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11 y escucha lo que dicen, después ya no tendrás temor de atacarlos».

Entonces Gedeón y su sirviente Furá bajaron hasta el límite donde estaban los soldados del campamento enemigo. 12 Los madianitas, los amalecitas y los del oriente estaban acampando en ese valle. Eran tantos hombres que parecían una plaga de langostas y parecía que había tantos camellos como los granos de arena en la playa.

13 Cuando Gedeón llegó al campamento, escuchó que un soldado le contaba un sueño al otro. El soldado decía:

—Soñé que un pan de cebada venía rodando hacia el campamento de los madianitas y golpeó la tienda tan fuerte que la tienda se derrumbó y quedó al revés.

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