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Sus enemigos dominan,
    sus adversarios prosperan.
Es que el Señor la ha afligido
    por lo mucho que ha pecado.
Sus hijos fueron al destierro
    llevados por el enemigo.

Desapareció de la bella Sión
    toda su hermosura;
sus jefes, como venados,
    andan en busca de pastos;
arrastrando los pies, avanzan
    delante de sus cazadores.

Jerusalén recuerda aquellos días,
    cuando se quedó sola y triste;
recuerda todas las riquezas que tuvo
    en tiempos pasados;
recuerda cuando cayó en poder del enemigo
    y nadie vino en su ayuda,
cuando sus enemigos la vieron
    y se burlaron de su ruina.

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