus cimientos.

12 Ni los reyes de la tierra
ni los que habitan el orbe
pensaron ver enemigos
entrando en Jerusalén.

13 Por pecados de profetas
y culpas de sacerdotes
se derramó en su interior
sangre de gente inocente.

14 Tropezando como ciegos
caminan ensangrentados,
sin que nadie por las calles
pueda tocar sus vestidos.

15 ¡Apártense! —les gritaban—
¡Un impuro! ¡No toquen!
Y cuando huían vagabundos,
los paganos les decían:
“No pueden vivir aquí”.

16 El Señor los dispersó
y no volverá a mirarlos.
Negaron honra y piedad
a sacerdotes y ancianos.

17 Se gastaban nuestros ojos
aguardando ayuda en vano;
vigilantes esperábamos
a un aliado que no salva.

18 Vigilaban nuestros pasos
sin dejarnos caminar.
Nuestro fin estaba cerca,
nuestros días ya cumplidos,
había llegado el final.

19 Los perseguidores eran
más veloces que las águilas:
nos acosaron con trampas
por los montes y el desierto.

20 Con sus trampas dieron caza
al rey, que era nuestro aliento,
pues a su sombra esperábamos
vivir entre las naciones.

21 Goza y alégrate, Edom,
la que habitas tierras de Us;
ya te pasarán la copa
y andarás ebria y desnuda.

22 Expiaste tu culpa, Sión;
no volverá a desterrarte.
Serás castigada, Edom,
descubiertos tus pecados.

淪陷的耶路撒冷

黃金竟失去光澤,
純金竟變色,
寶石竟被棄之街頭。

錫安的寶貝子民本來貴如黃金,
現在竟被視為陶匠製作的瓦器!

豺狼尚且哺養自己的幼兒,
我的子民卻像荒野的鴕鳥一樣殘忍無情。

嬰兒乾渴難忍,舌頭緊貼上膛;
孩童乞求食物,卻無人給予。

昔日錦衣玉食、生活奢侈的,
如今卻流落街頭,
躺臥在糞堆中。

雖然無人攻擊,所多瑪卻在頃刻之間傾覆。
我子民比所多瑪受到的懲罰更重。

錫安的首領曾比雪純淨,
比奶更白,
身體比紅寶石更紅潤,
相貌美如藍寶石。

現在,他們的面目比煤炭還黑,
走在街上無人認得。
他們骨瘦如柴,乾如枯木。

死於刀下的勝過死於饑餓的,
後者因田間缺糧而活活餓死。

10 我的百姓遭毀滅時,
慈母親手煮自己的兒女充饑。

11 耶和華大發烈怒,
傾倒祂的怒氣,
在錫安燃起大火,
焚毀城的根基。

12 世上的君王和居民都不相信敵人能闖進耶路撒冷的城門。

13 這都是因為她的先知和祭司的罪行。
他們在城中殺害義人。

14 他們如盲人在街上遊蕩,
沾滿血污,
無人敢碰他們的衣服。

15 人們向他們喊道:
「走開!你們是不潔的!
走開!走開!不要靠近我們。」
於是他們逃亡、流蕩,
列國的人說:
「他們不可住在我們這裡。」

16 耶和華親自驅散他們,
不再眷顧他們;
人們不再尊重祭司,
也不再敬重長老。

17 我們望眼欲穿,
盼望援軍的到來,
盼來的國家卻無力拯救我們。

18 敵人步步緊逼,
使我們不敢上自己的街。
我們的結局近了,
我們的日子到頭了,
我們的末日來了!

19 追趕我們的人比飛鷹更快,
他們在山上追捕我們,
在曠野伏擊我們。

20 耶和華膏立的王——我們的生命之氣落入他們的陷阱。
我們原希望藉他的蔭庇立足於列國中。

21 烏斯地區的以東人啊,
只管歡喜作樂吧!
因為盛滿耶和華憤怒的杯也要傳到你們那裡。
你們必喝醉,以致赤身露體。

22 錫安城啊!你已經受到了應得的刑罰,
耶和華必不再使你流亡。
以東啊,耶和華要懲罰你,
揭露你的罪惡!