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Pero el Señor volvió a decir:

«Todavía es mucha gente. Llévalos al río, para que allí los ponga a prueba. Si yo te digo: “Éste puede acompañarte”, irá contigo; pero si te digo: “Éste no te acompañará”, entonces no irá contigo.»

Gedeón llevó entonces a su gente al río, y allí el Señor le dijo:

«Pon aparte a todo aquel que beba agua como los perros, es decir, lamiéndola, y aparta también a todo el que se arrodille para beber.»

Los que se llevaron el agua a la boca con la mano y la lamieron fueron trescientos hombres; el resto de la gente se arrodilló para beber.

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