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20 Y dijo a Jéter, su hijo mayor:

— ¡Anda! ¡Mátalos!

Pero el muchacho no desenvainó la espada; no se atrevía, porque era todavía un muchacho. 21 Cébaj y Salmuná dijeron:

— Anda, mátanos tú, pues un hombre se mide por su valentía.

Gedeón se levantó, mató a Cébaj y a Salmuná y se quedó con las lunetas que llevaban al cuello sus camellos.

Final de la vida de Gedeón

22 Los hombres de Israel dijeron a Gedeón:

— Reina tú sobre nosotros; tú, tu hijo y tu nieto, pues nos has salvado del dominio de Madián.

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