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17 Aunque Sión tiende sus manos,
no hay nadie que la consuele.
Mandó el Señor que a Jacob
lo cercasen enemigos;
Jerusalén ha quedado
mancillada en medio de ellos.

18 El Señor ha sido justo,
pues me opuse a su mandato.
Escúchenme, pueblos todos,
y contemplen mi dolor:
mis jóvenes y doncellas
se marcharon al destierro.

19 Pedí auxilio a mis amantes,
pero ellos me traicionaron.
Mis sacerdotes y ancianos
murieron en la ciudad
buscando algún alimento
con que reanimar sus vidas.

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